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── Voy al baño. ──le tuve que decir cerca de su oído para que me escuchara mejor, ya que estábamos cerca de los parlantes y la música se hacía escuchar más fuerte.

── ¿Estás muy apurada por ir, como para que me acompañes a bailar? ──Sonrió.

Lo pienso, pero al final, asiento con la cabeza. Tan necesitada de ir al baño no estoy, solo que mi plan era sacarme algunas fotos y aprovechar que quizás el lugar esté solo.

Valentín extendió su mano, haciéndome entender que la agarre, cosa que hice.

Su mano cálida es envuelta con la mía, generando más calor en sí, y me jala para que caminara y lo siguiera por detrás. Llegamos hasta cierto punto de la pista de baile y él gira, con su sonrisa, y suelta mi mano para posicionarla en mi cintura y acerca nuestros cuerpos, y comenzar con el ritmo de la canción que estaban pasando en ese momento.

Mis caderas se movieron al compás de las suyas y llevo mis manos hacia su cuello y entrelazo de estas en el. Su frente la colocó encima de la mía y, por la desgracia de ser un poco más baja que Valen, puedo ver la mitad de su nariz y boca.

Dios, esos labios tan malditamente deseables para besar.

Minutos después ya nos encontrábamos en otra posición (no piensen mal), el sujetaba de mis caderas y su pecho estaba pegado contra mi espalda, mientras mis caderas se movían al compás de la música.

── Mierda que te sabes mover bien, chiquita. ──susurra contra mi oído y apretó más mis caderas, y pude sentir algo entre mi culo.

Ah, entiendooo.

Caí re tarde, bue.

── Y parece que a vos te gusta, ¿no?

── Demasiado. ──descaradamente sonríe y sólo niego con la cabeza.

Aún así, esto no se accede a más y estoy cómoda estando así. Aunque no se si él está tan bien, sabiendo lo que le genere ante la fricción mientras bailamos muy pegados.

Me di vuelta y el aflojo el agarre de mi cintura, pero no la soltó. Una de sus manos viajó hasta mi mentón y la yema de su dedo pulgar acaricia con decisión el borde de mi labio inferior.

Valentín parecía pensarlo bastante hacerlo o no hacerlo al tener el impulso de besarme.

── ¿Pensas besarme o solo te vas a quedar mirándome como un boludo? ──solte y lo escucho reír leve, por más que el sonido de la música y la gente cantando; puede escuchar su risa.

── Quisiera hacerlo, nena.

── ¿Pero?

── No quiero arruinar el buen momento en el que estamos. ──responde a mi pregunta y dejó caer su mano de mi mentón para colocarla en mi cintura, y sonrió.

No protesto más. Lo dejamos hasta ahí, volviendo a retomar nuevamente el baile. Hasta que un momento a otro ya nos habíamos cansado, que fuimos a pedir algo para tomar (otra vez) pero esta vez fui yo quién pagó los tragos y fuimos a buscar a los chicos. Y bien que los encontramos a los besos.

Aún así, Valentín nunca dejó ir su mano de mi cintura. Cosa que no me incomodaba para nada.

Publicación el 11 de septiembre 2022Republicación el 31 de julio 2023

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Publicación el 11 de septiembre 2022
Republicación el 31 de julio 2023

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