Era un bello día soleado manejando por la carretera, teniendo una hermosa vista del mar y de la costa. Vincent y Camila, una pareja joven que se había casado hace algunas semanas, cantaba alegremente el tema "Love will show us how" de Christine McVie, mientras se dirigían a un lujoso resort donde pasarían sus próximas vacaciones.
Ya en la realidad, es el cantar de un gallo el que despertaría a Vincent de aquel recuerdo de su vida anterior.
Parecía reflexionar por un momento en aquello que dejo atrás, pero el interés que tenía por su presente era mucho más grande que cualquier recuerdo melancólico.
Por alguna razón siente un ligero sabor dulce en sus labios, pero no le presta mayor atención.
Recordar todo lo que había sido capaz de hacer ayer todavía le parece increíble y algo que ni en su mejor condición podría haber hecho en su vida anterior.
- "Capacidades potenciadas..." - Habló para sí mismo, mientras se sentaba en la cama. - Aun con estas nuevas habilidades si cometía un solo error todo se habría terminado bastante rápido.
Mientras observa sus brazos no es capaz de encontrar ninguna herida de la pelea de ayer. Estas no eran importantes y apenas cubrió algunas con una venda improvisada, pero ahora no había señal de que alguna vez existieron.
- ¿Esto también será parte de la bendición de la diosa?
Reservándose esa pregunta para después sale de su cuarto hacia la pequeña sala que tenía en común con Emily. Desde allí podía ver que la puerta de su cuarto estaba abierta y que no había nadie dentro.
- Posiblemente vio lo que les hice a los forajidos... No podría culparla.
Cuando pensaba salir a conseguir algo para desayunar Emily ingresa al lugar.
- Buenos días, Héroe. Me alegro que ya se encuentre mejor. – Dijo ella, con una suave y dulce voz. – Fui a la plaza a comprar algunas cosas, espero que sean de su agrado.
Vincent quedo ligeramente sorprendido por la familiaridad con la que ella le hablaba, como si le hubiese conocido de toda una vida. Además del hecho de que hasta ayer ella no era capaz de gesticular palabra alguna.
Dejo sobre la mesa su canasta y saco todo lo que había en su interior para preparar el desayuno.
- En las calles están hablando sobre el ataque que sufrió la caravana de un esclavista ayer. Alguien libero a todas las personas sometidas por aquel hombre y les dio sus riquezas para que puedan volver a su hogar ¿No es eso maravilloso?
A Vincent le extraña que ella no pudiese asociar la emboscada que hicieron ayer, precisamente a ese comerciante, con lo que acababa de escuchar en la calle. Teniendo en cuenta que ella estuvo presente y siguió en su momento las instrucciones que le dio.
- Un momento, Emily ¿recuerdas lo que pasó ayer?
- Claro que sí. - Contestó ella, mientras continuaba preparando los alimentos. - Valiente Héroe, usted me libero de mi cautiverio y me dio abrigo, comida y un lugar donde poder descansar. Le estaré eternamente agradecida por ello.
Por la forma en la que ella respondió, parece ser que esto era lo único que recordaba.
- Ayer en la tarde salimos a caminar por el barrio de los sastres ¿Recuerdas lo que hicimos después?
Emily parece intentar evocar esos recuerdos, pero se tarda más de lo que debería. De pronto algo parece haberla molestado, porque se lleva una de sus manos a la cara.
- No lo sé. – Responde ella, luego de haberlo intentado. – Pero... ¿hice algo malo?
- No, no es eso.
Vincent piensa que aquella experiencia traumática había dejado alguna clase de secuela en la mente de Emily. Se queda un momento en silencio tratando de buscar alguna solución para ese problema, sin embargo, Emily pensó que su salvador comenzaba a arrepentirse de haberla ayudado.
- Héroe... - Dijo ella, dejando lo que estaba haciendo para dirigirse hacia él. – Le pido disculpas si hice algo que no debía, verdaderamente no tengo intenciones de causarle problemas.
Cuando Vincent se da cuenta ya tenía a Emily justo delante suyo, haciendo que de la sorpresa retrocediera un poco, sentándose involuntariamente en el sofá que tenía detrás suyo.
- Haría lo que sea por usted. – Continuaba ella, mientras intentaba vanamente disculparse a causa del mal entendido.
Desde esa distancia, era imposible para él ignorar a ese gran par de pechos que tenía justo al frente. Nuevamente aquellas ideas carnales habían invadido su mente, tal como si se tratará del ataque de un enjambre de avistas.
Para evitar que aquellos instintos básicos lo dominasen opto por morderse la lengua, haciendo que el dolor reemplace aquellas ideas impropias de él.
"Puedo controlarme, no soy ningún animal. – Pensó Vincent, para sí mismo. – "Si pretendo superar cualquier desafío debería de ser capaz de gobernar mis deseos, tal como lo hice en mi otra vida."
- ¿Su-sucede algo? ¿Héroe? – Pregunta extrañada Emily.
- No, no es nada. – Dijo Vincent, mientras disipaba aquellos pensamientos. – Saldré por un momento.
- Claro, pero no tarde. Ya casi estará listo el desayuno.
Una vez afuera, Vincent tiene que recurrir a un pozo para sacar agua con la cual puede lavarse el rostro y de paso "enfriar" aquellas carnales ideas.
"Si Emily escucho sobre lo que pasó con el esclavista significa que algunas de las personas liberadas hablaron con los pobladores sobre lo sucedido. Debí haberles pedido ser más discretos al respecto, pero supongo que el cansancio me hizo olvidar este importante detalle." – Pensó Vincent.
Al regresar a su cuarto, vio que la mesa ya estaba servida.
Había panes, queso y huevos acompañados con té caliente. Emily parecía muy orgullosa de servir a quién consideraba su héroe, pese a que él no se sentía muy a gusto con ese adjetivo pues sus acciones eran guiadas únicamente por el beneficio propio.
Mientras comían, él pudo ver la cicatriz que Emily tenía en el cuello. Esto le recordó que debía llevarla con alguien especializado en tratar sus males.
"Si la magia es tan común en este mundo, no sería tan extraño que pueda existir alguna rama de la misma que trate con heridas o enfermedades. Luego de encontrar a un sanador, pensaré en cómo recolectar más información sobre este mundo..."
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Perversión: Mi nueva vida como aspirante a Rey Demonio (PAUSADA)
AventurăUn joven, fallecido a temprana edad, tiene la oportunidad para regresar a la vida siempre que este dispuesto a pagar el precio acordado.