Hola, soy shoto un chico de 17 años, ya muchos me conocen por lo de los héroes y tal, pero bueno, esta es la historia de como conocí a mi mayor fortaleza y a mí más grande debilidad en una sola persona, antes de todo yo solo quiero advertir una cosa...
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Todoroki Shoto, un chico serio y tranquilo de 17 años, o al menos así lo definían los demás, nunca hablaba más de lo necesario o si era posible no lo hacía, tenia pocos amigos y realmente no se interesaba mucho por otra cosa que no fuera convertirse en un héroe, actualmente vivia en los dormitorios de UA con sus compañeros por razones de seguridad, pero ya habían empezado sus prácticas en una agencia así que eligió la de su padre, llegando a esta misma la primera en recibirla fue una asistente de su padre informandole que este no estaba pero que lo iba a dejar con uno de los profesionales que trabajaban ahí.
— Esta bien, mientras me puedan decir que hacer no importa que el viejo no este.
La asistente miro algo extrañada al chico antes de volver a prestar atención a su computadora. — Oh.. muy bien joven Todoroki ahorita informó en las oficinas.
— Gracias. — Se fue a sentar a esperar que le dieran alguna misión y no tener que estar ahí encerrado con el viejo o con su hermano con el que no se llevaba muy bien.
Bakugou Katsuki, un joven rubio de 22 años de edad, ya catalogado como pro-hero, trabaja en una de las agencias más conocidas dirigida por Endeavor el héroe número 1, Bakugou era un chico muy temperamental, eso sí, cuando estaba en una misión podía ser muy cauteloso aunque eso no evitaba que insultarla a todos, por todo.
Estaba en su oficina haciendo nada pues no tenía misión por ahora, llamaron a la puerta y dio la orden de que pasaran.
Le informaron sobre el estudiante, al parecer hijo de Endeavor.
— ¿Ahora tengo que entrenar a un mocoso?, ahhg... ¿no tienen algo mejor para mí?.
Se levanto de su lugar para dirigirse hacia donde le indicaron la estancia del chico, esto iba a ser como un dolor de muela.
El bicolor estando en la sala de la oficina principal saco su teléfono para perder el tiempo, no era de usar su celular ni siquiera le gustaban las cosas caras pero su padre había insistido en comprarle uno desde que los villanos atacaron UA para que lo mantuviera alerta, aparte así también le era más fácil comunicarse con sus hermanos, estaba perdido mirando el móvil tanto que ni se percató que el cenizo acababa de llegar hasta que hablo.
—¿Tu eres shoto? — Le hablo al menor por su nombre heroe.
El mencionado miro a Bakugou quien al parecer tenía grandes aires de superioridad.
— Si. — Respondió serio. Ya sabia quien era, Katsuki Bakugou un héroe que le parecia bastante ruidoso y molesto, todo lo que le desagradaba en alguien pero al parecer lo iba a tener que soportar, resignando volvió a bajar la mirada a su celular — Tu eres Bakugou, supongo. — el desinterés del bicolor era más que notorio.
— Al parecer el viejo no te enseño que es la educación, ¿verdad? — Su irritación estaba al límite, ese tono y mirada que tenia el estudiante le molestaba tanto que quería apretarle el cuello, pero tenía que calmarse, era hijo de su jefe y no quería perder su trabajo, por ahora. — Si, soy Katsuki Bakugou, y al parecer tengo que ser niñera de un mocoso insolente, te diré algo, yo solo tengo una regla, si estás conmigo se hace lo que yo diga, sin reclamos, al final siempre tengo la razón.
