GYM -Liam Payne (One shot) SEMI-HOT] {TERMINADO}

PARTE 6

Llevaba puesta la ropa de gimnasio. Pero no era igual a la del otro día, solo que se parecía muchísimo. Algo nuevo era el piercing en el ombligo. Y sin pensar o desearlo me di cuenta de algo, era ahora o nunca.

La aprisioné contra la pared y pegue mis labios a los suyos.

No recordaba que su boca haya sido tan suave y dulce, pero aunque solo la haya besado una vez, definitivamente extrañaba hacerlo.

Me alejó rápidamente y se quedó viéndome. Confundida. Le sonreí burlonamente y en vez de decir o gesticular algo, mis labios se pegaron como imanes a su cuello. Besándolo, succionándolo.

—Liam, no. Esto no está bien.

—Vamos, hermosa—me alejé de ella—. Mira, no haré nada si no quieres—la miré serio. Debía aclarar eso antes que piense alguna otra cosa.

Lo demás es historia.

Digo, no es necesario que les deje todos los sucios detalles, pues ya se imaginaran que sucedió. No, no hice nada que no quiso. Hice todo lo que me pidió, al igual que ella hizo todo lo que le pedí.

Después de aquel día le pedí una cita, que fue puesta para el sábado.

Juro que nunca había estado tan nervioso en toda mi vida.

—Me encantaría dejarte pasar—me sonrió cuando nos encontrábamos afuera de su departamento. Exactamente en la puerta. Ya era sábado en la noche y nuestra cita había sido genial. Jamás había congeniado tan bien con ninguna mujer en toda mi vida. Teníamos más en común de lo que había esperado jamás. Digo, misma música, mismos deseos para cuando seamos realmente grandes, mismo anhelo de cantidad de niños, mismos lugares favoritos, mismos platos favoritos, y muchas cosas más. Nada podía haber salido mejor—. Pues bueno...ya hemos pasado por...—sabía que se refería al otro día en el gimnasio—. Pero quiero comenzar esto bien—se mordió el labio, nerviosa. Le sonreí y me acerqué a ella. Alzó la vista para verme, pero solo besé su frente.

—También quiero comenzar esto bien—le sonreí al alejarme—. Llámame—entrelacé mis dedos con los suyos y me quedé observándolos. Encajaban. Perfectamente.

Me alejé y camine en dirección a la salida.

—Hey, Liam—me llamó de atrás.

—Dime—me giré a verla, pero para cuando lo hice, ella estaba casi chocando conmigo.

—Te faltó esto—se inclinó y deposito un suave y salvaje beso en mis labios.

Con ella y sus besos parecía que el tiempo no pasaba.

Que mi respiración no se acortaba.

Que era feliz.

Nos separamos y pegamos nuestras frentes.

—Te llamaré—corrió de nuevo a su departamento.

que chica