Quiero llegar a mi casa, entrar en mi habitación, envolverme en mi edredón y echarme a llorar silenciosamente toda la noche mientras algo se rompe en mi interior.
Mi casa nunca es un lugar oscuro cuando mi mamá está, incluso cuando todas las luces están apagadas, tiene que ver con su presencia y su calor.
Pero es de noche, mi mamá no está en casa, está en el hospital, y cuando llego se siente sofocantemente vacío, aunque siento alivio porque no sé cómo le habría explicado las lágrimas. «Eh, mira mamá, estoy hecho un saco de llanto porque James ahora sale con Maddie, quien por cierto sabe que su ahora novio me gusta».
Tendría que trabajar en esa explicación.
La sala huele a galletas y chocolate, los cojines están esparcidos en el suelo y su agenda de apuntes está sobre la mesita de centro.
Corro a mi habitación y me echo en mi cama. No puedo odiar a Maddie, es dulce, amable, divertida, es perfecta para James, con su cabello rojo suave, su piel almendrada y sus ojos brillantes, desafiantes, imbatibles. Puedo entender lo que ve en ella, puedo entender por qué la escogió.
Yo solo soy el idiota que se fijó en su mejor amigo.
Una parte mía sabía anticipadamente que él nunca sentiría nada romántico por mí, otra parte esperaba que sí. Después de todo, soy yo quien está para apoyarlo siempre, lo escucho y nos reímos juntos.
Pero eso nunca será suficiente.
En un futuro cercano tendré que enfrentarlo, estaré atrapado cerca de James. James, que solía ser inmune a los encantos de las chicas. James, que ahora debe estar pensando en el cabello rojo de Maddie. Está bien. Estoy bien. Ese será un problema para el Will de siete horas en el futuro.
Me pongo los auriculares y me desplazo por mi biblioteca de música, busco a Elliot Smith, solo su letra logrará ahogar todo esto, y con ahogar me refiero a literalmente ahogar, sumergirme más en el llanto.
Porque si ya estoy triste voy a hacer que valga la pena.
Creo que acumulé las razones para llorar. No lloro por James y Maddie, no exactamente, lloro porque soy muy cobarde, lloro por el pasado, por las cosas que no dije, porque estoy cansado de fingir.
Esa es la parte más difícil de ser yo: fingir
Fingir que estoy bien, que las cosas no me molestan, que hace tres años no sufrí de acoso escolar.
Da igual. No puedo cambiar el pasado, no puedo cambiar el hecho de que me guste James y no puedo cambiar el hecho de que él sea hetero.
Puede que lo que siento sea una fase, lo he escuchado en tantos lugares que casi puedo obligarme a creerlo. Es posible que en realidad no me gusten los chicos y únicamente me guste James porque es James y siempre ha estado ahí.
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Colgando del universo
Novela JuvenilQue a Will le guste su mejor amigo puede ser un problema, incluso más terrible es que él ahora tenga novia, pero todo esto es solo el comienzo de un gran lío. ¿Vale la pena sacrificar una amistad por un enamoramiento? ¿Qué tan bullicioso es el silen...