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TAEHYUNG.

—¿Dónde están? —Suspiro, alucinando más y más a medida que pasa el tiempo, retorciéndome los dedos mientras me siento y me levanto de nuevo para pasear por la habitación. Han pasado dos horas desde que salieron de la finca. Deberían haber vuelto. Miro fijamente a Namjoon, que parece tranquilo.

—¿Qué demonios ha pasado, cariño? —le pregunta Hyuna a su marido. Me detengo y espero a que me explique dónde están mi padre y mi prometido.

Se encoge de hombros como si no fuera gran cosa cuando estoy a punto de saltar fuera de mi piel. —No lo sé. Estaban entrando en la casa para buscar al tipo que mi equipo había atado y amordazado creyendo que era el que estaba aquí. Tal vez fueron a trabajar en él. —Así que lo que está diciendo es que probablemente lo llevaron a algún lugar para torturarlo y matarlo.

—Bueno, ¿por qué no los llamas y lo averiguas? —le digo bruscamente, echándole en cara. Hyuna me toma suavemente de la mano y me lleva a una silla.

Miro fijamente a mi cuñado mientras marca. Parece una eternidad mientras va pasando contacto tras contacto, pero Namjoon no obtiene respuesta hasta que prueba con el último. Lo pone en altavoz porque no puede oírlo.

—Jefe, explosión —grita una voz. ¿Ha dicho explosión? Juro que la habitación se inclina un poco, pero aprieto la mano en el reposabrazos.

—No hables. Lleven a este hombre al hospital. ¿Quién habla? —gruñe una voz masculina en el teléfono.

—¿Quién demonios habla? —ladra Namjoon.

—Habla el Jefe Choi del Departamento de Bomberos.

¿Los bomberos están en nuestra casa?

—¿Qué le pasó a Danny?

—Tuvimos una explosión. Varios hombres muertos. —Oh, Dios mío. Sí lo he oído bien.

—No —grito, poniéndome en pie porque necesito aire.

Tropezando hacia la puerta principal, las siguientes palabras me hacen congelar. —¿Hay algún superviviente? — pregunta Namjoon.

—No que podamos decir. —El mundo se vuelve negro y me desmorono, cayendo en los brazos de alguien mientras pierdo el conocimiento.

(...)

—Despierta, amore mio. —Juro que oigo a Jungkook, pero debe ser un sueño. La sensación de su fuerte mano deslizándose por mi mejilla me despierta. Aprieto mi cara contra su abrazo para recordar su tacto en mi alma.

—Jungkook, estás vivo —grito mientras mis ojos se centran en su rostro. Las lágrimas fluyen libremente por mi rostro.

—Sí, nadie puede alejarme de ti. Ya te lo he dicho. Por favor, amore, no llores. —Hago lo posible por contener las lágrimas, pero es todo lo contrario. Me abraza a su pecho, respirando mi aroma mientras me roba besos en la coronilla.

Cuando por fin logro controlar mis emociones, me alejo un poco y miro su rostro robusto. —¿Dónde estoy?

—En nuestra habitación —gruñe con una sonrisa.

La lujuria se dispara por mis venas y se lo hago saber mientras tarareo: —Me tienes justo donde quieres, ¿verdad?

—Sí, pero aún nos queda un día antes de convertirte en mi esposo. —Se suelta de mí y se retira de la cama. Lo miro por primera vez y me sorprende. Está cubierto de sangre seca, con la ropa sucia y la cara llena de suciedad.

Married (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora