My Last Chance (Fred Weasley Fanfic)

Capitulo XXXIII

Los tacones de Cressida sonaban firmemente en el mármol del piso.

Sostenía su portafolio en una mano y su bolso en la otra. Casi podría jurar que no estaba respirando mientras se acercaba cada vez más a la oficina de Fudge.

Estaba tan de nerviosa desde que llegó al ministerio para conversar sobre el posible trabajo que estaba en juego.

¿Qué pasaría? ¿La aceptarían? ¿Su trabajo sería lo suficientemente bueno?

Lo descubriría en un momento...

Después de que la recibieran se sentó a esperar su recibimiento.

Todo se veía tan Grande y sofisticado. Admiraba el lugar cuando una voz robó su atención.

-Buenas tardes señorita Grindelwald.

-oh buenos días señor Fudge.

-Adelante, disculpe la espera, estaba terminando de revisar unos asuntos pendientes.

-Descuide.

La castaña pasó a la oficina, admirando el enorme escritorio, miles de plumas y papeles, la vista y los cómodos asientos que había.

-Estoy contento de informarle que ha conseguido el trabajo.

A Cressida la noticia le cayó como bomba, no podría estar más feliz o más sorprendida.

-Es.. ¿es en serio?

-Lo es señorita Grindelwald, siéntese por favor.

La castaña tomó asiento.

-Estamos impresionados con su portafolio y con su trabajo, no creemos que exista nadie mejor que usted para el puesto.

-Estoy ansiosa por trabajar aquí, ¿como funciona?

-Sabemos que usted cuenta con otro trabajo, no queremos interrumpir eso así que modificamos algunos horarios para que usted no se sienta presionada al respecto.

-Oh bien, se lo agradezco mucho.

-Trabajara con nosotros lunes, miércoles y viernes, usted se encargará de revisar que no existan errores en el diseño editorial de nuestro periódico, cuando usted lo apruebe nosotros lo publicaremos.

-¿Pero no afectará que sólo trabaje tres dias? El periódico se publica diariamente.

-No se preocupe por eso, recibimos la solicitud de otro diseñador que nos ayudará los días que usted no esté disponible, al parecer ustedes son amigos, así que en caso de que existiera algún inconveniente podrían discutirlo.

-¿Quién es? Si puedo saberlo.

-Aun no podemos decirle, todavía no tenemos un charla con el, pero lo veremos esta tarde y le diremos que se encargue de contactarla él mismo.

-De acuerdo, se lo agradezco mucho nuevamente y en verdad aprovecharé la oportunidad, no voy a defraudarlo.

-Así lo espero, comenzamos la próxima semana.

-Perfecto, ¡muchas gracias!

La castaña salió sonriente, sus planes cada vez tomaban más forma y su esperanza crecía.

Ahora se dirigía con una enorme sonrisa a contarle a su pelirrojo novio la noticia.

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-¿Entonces oficialmente eres diseñadora del ministerio? -preguntó Fred emocionado.

-Lo soy -contestó la castaña con una enorme y orgullosa sonrisa en el rostro.