La caida de Ícaro

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28 de abril, 1830.

Querido diario, ha pasado una semana desde la última vez que te escribí. Siento la tardanza, he estado ocupado más que nunca ya que padre le ha pedido a Víctor aumentar mis lecciones de equitación. Insiste en que un caballero no es nada sin su caballo.

No ha ido muy bien, aunque no es culpa de Víctor, obviamente. Es solo que no logro superar el miedo a estar tan alejado del suelo y para colmo, en movimiento.

La buena noticia es que he iniciado con historia del arte

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La buena noticia es que he iniciado con historia del arte. Erik habla con tanta pasión de cada trasfondo en la pintura que mi corazón no puede evitar seguirlo.

Hemos visitado un par de museos cercanos. A veces desearía saber pintar tan bien como los grandes artistas, sólo para convertir a Erik en lo que tanto ama. Estoy seguro de que al ver su pintura la gente sería capaz de sentir lo mismo que él.

 Estoy seguro de que al ver su pintura la gente sería capaz de sentir lo mismo que él

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Erik es parte del museo. Estar con él es como enamorarte de un cuadro pintado siglos atrás, saber y querer más, verlo una y otra vez, sentir diferente un espacio en el mundo solo por su presencia. Y aún así saber que el tiempo jamás os dará una ventaja.

Sin embargo dentro de todas las pinturas de las que me habló, una quedó grabada en mi mente.

La caída de Ícaro.

-Este cuadro... La mayoría al escuchar su historia adoptan una postura de padre, de ley, de juez. Sintiéndose superiores de alguna manera por su propia moral y raciocinio, como si guiarse por lo escrito, tal como una receta, fuera algo de lo que estar orgulloso - Comenzó entonces Erik sin dejar de ver la pintura de un ángel cayendo y otro más viejo viéndolo molesto. -Verás, Donovan Snyder, este cuadro representa el momento justo en el que Ícaro, el hijo de Dédalo -señaló con su mano al mayor de ellos. - se da cuenta de que sus alas se derriten y caerá directo al mar hacia su muerte.

Al momento de escuchar muerte, no pude dejar de ver su rostro

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Al momento de escuchar muerte, no pude dejar de ver su rostro. La desesperación, sorpresa y profunda tristeza... Pero también la de su padre, que en una situación así debiese ser de dolor pero que sin embargo expresaba era molestia.

-Dédalo confeccionó las alas de Ícaro para escapar del lugar en el que se encontraban, antes de partir le explicó a su hijo que sus alas se derriten ante el calor ya que fueron confeccionadas con cera y plumas así que no volase cerca del sol, ni del mar ya que al mojarse se volverían pesadas. Ambos emprendieron vuelo pero Ícaro no pudo dejar de ver el sol, ahí, tan cerca de su alcance, tan brillante...  Se acercó demasiado y sus alas comenzaron a derretirse. Al caer pudo divisar el mar, sabiendo que su muerte sería inevitable. -dijo hasta que finalmente se volteó a verme.

-¿Por qué el padre parece molesto...? -dije.

-Pues... Por la misma razón que este mito es considerado justo, una enseñanza de la ambición y sus terribles consecuencias.

-Pero es su padre... ¿No debería sentir empatía y dolor por su hijo?

Erik sonrió con simpatía.

-La mayoría, querido, no perdonará a aquellos que sueñan con alcanzar algo que para ellos es imposible. Te harán creer que eres codicioso, que pides más de lo que vales, te verán orgulloso por saber lo que mereces y te harán creer que no eres digno de empatía. Verán tu caída al mar como algo justo y no como algo lamentable. Pero Donovan, debes saber con certeza que habrán algunos, yo incluido, que jamás pensaremos así. Que nos negamos a aceptar que los sueños no se cumplen, que pagremos con nuestra vida si así es necesario. Porque es infinitamente preferible quemarse ante el sol que jamás volar.

El brillo en sus ojos fue la luz que necesitaba para esclarecer la verdad que tanto me esmeré por ocultar

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El brillo en sus ojos fue la luz que necesitaba para esclarecer la verdad que tanto me esmeré por ocultar. Y ese cegador momento blanquecino, mi mente olvidó dejar de ver los magnéticos labios de Erik, quién se encontraba especialmente cerca de mi.

Hay momentos en los que el tiempo pasa lento para apreciar, y es que a pesar de lo que muchos piensen, no hay amante más sincero que el tiempo y el amor. 

Deteniéndose, acelerando, dando vueltas y espacio. El tiempo, que abrazando al amor, logra hacer que no logres distinguir tu vida antes de su llegada, que no te recuerdes a ti mismo sin esa sonrisa que llegó a cambiar tu forma de ver la vida.

El tiempo, recuperando los segundos perdidos en un abrir y cerrar de ojos cuando debes alejarte. Sintiéndose eterno en cada espera. Volviendo al punto en el que encontraste con la experiencia más pura que el universo te permitió vivir.

Erik me miraba con una sonrisa que no había notado antes. Contenida, con las comisuras de sus labios hacia abajo, tratando de ocultar la intensidad dentro de él y sus ojos ligeros pero brillantes arruinando sus esfuerzos.

Acercó su mano a la mía con la intensión de tomarla, pero Victor se dió cuenta de que aún seguíamos en el museo.

El recorrido continuó al igual que antes, como si nada hubiera sucedido

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El recorrido continuó al igual que antes, como si nada hubiera sucedido.  Decidí no arruinar el momento. Ese recuerdo sería por siempre mío y debía ser inédito.

Me pregunto si de alguna forma he logrado acercarme a él, si su corazón se siente cómodo con mi presencia.

Si tal vez... Solo tal vez, lograría tocar el sol sin derretirme.

-Con un profundo deseo, Donovan Snyder Williams.

¿Quién es Donovan? - Matías Oliver H. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora