✦ 𝗧𝗛𝗘 𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠 𝗙𝗔𝗜𝗥𝗬￤ᵃᵈᵃᵖᵗ

𝟏𝟎 ⊹ 𝚒'𝚖 𝚜𝚘𝚛𝚛𝚢

Seúl, ??? de ??? del 2022
Yeonjun, ¿22 años? 

Yeonjun abrió los ojos lentamente, encontrándose con el monocromático techo color blanco que ya conocía a la perfección. 

No hizo falta analizar mucho para percatarse de que se encontraba llorando, además de un gran malestar en su vientre causándole fuertes ganas de vomitar que aún persistía a pesar de haber salido de esa extraña situación. 

Los nervios que le daba recordar su vida escolar le estaban pasando factura, pero no le importaba mucho realmente. 

Por mucho que quisiera sentirse mejor, cree que es merecedor de todo lo malo que le ocurre, por eso no ha hecho absolutamente nada por mejorar su vida. 

Además de que se le hacía más fácil evadir la triste realidad que enfrentarla, aunque al final siempre acababa enfrentando todos sus males cada muerte vivida en ese lugar imaginario.

¿Eso se le puede llamar enfrentar? No, en todo caso es un cobarde que siempre huía, así como hizo al mudarse a Seúl. 

Huyó y se resguardó en el mundo de los sueños, pero por mucho que intentara engañarse diciendo que su alegría se encuentra en ese lugar, realmente es todo lo contrario. 

Yeonjun odia soñar, y sobre todo, odia a Soobin. 

Lo odia por no estar a su lado; lo odia por ser el único capaz de hacerlo feliz; lo odia porque se marchó dejándolo completamente solo.

También se odiaba a sí mismo por depender tanto del menor hasta el punto de querer dormir para verlo a pesar de saber que eso no solucionaba nada, pues ese Soobin no era real, y en sus sueños siempre llegaba a sentirse igual de mal que en su realidad. Por mucho que empezara con pura felicidad, en algún punto todo se arruinaba. 

Da igual donde estuviera, el malestar lo acompaña a todos lados, y eso es algo que Yeonjun no podía evitar, al igual que le era imposible no amar a Soobin. 

¿Cómo no amarlo si es la mejor persona que ha conocido en toda su vida? 

Pero el problema reside en que ese amor es tan hermoso como doloroso, especialmente porque aún cuando técnicamente este terminó hace años, Yeonjun sigue amando y recordando con cariño todos los momentos que pasaron juntos. No era algo que pudiera simplemente dejar en el pasado y ya, no cuando gran parte de su vida la pasó al lado de Soobin. 

Necesitaba regresar a su lado; necesitaba sentir sus brazos abrazándolo o sus manos acariciándole inocentemente; necesitaba a Soobin, pero no podía regresar con él. 

Después de todo, este se fue por su culpa. 

Pero lo tenía tan cerca y a la vez tan lejos que parecía una tortura.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la pantalla de su teléfono se encendió. Era fácil notarlo porque estaba completamente a oscuras. 

La primera reacción de Yeonjun fue sorprenderse. 

¿Aún le queda batería? Se preguntaba, pues no sabe cuando, pero está seguro de que le habían cortado la luz hace tiempo. Por eso daba igual si el teléfono tenía el cargador conectado, estaba muriendo lentamente con los días y supuso que ya debería estar sin batería. 

Es consciente de que la pantalla se prende bastante, ya sea por mensajes o por llamadas de a saber quien. Tal vez su familia, o incluso propaganda. 

De todos modos a Yeonjun no le interesaba contactarse con nadie, su teléfono era completamente innecesario para él. 

Es por eso que usó la poca energía que tenía para levantarse lentamente de la cama y caminar con dificultad hacia el dispositivo. 

Sus piernas dolían y su cuerpo se sentía demasiado pesado aún cuando estaba más delgado de lo normal. 

Sin intención de mirar la pantalla (principalmente porque su vista estaba algo borrosa), simplemente tomó el dispositivo y se dirigió a la cocina con la intención de tirarlo a la basura. 

Para cualquier otro, hacer algo así sería impensable, pero Yeonjun estaba harto del aparato. Mientras dormía podía notar la molesta luz, y viviendo en ese oscuro apartamento, su vista se había acostumbrado tanto a la falta de luz que cualquier mínima iluminación era dolorosa para sus ojos. 

Cuando estuvo dispuesto a volver a la cama con el fin de ir a dormir de nuevo, sus piernas cedieron, haciéndolo caer de rodillas. Su cuerpo no se sentía bien, así que se tomó la libertad de apoyar la espalda en los muebles bajos de la cocina, todo mientras el goteo del grifo comenzaba a sonar, nada nuevo.

Respiró profundo y enfocó su mirada en el techo, que en la cocina estaba lleno de humedad. 

Solo podía escuchar el goteo y el lento latir de su corazón. Se sentía extrañamente tranquilo, y por un momento pudo dejar su mente completamente en blanco. 

Y seguiría en ese estado de no ser porque el timbre sonó. 

Ding dong. 

━...Yeonjun, por favor, solo quiero saber cómo estás... ━se escuchaba una suplicante voz por fuera del apartamento. 

Al principio, el rubio tapó sus oídos y cerró los ojos, intentando dormirse en el suelo de la cocina. Pero el frío y duro suelo de mármol no era muy cómodo, por así decirlo. 

Por eso, gateó lentamente hacia la puerta principal, no para abrirla, si no para escucharlo mejor. 

━Sé que estás ahí, por favor, abre, necesito saber si te encuentras bien... 

Yeonjun apoyó la mano en la puerta. 

Lo siento... Se disculpó mentalmente para dejarse invadir por la dulce voz rogando verle y quedar completamente dormido, agradeciendo que en esa zona de la casa el suelo es pura moqueta. 

Ahí estaba mucho más cómodo que en la cocina.