*♦̮̑ 𝘥𝘳𝘦𝘪 ɜ‎ *

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Capitulo dedicado a abykook2197

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Jimin vio el reloj en la pared de nuevo, preguntándose dónde podría estar Jungkook. Habían pasado casi cuatro horas desde que dejó al pequeño hombre dormido. Pensó que Jungkook estaría aquí para ahora.

Quizás debió de haberle dejado una nota o algo. Pero después de lo que ellos habían tenido juntos esa noche, Jimin imaginó que Jungkook podría ir al club tan pronto como despertara. ¿Qué lo estaba deteniendo?

—Max, —Jimin gritó cuando vio al guardia pasar frente a la puerta.

—¿Sí, jefe?

—¿Has visto a Jungkook regresar esta noche?

—No. ¿Lo está esperando?

Jimin asintió, frunciendo el ceño. —Sí, pensé que él podría regresar, pero supongo que decidió quedarse en casa. Hey, ¿crees que puedes cerrar esta noche? Solo deja todo en mi oficina y ponle llave. Lo revisaré mañana.

—Seguro, jefe. No hay problema.

—Gracias, Max, te debo una, —Jimin contestó mientras salía por la puerta. Seguro que se acumularía la larga lista de gente a la que le debía favores esta noche. A ese ritmo terminaría de pagar a la gente el próximo año. Pero Jungkook valía la pena. Jungkook valía todo.

Jimin se apresuró a salir y subir al coche. Se dirigió rápidamente hacia el apartamento de Jungkook. Cuanto más se acercaba más se preocupaba. No debería de haberse ido de la manera en que se fue. Que se joda el club. Jungkook era más importante.

Diez minutos después Jimin llegó frente al apartamento de Jungkook. Salió del coche y subió las escaleras. Cuando llegó a la puerta de Jungkook, tocó suavemente, pero no hubo respuesta. Tocó un poco más fuerte. Aun nada.

¡Qué se joda esto! Jimin giró la perilla. Cerrada. Desde algún lugar del interior, creyó oír el sonido de un sollozo. Sin tomarse tiempo para pensar, Jimin se apartó y le dio una patada a la puerta, abriéndola. Entró, cerró la puerta tras él deteniéndola con una silla.

Rápidamente revisó la cocina, vacía, entonces se dirigió a la habitación. Mientras abría la puerta podía oír el agua correr. Se apresuró a llegar al cuarto de baño. Retiró la cortina de la ducha.

El aliento de Jimin se quedó atorado en su garganta cuando vio el mojado cuerpo de Jungkook acurrucado en el suelo de la ducha. Lo alcanzó rápidamente dándose cuenta que el agua estaba fría y Jungkook estaba congelado.

¿Cuánto tiempo habría pasado sentado ahí? ¿Por qué estaba sentado ahí? ¿Qué le había sucedido a Jungkook desde que Jimin lo había dejado satisfecho y dormido?

—¿Jungkook? ¿Puedes oírme, bebé? —Jimin preguntó. Cerró el grifo y lo envolvió en una caliente toalla. No obtuvo respuesta, Jimin lo levantó y lo llevó de regreso a la habitación. Suavemente lo dejó en la cama y puso los cobertores sobre él.

«¿Qué infiernos?» Jimin se preguntaba. Los ojos de Jungkook estaban abiertos pero no parecía estar viendo nada. ¿Incluso sabría que Jimin estaba ahí?

Jungkook gimió y se estremeció bajo la manta. Jimin se desnudó rápidamente y subió a la cama al lado de él, acercándose y pasando sus manos arriba y abajo del congelado cuerpo de Jungkook, tratando de calentarlo.

Jimin luchaba por evitar el pánico. Nunca había visto a nadie en la condición de Jungkook. No respondía en absoluto. Jimin tomó su mentón y giró su cara hasta poder verlo a los ojos. Jungkook ni siquiera parpadeó, seguía con la mirada fija.

𝐿𝑙á𝑚𝑎𝑚𝑒 𝑠𝑒ñ𝑜𝑟 ; 𝐽𝑖𝑘𝑜𝑜𝑘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora