#05 El filo de tu espada debería juzgar al culpable

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Capítulo 05

-Aparta- le dijo Silverk retrocediendo un poco apuntándole al castaño con su espada y en ese momento este hablo.

-No...

-¿Esta mujer es la asesina que buscas, porque te entrometes en mi camino?- le pregunto enojado el espadachín.

-Ella es la culpable Beel, quita a los niños de prisa- le dijo Rebecca.

-No, esta mujer es humana, yo mejor que nadie sé que los humanos pueden ser más viles y crueles que los demonios, pero somos los protectores de la humanidad, no quitamos vidas humanas, ella recibirá su castigó eso es obvio, claro, hablo del asesino, no de esta mujer- dijo Beel.

-Como te atreves a ser tan altanero, estúpido- le decía indignado Silverk.

-Tú eres una vergüenza para el gremio, será mejor que retrocedas- le dijo este alzando la palma de su mano mirándolo empezando a producirse remolinos en sus ojos quedándosele viendo el portador de la espada.

-Ja, ja, ja, no funciona- le respondió este y los ojos de Beel volvieron a la normalidad, -Sé muy bien que eres, aunque existen brujos y hechiceros muy fuertes en el gremio como Rebecca y Drab solo hay dos personas que luchan por el puesto del número uno, esos son God y tú... Beel aquel que puede dormirte con solamente verte a los ojos, pero no funciona si tienes voluntad fuerte, a mi parecer no eres tan fuerte, te desmembraré en miles de pedazos.

-Si ese es tú deseó- le respondió este mientras la hermana y los niños se apartaban del lugar.

El ambiente estuvo callado hasta que la electricidad empezó a rodear el cuerpo de espadachín al igual que su katana y en un veloz movimiento se esfumó, apareciendo detrás de Beel el cual lo intercepto con la mirada intentando lanzar una patada, pero en su cabeza vio como su pierna hubiera sido cortada por lo que no lanzo su ataque y en un momento Silverk apareció frente al castaño y de un corte ascendente le rajo el hombro a su rival produciéndole un corte poco profundo por el cual empezó a expulsar sangre observándose la herida Beel mientras el portador de la katana lamia la sangre del filo.

-Los cortes son pocos profundos e irregulares, debe ser por ese filo desgastado y fracturado- decía Rebecca mirando las heridas de Beel.

-Por eso es que esta Katana es perfecta, perfecta para torturar, apuesto a que te duele mucho más ese corte que uno perfecto y así puedo atacar varias veces el mismo lugar desmembrando la herida cuando ya tus tejidos y huesos no puedan más- le respondió el de cabellos negros con toques carmesís, -Aún no entiendo como forjaste el nombre del más fuerte del gremio solo con tus habilidades físicas, ahora cortaré esa leyenda.

Entre rayos el espadachín volvió a moverse cortando ligeramente la espalda, pies y antebrazos con los cuales se protegía el castaño, produciéndole cortes leves e irregulares a gran velocidad siendo tan rápido que aunque Beel intentara seguirlo con la vista no podía.

(Algo extraño pasa, la electricidad que infunde mi espada debería dejarlo paralizado poco apoco hasta electrocutarlo, porque no parece afectarle) pensaba el espadachín y en ese descuido Beel se movió muy rápido lanzándole una patada lateral que en un relámpago Silverk esquivo y le corto el costado del abdomen apareciendo detrás mientras el castaño se agarraba la herida, -Mis dudas no tienen caso, solamente debo lanzar una descarga más grande- se dijo a sí mismo Silverk levantando su Katana llenándose de electricidad al igual que sus ojos y de pronto un rayo cayó del cielo golpeando de lleno al castaño dejando una gran nube de polvo a su alrededor.

(Que magia tan poderosa, no hay forma de que sobreviva a eso) creía Rebecca con la expresión pálida mientras su hermana temblaba al ver eso.

-El poder de la tormenta, nadie lo puede superar- dijo el de cabellos negros de puntas carmesís mientras se escuchaba el estruendo del trueno tras el rayo.

PurgatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora