🌊 Episodio 12🌊

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- Atem, ¿En qué tanto piensas? -

- Seto yo... - Dejo a apoyarse en el marco del cristal de la ventana - Es que, esa chica - Aun sin mirarlo.

- ¿Cree fue un error en que la haya traído? -

- No lo sé Seto, estoy... La verdad no lo sé. Siento que es "diferente" -

- ¿Qué tiene la joven de "diferente"? - Hizo comillas con ambas manos.

- No puedo, no es la correcta, o si lo es. Rayos... -

- No te aflijas tanto Atem, eres joven, si de verdad crees que ella no es la indicada es comprensible - Dijo - Pero si crees que ella es la indicada ¿Qué te detiene? -

- ¿Será ella? -

- ¿Hablas de la historia de quien te salvo? -

- Sí, pero sé que no estoy loco Seto. Alguien si me salvo esa noche y trajo a la orilla - Se voltio a verlo.

- Atem, sea lo que sea; sea quien sea quien lo haya hecho. Sospecho que haya sido una Sirena - Mencionó haciéndole eco a su cabeza por esa última frase.

- ¿Una Sirena? - El otro asintió - Jajaja, Seto las Sirenas no existen, la verdad es que nunca existieron -

- Ooh se equivoca majestad. Es todo lo contario, ellas son reales - El príncipe levanto una ceja - Cuando ellas cantan el cuerpo permanece en un trance total, capaz de atrapar a los marineros con aquellos cantos ancestrales, llevándolos así a una muerte muy segura -

- La verdad sigo sin creerlo Seto - Se cruzó de brazos - Pero tenga una duda -

- ¿Y es? -

- Que si hubiese sido una Sirena quien me salvo - El otro escucho - ¿Cómo es que estoy vivo aun? -

- Excelente pregunta Majestad -

- ¿Deberías respondérmela? -

- Creo que hasta ni yo mismo lo sé. Pero ¿No le parece extraño? -

- ¿Qué cosa? -

- ¿Que esa chica que encontró en la bahía haya aparecido así de la nada? Vestida con esos harapos - Poso sus manos atrás - ¿Qué cree? Es algo misterioso -

- No creo Seto, no creo que pueda ser coincidencia. Puede que se haya naufragado en el mar, es la respuesta más obvia que puedo dar, sobre su voz. Supongo que ella es así de nacimiento - Volvió a mirar por la ventana de cristal, tenía una hermosa vista al mar - Ella debe estar por ahí, estoy seguro -

- Tan soñador como siempre ¿Y si fue un hombre su salvador? -

- ¿Un hombre cantaría con un tono tan femenino? - Dijo sin mirarlo aun.

- Hay casos -

- Vamos Seto, no me ayudas - Retomo su mirada en su mayordomo

- Por su puesto que lo hago alteza -

- Jum - Se sonrió de lado volviendo a cruzar los brazos.

- Alteza -

Llamo una de las mucamas, poseía un cabello tan claro como cielo, un azul tan claro así como sus ojos, unos ojos que cautivaban al mayordomo sin dejar de verla, su traje de sirvienta era un vestido largo azul oscuro hasta los pies, con esos adornos en blancos de mesera, su nombre era Kisara.

- Ya está lista como ordenó alteza -

- Déjala pasar por favor Kisara - Respondió el Príncipe.

La chica volvió a mirar hacia la entrada de donde vino, donde dijo:

- Vamos, no tengas miedo. Ya puedes venir bonita - Ella extendió amablemente su mano, cuando la otra la sostuvo y la guió.

Y así fue. Aquella linda chica, con cabellos característicos puntiagudos, esos colores morados con vino tinto, sus mechones dorados estaban enrollados en semi rulos excepto el que colgaba de su frente, llevaba un hermoso vestido Sirena Lila con rosa con adornos de perlas y diamantes sencillo incrustados en él, su pecho era forma de corazón, sus hombros estaban descubiertos pero al igual que la cola de su falda eran suelto, era mucho la referencia que venía de las mar.

Atem no tenía palabras, el brillo de sus ojos aparecieron de repente. Estaba realmente hermosa.

- Oh... - Seto obreros en lo embobado que estaba su Príncipe.

- Majestad... - Le dio un pequeño golpe con el codo - diga algo -

- ¿Qué?..., bueno yo... - Aun sin algo claro. Kisara decidió hablar.

- No fue de mucho hablar Alteza. Su baño fue algo simple y tierno, parecía una niña jugando con las burbujas de jabón - Rio un poco - Procuramos hablar con ella, pero no nos decía nada, escucha pero no habla - Dijo amablemente - Es algo raro ya que tampoco al reír emitía sonido -

- Es algo raro - Dijo Seto.

Mientras que Seto y Kisara conversaban del todo, no se dieron de cuenta que ambos chicos se acercaron mirándose fijamente a los ojos. Enserio en joyas los ojos de la joven. Sentía que podía ver el mar en ellos.

Hikari estaba nerviosa, ¿Enserio era su príncipe? ¿Ese que salvó de la tormenta? Lo tenía tan cerca, más que nunca lo tenía cerca.

Atem no dejaba de ver esos labios tan carnosos y rosados, sus mejillas veía que están en rosa muy claro. El vestido encajaba con ella a la perfección, enserio parecía una Sirena. Era más alto que ella, pero no le importaba, era perfecta... Perfecta... aun ni lo sabía, no estaba seguro.

Si realmente era ella o ¿Otra persona?

Su momento se terminó cuando el sonido de una campanilla resonó.

- Es hora de comer Majestad -



Continuará

...

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