Es martes, la clase está medio llena considerando que aún es temprano y sobre todo que ayer fue Halloween, los créditos se los lleva el examen.
Tomo asiento detrás de Mick y al lado de Maddie.
—Qué animados los veo hoy —digo.
Mick alza con cuidado la cabeza de la mesa, me dirige una mirada asesina con los ojos entrecerrados, y al parecer su mundo comienza a girar con demasiada rapidez ya que vuelve a apoyar la cabeza en el pupitre.
—Demasiado —comienza tratando de no mover ningún músculo— alcohol.
Eso pasa cuando Halloween toca lunes, el pobre martes lo paga.
Maddie tiene el cabello recogido y se ve diferente, como realmente animada, es bueno, aunque debo frenar sus intentos de arrancarle las hojas al libro, espera, no, las está leyendo muy rápidamente.
—¿Estás bien? —le pregunto.
—He venido preparada, ahora mismo estoy sobreviviendo en base a café y Red Bull, soy puro líquido y ganas de destruir ese examen —asegura sin respirar.
Sí... ¿Cómo te explico? Los exámenes sacan lo peor de nosotros.
—¿Examen? —murmura Mick— ¿Qué examen?
—De Historia. Se supone que era sorpresa, pero nos dio la fecha. —Me encojo de hombros. Sigo sin entender eso, siendo sincero, no importa, nadie entiende al profesor Beckett, no tienes que entenderlo, el miedo que irradia es suficiente; y si algo aprendí de historia es que el miedo moviliza masas.
—¿En qué momento pasó eso?
—Justo mientras dormías, te dije que estudies. ¡Te envié mensajes!
—Will-e nunca leo tus mensajes —confiesa—. Nunca leo ningún mensaje, no me gires los ojos.
Es verdad, Mick es de los que dejan en visto, y se enoja si alguien lo deja en visto.
—Ahora tienes diez minutos para revertir tu futuro y aprobar.
—Pongámonos de acuerdo todos y le decimos al profesor que no dijo nada de un examen —sugiere.
—Es sorpresa, no tenía que decir nada —le recuerdo.
—¿Qué tan penosa es tu vida para tomar un examen sorpresa? Si hubiera sabido, hubiera estudiado —se lamenta Mick—. Bueno, no tengo de dónde estudiar, pero me hubiera preocupado. ¡Debería haber mérito por preocuparse! —Golpea la cabeza contra su pupitre con un ruido seco y espeta entre dientes—: Al menos hice la tarea.
—¿Qué tarea? —preguntamos Maddie y yo.
—La tarea.
—No dejó ninguna tarea.
Mick saca su celular, abre «block de notas» y nos lo muestra.
—Aquí escribí tarea de historia.
—¿Y qué hiciste?
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Colgando del universo
Teen FictionQue a Will le guste su mejor amigo puede ser un problema, incluso más terrible es que él ahora tenga novia, pero todo esto es solo el comienzo de un gran lío. ¿Vale la pena sacrificar una amistad por un enamoramiento? ¿Qué tan bullicioso es el silen...