GYM -Liam Payne (One shot) SEMI-HOT] {TERMINADO}

PARTE 5

Me aleje abruptamente de ella y la mire consternado. Ella ladeo su cabeza y una voz ronca de apodero de su garganta.

— ¿Qué pasa?—era obvio que la excitación la había llenado.

—N..N...no—no era capaz de decir una palabra completa sin tartamudear—. No debemos hacer esto—finalmente dije. Solté mis manos delicamente de sus piernas, que por el momento evitaban que cayera al piso. Y ella entendió, así que soltó el agarre de mi cintura y mi cuello—. Perdón—levanté mi maletín sin mirarla, y salí de ahí.

¿Cómo me había pasado algo tan fuerte que no pude ni haberme detenido a pensar antes de hacerlo? El deseo me había consumido y no lo había evitado. Es más, me había encantado. Luego de la excitación, tuve que darme una ducha fría y salir esquivando a todas las personas del establecimiento.

Luego de aquello, fui a mi casa cansado. Prendí el televisor e hice zapping hasta quedarme dormido, sin volver a detenerme. A pensar en todo lo sucedido.

*-*-*-*-*-*-*-*-*

Habían pasado unas tres semanas y ella no aparecía.

Mis clases eran tres veces a la semana y no me había honrado con su presencia en ninguna de esas lecciones. Comenzaba a preocuparme de que algo le hubiera pasado. Y tampoco entendía la razón.

Digo, si, compartimos un buen momento. Pero apenas y sabía su nombre. Claro, no podía negar que un gran deseo se encendía dentro de mí cada vez que pensaba en ella. Y entendía que era esto. Era el deseo de poseerla.

Me seque con la toalla y me despedí de algunos alumnos que seguían allí. Por fin era viernes y mi objetivo era descansar de aquella cansada semana.

— Liam—una dulce voz se escucho desde la puerta.

— ¿______________?—me acerque a ella, dando grandes pasos—¿Linda, que te ha pasado? ¿Qué ha sido de ti? Nos has tenido a todos preocupados—vale, solo a mí, pero no podía decir eso, no después de lo que había pasado entre nosotros.

— Ehm, si. Vine por eso. Quería aclarar porque había faltado. Sucede que me fui de viaje por un par de semanas. Además de ello...—hizo una mueca.

— Prosigue—indiqué.

— Además de ello, no quería venir a clases—Admitió.

— Lamento haberte hecho sentir incomoda—la observé mejor.

Llevaba puesta la ropa de gimnasio. Pero no era igual a la del otro día, solo que se parecía muchísimo. Algo nuevo era el piercing en el ombligo. Y sin pensar o desearlom me di cuenta de algo, era ahora o nunca.