La vida de Elise Ross era muy simple y muy feliz, tenía padres que la amaban, las cosas parecían perfectas cuando ella tenía apenas 9 años de edad. Su mejor amigo por aquella época era Magnus Hunt, un niño un año mayor que ella. Después de todo, los padres de ambos eran los mejores amigos, de hecho, su padre era uno de los socios de la empresa hotelera del padre del jovencito, así que no era raro verlos juntos todo el tiempo. Cualquiera podría decir que ambos crecerían, se enamorarían y se amarían, teniendo como fruto de su cariño una familia y se encargarían del negocio familiar. Lamentablemente una cosa así jamás podría suceder, por mucho que ambos niños gustasen pasar tiempo el uno con el otro... Ambos eran "omega".
El mundo ya no se dividía entre hombre y mujer, era dividido por alfa, beta y omega. El alfa estaba sobre todos debido a su liderazgo, fuerza, habilidad y la capacidad de fecundar a cualquier omega, ya sea si el alfa es hembra o macho, tiene genitales que le permiten reproducirse con cualquiera que cargue con el estigma de omega que, a su vez, tiene lo necesario para cargar con la cría. Los únicos fuera de esta categoría son los llamados betas, las personas comunes que todos conocen, que únicamente se reproducen entre ellos, sólo hombre con mujer, entre tanto, alfa y omega pueden reproducirse independientemente del género masculino o femenino. Los hombres omegas tienen útero y ovarios, su semen es completamente inútil para embarazar a otra persona, así que pueden reproducirse si se emparejan con un alfa macho o hembra, siempre y cuando sea un alfa. Las hembras alfas tienen la peculiaridad de que el clítoris pueda alargarse y tomar la forma de un pene, ya sea por estética o simple evolución, las mujeres tienen un miembro retráctil que aparece tras una gran estimulación. Por lo tanto, el tamaño del falo que puedan llegar a poseer es difícil de determinar según la mujer en cuestión, dado que, como los gatos, estos salen al excitarse demasiado y con la necesidad de fecundar a la omega. Las hembras eran la gracia felina, los machos eran la energía salvaje. Ambos peligrosos, atrevidos y excitantes. No era extraño que prácticamente dominaran al mundo conocido. Por lo tanto, para saber si un hombre o mujer son alfa u omega, sería determinado por su olor, o inclusive su carácter. El alfa es un líder nato, un luchador aguerrido y digno contrincante, mientras el omega es sumiso, analítico y compasivo en su mayoría, que siempre repelerá cualquier enfrentamiento con lógica, falto de la agresividad del alfa que lucha constantemente por el territorio.
El omega está en la más baja categoría por lo que sus puestos de trabajo o educación se limita a todo aquello que no pueda afectarlos físicamente, siendo protegidos como tesoros invaluables, debido a que hay muy pocos, siendo muy importantes para la reproducción. Son separados del resto debido a sus hormonas, pues al entrar en celo, podrían despertar la necesidad de cualquier alfa alrededor. Así que, en escuelas o trabajos, siempre están separados de los demás. Su celo solamente puede ser calmado por un alfa, pero debido a los derechos que poseen, se les permite rechazar a los que quieran responder a él, a menos de que dos alfas se enfrenten por el derecho del calmar el celo de la omega. Normalmente esto se decide en un combate mano a mano. Si una omega no quiere que nadie calme su estado de celo, toman inhibidores que calman su necesidad, pero esto le provoca agotamientos y mareos, por lo que se recomienda parejas para sexo casual y calmar la necesidad, sin permitir la mordida de unión. Sus emparejamientos finales se confirman tras ser marcados por el alfa, de ese modo todos pueden ver y oler al alfa en su compañero o compañera. Esa marca jamás desaparece. El alfa suele ser posesivo y dominante, tratando de mantener a su compañero o compañera siempre cerca, calmado únicamente por su pareja. Después de marcar a su pareja y reclamarlo como su otra mitad, rara vez alguno de los dos sobrevive sin el otro.
Normalmente las familias poderosas deciden emparejar a sus hijos antes del nacimiento, pensando en la fuerza de la casta. Así que forja una alianza duradera y aseguran que la genética de los hijos sea fuerte y sana. Así era para Moira Hunt que miraba a su hermano jugar con la pequeña Elise. La amiga de Magnus era pequeña, pelirroja con el cabello naranja y ondulado, que sujetaba en una trenza larga, con la cara pálida y llena de pecas. La pequeña usaba un overol con un dibujo de un gato negro rodeado de flores, una camiseta rosada y zapatos manchados por el barro. Magnus en cambio tenía el cabello rizado azabache y los ojos amatista como los de su hermana mayor, salvo que Moira tenía el cabello lacio hasta los hombros. La joven tenía 14 años y fue encargada de vigilar a ambos niños, los dos lejos, pero con un olor muy reconocible. Ella abrió los ojos al ver como Elise corría hacia ella con una gran sonrisa, tropezando con una piedra en el jardín de la enorme mansión que se conectaba a un bosque. La pelirroja se limpió y se acercó a Moira, colocándose en cuclillas al ver a la adolescente que estaba sentada en una gran roca.
ESTÁS LEYENDO
Tomando posesión de ti
LobisomemElise es independiente, respondona y determinada, una característica poco común en los omega, lo único que lo conserva es la necesidad por su compañera alfa. Cuando un peligroso acontecimiento pone la vida de Moira, su prometida, en peligro, es roto...