My Last Chance (Fred Weasley Fanfic)

Capitulo XXVI

Después de su inolvidable cita y decirse su primer te amo Cress y Fred pasaron el fin de semana juntos.

Estuvieron juntos y tuvieron algunos momentos ardientes, pero no llegaron muy lejos.

Vieron películas, cocinaron juntos y estuvieron junto a George y Nixie. Los 4 estaban felices y parecía que todo se había acomodado a su favor.

Para el lunes siguiente Cressida estaba decidida a buscar otras oportunidades de trabajo, se vistió formal con uno de sus característicos vestidos, tacones, se maquilló y salió a ver qué le deparaba el mundo.

Ella pidió permiso a los gemelos para faltar al trabajo ese día y poder buscar oportunidades.

Fue por todo el callejón repartiendo volantes con su nombre, su contacto y algunas fotos de su trabajo.

Pasó de tienda en tienda y en casi todas la recibieron amable, ella esperaba impresionar con su trabajo y que alguien la contactara.

Cuando recorrió todo el callejón se detuvo, medito varias veces si sería buena idea entrar a la parte oscura a ofrecer sus diseños.

No sabía si sería buena idea pero decidió que quizá alguno de esos magos también podría necesitar una diseñadora y así renovar la imagen de su negocio.

Entró lentamente y con algo de miedo, esa parte del callejón tenía mala fama, y aún que no sabía bien el porqué algo en ella le decía que saliera de ahí.

Camino un poco más y comenzó a dejar volantes en las tiendas que había, algunos simplemente lo tomaban, otros la miraban desagradablemente y lo rechazaban.

Estaba casi por llegar al final cuando se dio cuenta que no valía la pena ponerse en riesgo por un poco de trabajo.

Dio la vuelta para salir, pero fue muy tarde.

Un mago encapuchado la tomó fuertemente del brazo y la azoto fuertemente en la pared creando una barrera de la que no pudiera salir.

Ella intentó tomar su varita pero él fue más listo y tomó su otro brazo con la misma fuerza para detenerla.

-Oye -habló insegura- escucha, no quiero problemas, yo ya me iba...

-Eres tierna cuando te asustas Grindelwald, lastima que pronto terminarás muerta...

La castaña reconoció esa voz al instante.

-¿Tom?

-Así es querida, vengo a decirte que te queda poco tiempo y no se como pero no vas a salirte con la tuya.

-¿Cómo me encontraste?

-¿Es en serio que eso es lo que te preocupa?

-Tom...

-Sabes que yo lo sé todo Grindelwald, y que no se te olvide, mi padre también.

-El mío sabe mucho más que tu padre Tom así que no vengas a presumirlo, y para tu información perderán esta guerra este o no en ella.

-¿Estés o no?

La castaña cerró los ojos con frustración, un dato que no debía revelarle al hijo del mayor enemigo de su padre se le había escapado.

-Escúchame bien, estaré al pendiente de ti, estaré en todos lados y a todas horas, seré tu sombra y el día de la guerra vas a desear nunca haberme conocido.

-Lo deseo desde ahora.

Tom apretó más sus brazos con ira causándole gran dolor a la chica.

-Deja de hacerte la graciosa, y mejor piensa que es lo que harás para ayudar a tu padre.