Tan bien

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Tiago tenía un pedazo de papel con su horario impreso, un cuaderno medio
vacío que sería para su clase de Historia Del Rio de la plata, dos lápices, su goma de borrar favorita. Mientras caminaba a la clase, pensó en el chico pelo platino.

Al llegar los quebradizos escritorios estaban ordenados en desorganizadas filas, y el closet de materiales estaba bloqueado con hileras de cajas polvorientas en frente de él.

Todos se mantuvieron de pie agrupados cerca de la ventana; dando la última fumada a un cigarrillo, solo uno de los amigos del chico lindo estaba sentado en un escritorio, tallando algo en su superficie con el lápiz. Pero los otros nuevos estudiantes parecían ya haber encontrado su lugar.

Thomas tenía el grupo de chicos similares a unos motoqueros en un grupo apretado alrededor de él. Ellos
debían haber sido amigos cuando el se había matriculado en San Agustín la primera vez.
Emilia estaba estrechando manos con la chica del piercing a la que llamo "Cazzu" que había estado acariciándose con el chico del piercing en la lengua allá afuera.

Tiago se sintió tan nerd al entrar y hacer nada más que tomar asiento cerca del inofensivo Martin, según había oído que se llamaba.

Mari revoloteaba sobre los otros, susurrando cosas que tiago no podía
descifrar, como cierta clase de princesa gótica. Cuando pasó a Thomas, él desordeno su cabello.

"Linda ropa mari." Él se rió burlonamente, tirando de su remera que parecía peor que vestido " Mis felicitaciones a tu vestuarista".

La mari le dio un manotazo, tiago entendía, talvez la chica no se sentía bien con su cuerpo, o lo que le pasaba a su cuerpo es lo que quería ocultar de todos. "Eh esa manos wacho, te las corto si me tocas, en tus sueños." Ella apunto con su cabeza en dirección a Tiago. "Y tu puedes dar tus cumplidos a mi nuevo amigo, justo allá, ya se que te gustó"

Los ojos marrones de Thomas brillaron hacia el morocho, el cual se puso rígido y desvío su mirada. "Creo
que debería," él dijo, y comenzó a caminar hacia Tiago.

Él sonrió y se sentó a un lado del menor el cual estaba sentado y sus manos dobladas ordenadamente en su escritorio lleno de grafitis.

"Nosotros los chicos nuevos tenemos que apoyarnos," él dijo. "¿Sabes a lo que me refiero?"

"Pero yo pensé que tu habías estado aquí antes"

"No creas todo lo que dice Mari" Él dirigió una mirada a la chica, la cual
estaba parada en al ventana, mirándolos sospechosamente.

"Oh, no, ella no dijo nada sobre ti," dijo Tiago rápidamente, tratando de
recordar si eso era o no verdad en realidad.
Era claro que Thomas y María no se
agradaban, y aunque tiago le agradecía a la bajita el haberlo acompañado esta mañana, el no estaba listo para tomar partido por ningún lado aun.

"Recuerdo cuando era un chico nuevo aquí...la primera vez." Él se rió de sí mismo. " Estaba perdido. No conocía a nadie. Podría haber necesitado a alguien sin"- él miro a Mari- "una agenda para mostrarme cómo funcionaba." lo miró coquetamente.

Tiago se sonrojo, nunca se relacionaba con chicos rockeros, pero ninguno de ellos había empujado su escritorio junto a el incluso más cerca, sentado juntos y mirado fijamente con ojos más intensos.
Thomas alcanzo su bolsillo y saco su billetera sacando un papel con el
número 44 impreso.
"Este es el número de mi pieza. Acércate cuando quieras".

Antes de que pudiera responder-y quien sabe que hubiera respondido- mari aplasto pesadamente su mano en el hombro y cabeza de Thomas. "Lo siento, Burgerking ¿No me exprese claramente? Yo ya tengo derechos sobre este. Es mi amigo"

Una Guerra En El Cielo-  LITIAGO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora