El Mar y la Tierra son dos en uno. La Luna y el Sol también lo son. Él y Yo ¿Porqué no juntos? ¿Por ser distintos?.
Las Olas del Mar no me impedirán llegar a dónde tú estás.
El Océano es amigo mío, no te hará daño así; cómo yo tampoco lo haré.
Mi h...
Oh no, oh no, oh no. Esto es malo muy malo - Rebecca se moría de miedo al ir nadando lo más rápido posible hacia el palacio - Todo tiene que ser una pesadilla si Padre sabe... - Pego un gritico de miedo - ¡NOS ARRANCARÁ LAS ALETAS! Y Hikari está fuera de sí - Miró a su hermana.
Rebecca hecho un ojo al ver a su hermana mayor quien nadaba como si nada, nadaba dando círculos en sí, tenía una cara muy embobada y ni pendiente por lo que pudiera ocurrir.
¡Hikari! - Llamó su hermana - Hikari por favor, estas muy enviciada con ese humano, no deberías enamorarte de ninguno de ellos mejor dicho -
Pero Rebecca el me sonrió, fue lo más hermoso que he visto en toda mi vida - Rio contenta - No le digas a nada Padre por favor - Pidió en favor
Luego tendremos una charla de hermana a hermana ahora, nademos lo más rápido al palacio antes de que Padre se entere de que... -
¿De qué debería enterarme? -
Ambas sirenas pararon de nadar cuando se giraron encontrándose con un Rey sentado en unas de las rocas casi fuera del Reino. Parece no tener una buena cara.
¡Padre! - Dijeron ambas hijas.
¿Se puede saber en dónde estaban ustedes dos? - Preguntó serio - Anoche hubo una fuerte tormenta, tuve que salir y proteger el Reino. Así que estuve toda la noche aquí - Dijo -
Nosotras... Nosotras ehh - Decía nerviosa la menor.
Hikari al ver en cómo estaba su hermana pequeña decidió hablar.
- Nosotras fuimos a recoger conchas para decorar nuestro cuarto Padre. Salimos temprano por el otro lado, pero cuando llegamos a la Bahía coral las conchas no estaban - Explico seria Hikari - Suponemos que para esa zona la tormenta llegó primero que nosotras y bueno, ya sabrás el resto Padre -
Rebecca; aun siendo así, la hermana menor por tan solo tres años, algunas veces admiraba a su hermana por ciertas razones muy obvias, Hikari sabía llevar la situación con más calma, sin nervios ni estribos. Por la misma razón su Padre anhela tanto que Hikari tome el trono lo más rápido posible. Sería una noble gobernante.
Si - Asintió el Rey - Es lo más probable -
Sabiendo que la Bahía estarías así nos regresamos, puede que otros lugares pudieron haberse puesto en ese mismo estado, deberíamos pedir la ayuda de todos habitantes y volver estas aguas tranquilas Padre - Sonrió Hikari.
Tienes razón Hikari, tal vez una buena oportunidad de hacer un pequeño cambio -
Rebecca aún estaba callada, veía como manejaba la situación tan tranquilamente, hace unos minutos venia como serpiente de mar, de una lado a otro y toda enamorada que hasta los corazones salían de sus ojos y ahora... Parece a alguien no conociera. Se dió cuenta que su hermana es una doble cara.
¿Y qué te parece padre? ¿Estás de acuerdo? - Sonrió la hija mayor.
Me has ganado Hikari ¿Sabes? Estas aprendiendo a tomar buenas decisiones, eres el orgullo para tú hermana y lo sabes -
Lo sé padre -
Bueno, es algunas que otras cosas decisiones Rebecca está feliz por su hermana, pero aún sigue cometiendo locuras de Sirena enamorada. No sabía que otra poner en un momento como ese.
-Hikari, enserio me gustaría que pudieras tomar mi lugar como la futura Reina de Atlanta. Nos harías a todos un maravilloso honor en tu seas la siguiente -
No -
¿Qué? ¿No qué? - Frunció el ceño el Rey.
No aceptaré tu oferta Padre. Ya lo he dicho antes, ya lo he hablado contigo. Aunque me lo digas no cederé al trono, no estoy lista pero tampoco preparada para acceder a dicha responsabilidad - Lo miró serio.
Tantos años te eduqué con tu hermana, te eduqué para llegar a esta gran responsabilidad sabiendo qué el día llegaría tarde o temprano -
Pero no estoy lista para cargar con toda esa "responsabilidad" de la cual dices Padre -
¿Todo es porque estás enamorada? ¿Es eso Hikari? - Reprendió molesto
¿Quién te lo dijo? - Miro seria y confundida.
Rebecca me lo dijo - Dijo clavando su tridente en la arena - ¿Tiene algún problema? -
¿Rebecca? - Miró confundida a su hermana menor - ¿Por qué? -
La Sirena menor quería hacerse desaparecer como espuma de ese lugar, no sabía que su Padre saldría con eso. No quería hacerla sentir mal.
Yo... Yo no lo hice apropósito - Miraba al suelo.
¡Me engañaste! -
¿Yo? Tu engañaste a Padre para ir a la superficie - Se molestó
¿Ir a la superficie? - Miraba a sus hijas molesta - ¿Cómo que a la superficie? ¡Saben que les prohibí ir arriba! -
¡Te dije que no le dijeras nada a Padre! - Hikari estaba molesta.
¡Lo lamento pero no soy como tú que colecciona cosas del mundo humano! - Estaba furiosa, no aguantaba más - ¡Ni mucho menos que se enamora de uno de ellos para luego salvarle la vida! -
Oh no... Esa fue la gota que derramó el vaso entero. Solo eso faltaba.
Hikari... - Su padre estaba en shock - HIKARI ¿CÓMO PUDISTE? No es posible... No puede ser cierto - Nadaba de lado a lado más molesto que nunca antes. Tomando una mano masajeando su cabeza y frente.
Padre, déjame explicarte todo...-
¡CÁLLATE DE UNA VEZ! - Le gritó y ella calló - Tenía muchas expectativas de ti pequeña Princesa Sirena - Dirigió con palabra ruda tomando con delicadez su mentón - Pero creo que me equivoqué con todo lo que pensaba para ti Hikari - La soltó decepcionado - Nunca creí que mi primera hija pudiera hacer tal atrocidad como romper todas las reglas ejercidas en el mundo de las sirenas pero ¿Salvarle la vida? -
¡Pero es que yo lo amo! -
No... -
Rebecca dio un gran suspiro a lo largo viendo como padre e hija se encaraban frente a frente. Ya no sabía ni qué hacia ahí, ¿Se sentía culpable? Debería de estarlo porque traicionó la palabra de su hermana.
Hikari tenía un tic en el cerebro con todo lo que estaba pasando, su hermana en quien más confiaba la traicionó por completo.
Enamorarse de un simple humano no tiene perdón para una sirena - Se separó de ella - A partir de este momento quedas totalmente expuesta a todo cosa relacionada con tu libertad jovencita - Proclamó.
¿Q-qué? -
Tu habitación será divida en la torre más alta lejos de tu hermana. Así aprenderás a no desobedecer mis órdenes Sirena -
¡No puedes! -
Oh, sí que puedo Hikari - Entrecerró sus ojos molesto aun.
La pequeña Sirena puso su cuerpo recto apretando sus labios y manos con ojos cristalinos, realmente estaba muy fustada consigo mismo.
¡TE ODIO PAPÁ! - Gritó mirando a su padre y a su hermana para luego nadar al Reino lo más rápido.
Oh... Estoy cansado - Puso sus dedos en la frente.
Padre... - al fin habló Rebecca
Y tú pequeña. No te creas que saldrás libre también. También tendrás tu lección -
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