*♦̮̑ 𝘻𝘸𝘦𝘪 ɜ‎ *

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Jungkook entró al estacionamiento, aparcó en su lugar y apagó el encendido del coche. Vio que Jimin se estacionaba en el lugar de visitantes, bajó de su coche y caminó hacia él. «¡Mierda! ¿Qué quería?» «¿No podría haberlo seguido a casa e irse?»

Jungkook salió del coche justo cuando Jimin llegó. Cerró rápidamente y aseguró la puerta; entonces miró a Jimin. Tragó duro. El hombre le quitaba el aliento.

—¿Quieres subir a tomar un trago? —preguntó antes de que pudiera evitarlo. Deseó haber mantenido su gran boca cerrada cuando Jimin sacudió la cabeza. No, claro que no quería.

—Aunque ¿Puedo cambiarlo por una taza de café?

«¿En serio?» —Uh, está bien. —Jungkook se giró y caminó hacia su apartamento, con Jimin a su derecha. «Café, café, ¿tendría al menos algo de café?» «Dios, ¿había incluso recordado arreglar el apartamento antes de salir esa noche?»

Jungkook llevó su temblorosa mano a su revuelto estómago y luchó contra la oleada de náuseas. «Solo porque Jimin haya aceptado subir no significa que quiera algo contigo Jungkook», se recordó mientras le quitaba la llave a su apartamento.

Entró y oyó a Jimin cerrar la puerta detrás de él. —Siéntete en tu casa. Solo voy a preparar algo de café, —dijo sin girarse. Se dirigió a la cocina.

Buscando en los armarios encontró una lata de café, entonces, rápidamente, preparó una jarra. Ahora solo tenía que esperar a que se filtre. Tamborileó sus dedos en el mostrador mientras veía el oscuro líquido caer en la jarra. Sacudió la cabeza. No podía quedarse ahí y dejar a Jimin solo durante los siguientes diez minutos. Tiempo de enfrentar sus miedos.

Tomando una profunda respiración, regresó a la sala. Encontró a Jimin viendo los libros de su estantería.

Jimin se giró y le dio otra de esas devastadoras sonrisas coquetas. —Tienes una buena colección aquí. ¿Lees por diversión o para aprender?

Jungkook se encogió de hombros. —Un poco de ambas, supongo. Aunque siempre me ha gustado leer.

Jimin asintió. —Nada mejor que acurrucarse en un día de lluvia con un buen libro, ¿no es así?

Jungkook miró a Jimin sorprendido. —¿Te gusta leer?

—Seguro. Me encanta. Deberías ver mi colección en casa. Apuesto que es tres veces más grande que esta, —dijo Jimin señalando el pequeño librero de Jungkook.

—¿Algún género en particular? —¿A Jimin le gustaba leer? «¡Qué bien!» Quizás ellos tenían más en común de lo que había pensado.

—Muy variado, lo que sea que atrape mi interés. Tienes que venir alguna vez y ver lo que tengo. Es una selección ecléctica. Eres bienvenido a tomar prestado lo que sea que te interese.

—Eso sería genial, gracias. —Jungkook trató de mantener su voz incluso aunque quería saltar de alegría. Jimin lo estaba invitando a visitar su casa.

—Entonces, ¿dónde está tu compañero de cuarto esta noche? Taehyung, ¿no es así?

La cara de Jungkook se calentó. «¿Jimin conocía el nombre de su compañero de cuarto?» —Oh, está en una fiesta o algo como eso.

—¿Y tú no fuiste?

Jungkook se encogió de hombros. —Uh, no. Fui invitado, pero no son mis cosas.

Jimin lo vio sorprendido. —¿Qué tipo de fiesta es?

Jungkook podía sentir su cara incluso más caliente. —Es en la casa de un chico, una de esas largas fiestas de fin de semana. Es ¡uh! Creo que es una fiesta de BDSM o algo así. Nalgadas, collares, todo tipo de cosas de Amo/esclavo. Parecido a lo que sucede en el Joon's Dungeon, supongo.

𝐿𝑙á𝑚𝑎𝑚𝑒 𝑠𝑒ñ𝑜𝑟 ; 𝐽𝑖𝑘𝑜𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora