Hola, soy shoto un chico de 17 años, ya muchos me conocen por lo de los héroes y tal, pero bueno, esta es la historia de como conocí a mi mayor fortaleza y a mí más grande debilidad en una sola persona, antes de todo yo solo quiero advertir una cosa...
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El cenizo ya tenía todo listo, así que se dirigió hacia el aeropuerto faltaban 5 para las 6 y el bicolor aun no llegaba.
— Me iré solo al parecer. — Sonrió victorioso.
Victoria que le duro poco cuando vio ese característico cabello bicolor a lo lejos.
— ¡Me lleva la-...!.
Cuando por fin llego no dijo nada más y solo se quedó esperando el vuelo, nisiquiera lo saludó y el otro tampoco hizo el esfuerzo por saludar, con su misma cara de seriedad que llevaba siempre, se puso ahí cerca.
Shoto en seguida había notado que el otro no estaba muy alegre de verlo al mirar su expresión molesta que claramente no le importo ignorar, Solamente soltó un suspiro cansado estaba acostumbrado a no encajar pero también resultaba algo triste para el desagradarle tanto a Bakugou sus pasantías no serían tan agradables como las de sus compañeros.
Solo debo ignorarlo cumplir la misión y todo acabara pronto, pensó.
Finalmente abordaron el avión, el cenizo se puso sus audífonos e iba mirando por ventana mientras el menor durmió todo el viaje, cuando llegaron era de madrugada y el bicolor iba más dormido que despierto al momento de bajar del avión.
— Se supone que ya hay alguien esperándonos. — Dijo Bakugou tomando su teléfono para verificar que era un Taxi y la matrícula de este. — Vamos.
Shoto solamente camino detrás de él torpemente por lo adormecido que estaba aún.
Tomaron el taxi que los llevo hasta donde estaba el hotel donde se quedarían, no era algo muy lujoso ya que si iban de encubiertos deberían guardar las apariencias así que Bakugou dedujo que este hotel no pasaba de las 3 estrellas.
Entraron y basto con que el mayor mostrara su licencia de Héroe profesional para que les dieran una habitación.
— ¿Es solo una?.. — hablo tratando de no perder la compostura a pesar de lo mucho que se estaba molestando por el pequeño detalle de que había solo una habitación reservada.
— Así es, solo nos indicaron una. — contestó la jovencita que atendía algo nerviosa mirando los ojos rubíes molestos.
— Debe ser una puta broma. — Se fue de largo hacía él elevador de mala gana.
— Gracias. — dijo amablemente el bicolor, casi como disculpa por el comportamiento del mayor y después caminó detrás de el cenizo.
Llegaron a la habitación y al entrar lo que más temía nuestro gran Dynamight pasó.
Solo era una cama.
— ... ¡Mierda!, ¡¿Me están jodiendo?!.
Ignorando totalmente el berrinche del explosivo Shoto paso y dejo sus cosas en el sofá.
