𝙴𝚕 𝚌𝚊𝚜𝚘 𝚗𝚎𝚐𝚛𝚘 [𝙱𝚊𝚔𝚞𝚐𝚘 & 𝙾𝚌]

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Viaje

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La despedida fue corta, la pequeña no pensaba que se iban a ir todo un mes o más. Los mayores en cambio fingían sonrisas y algunos quería que el tiempo se detuviera.

— Adiós - grito la niña - Volver el lunes o no habrá comida para vosotros - les amenazó en broma y ellos entraron en la camioneta negra.

Allí ya estaban Shoto y Kiri, les parecía injusto que hubiesen mandado a los dos a una misión importante. Sobretodo sabiendo que tienen una hija y podría quedar huérfana.

— ¿Traéis todo? - les pregunto el conductor, era un espía.

— Si - respondió Bakugo secó.

Los últimos que quedaban eran Deku y Ochako, que también estaban juntos pero no tenían ninguna criatura, aún. Se saludaron todos y hablaron un poco de sus vidas para despejarse Pronto estarían en un avión camino a Estados Unidos, New York. Estarían un mes preparándose, entrenando y recogiendo información para luego en ese viernes acabar la misión.

En el aeropuerto los mandaron por pasillos donde solo pasan los operarios. No podían saber los paparachi que ellos se iban a esa misión. Si se filtraba el villano tendría bastante ventaja.

Se subieron en un avión privado, se tuvieron que poner una sudadera negra y capucha. En las maletas solo llevaban sus trajes de héroes y ropa para entrenar.

En el avión les dijeron que allí estarían todo el mes dentro de un edificio. No podrían salir, tendrían que hacer vida allí. En la primera planta solo son para trabajadores, la segunda está la sala de información, en la siguiente ya está el gimnasio con varias salas de pelea. Las cuarta ya son las habitaciones, cuatro en total. Era suficiente para ellos, en la última planta la de arriba estaba el comedor y la cocina, pero allí ya ahí gente contratada para eso.

— Bakugo no podrá cocinar - se burló Kirishima y el rubio le hizo un pequeña explosión.

— Callate - Katsuki dejo un poco los insultos, pero su carácter seguía siendo el mismo.

Con Rei se calmaba un poco y se podía relajar. Ella también tiene carácter y en la U.A le costó admitir que la gustaba alguien. Se conocían desde antes de la U.A, a los 10 años cuando ella cambio de colegio. Al tener los 16 años comenzaron a salir, podían ser ellos mismos. Los dos sabían la personalidad del otro.

Al terminar la U.A empezaron a ahorrar y cuando pasó un año ya tenían un apartamento para ellos. Tenían un buen salario, no se lo gastaban todo y guardaban para algún imprevisto. Cosa que albde unos años llegó, al ver el positivo en el test. Tenían 22 años cuando pasó.

Ahora a sus 26 no se habían casado, no lo veían necesario. Tampoco tenían tiempos por el trabajo para planearlo bien y con el bebé tampoco. Los padres de Katsuki sacaban el tema cada vez que podían para que se casarán.

En el viaje no pudieron dormir, así que al llegar al edificio sin ser vistos les dieron las pocas horas que faltaban para dormir.

— Poner la alarma a las ocho, después de una hora pasaremos para daros la primera clase de información. - les dijo su jefe de ahora.

Se habían juntado varias agencia al enterarse de la misión. Y mandaron a una especie de manager que era como un pocilia oculto. Era estadounidense, se llamaba Steve o eso decía.

Al llegar a la habitación que tenían Katsuki y Rei y lo primero que hicieron fue colocar todo. Al tener todo listo se tomaron una ducha, era medianoche.

Ella estaba apoyada en su pecho como de costumbre, le relajaba oír los latidos del corazón. Él en cambio siempre la abrazaba y daba caricias en la espalda llena de cicatrices. Esas cicatrices llenas de odio, la saque más odiaba.

La familia de Rei digamos que no fue la mejor, no la apoyaron cuando dijo que quería ser una heroína. Las peleas que generaba ese tema eran fuertes, pero nunca llegaron a ser físicas o eso creía ella. Cuando ingreso a la U.A y se lo contó a sus padres explotaron. Las marcas de su espalda eran de cristales rotos, y en la nuca también tenía una de un trozo de cristal que se le quedó incrustado. La tuvieron que llevar al hospital y los padres se inventaron una escusa para que no les quitará la custodia. Tiempo después ella solo pasaba por casa para dormir, el resto del día estaba fuera, lo intentaba.

Cuando se fue de casa fue un respiro, un peso menos de encima. No tiene mucho contacto con ellos pero al menos sabe dónde viven y si están vivos.

— Prométeme que no harás ninguna locura. - le dijo Katsuki mientras miraba el techo, pensativo.

Ella se acomodo para poder mirarle, siempre se preguntaba cómo pudo acabar con él, el chico pomeranian.

— Prometemelo - repitió y esta vez sí la miro.

Ella tenía una gran fama por hacer estupideces. La primera fue en el campamento, se dejó atrapar para no dejarle solo. A parte de las demás en las distintas misiones o trabajos que ha hecho. Casi siempre sale con algún hueso roto y con una nueva cicatriz. Esas estupideces le podían costar la vida, pero funcionaban y salvaba a mucha gente.

— Prometelo - los ojos del rubio estaban dilatados, se preocupaba. Él sabía que si uno de ellos no salía con vida, haría todo lo posible para que fuese él.

— Lo prometo - contesto Rei y Katsuki soltó el aire más tranquilo. - Pero solo si tu prometes que no arriesgaras tu vida sobre la mía. - él negó

— Sabes que lo haría aunque te lo prometiese. - ella se recostó para quedar sentada a lo indio.

— Y sabes que yo sí tuviera la oportunidad de salvar a más gente lo haría sin importar lo que me pasará. - él se apoyó en el cabezal de la cama.

— Rei si uno puede salir vivo de esta misión, serás tú - dijo seguro.

— Piensas que todos vamos a morir sin saber aún las circunstancias. - se le abrieron los ojos por la idiotez del chico.

— No he dicho eso, pero ha sabemos el riesgo. Solo tenemos un 20% de posibilidades para que alguien salga vivo y un 3% de que todos lo hagamos. - ella resopló.

No quería pelear ahora, no con él, ni con nadie. Solo se quería dormir y esperar a que a la mañana siguiente todo hubiese sido una pesadilla. Pero sabía que no lo era, que todo esto era real.

— Mira, solo dejémoslo hoy, no quiero oír nada promesas ni porcentajes, ni muertes. - contó todo lo que habían hablado, no lograba mirale. Eso siempre pasaba cuando estaban en una situación mala y delicada. - Nada. Solo dormir, ya veremos mañana.

— Si, será lo mejor - paso su mano por su nuca.

Rei se acostó dándole la espalda, Katsuki se acurrucó con ella y los tapo. Paso su brazo para abrazarla.

— Sabes que te quiero verdad - le dijo en el oído.

Ella se quedó un rato callada, mirando la pared. Entendía porque actuaba así, ella hace lo mismo con las personas más importantes de su vida.

— Lo se...

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