Capítulo 2 Sobrevivir

32 0 0
                                    

En mis últimos segundos de lucidez, una luz apareció de entre la obscuridad, traspasaba mis parpados, obligándome a por inercia abrir los ojos sin pensar, y entonces; me desvanecí en ella para acabar de entregarme a mi destino.

Y desperté, no tenía idea de cuanto tiempo había transcurrido desde mi accidente en Estraba, recuerdo haber caído en aquel agujero y sentir que mi vida salía de mi cuerpo, sentía frío y mucho dolor, me daba cuenta de que habían vuelto a por mí, había sido rescatado, y ahora, sentía calma, una calma que me reconfortaba y llenaba de calor mi dolorido cuerpo.

Delante de mí, una puerta se abría y entraba un grupo de personas a las que no había visto nunca antes, hasta que de pronto, una cara familiar asomó, se trataba de Bartolomé Valencia, un miembro del equipo de exploración con el que aterrizamos en Estraba para investigar el lugar; qué malos recuerdos me trae solo pensar en aquel planeta...

-Señor Trinidad, soy el doctor Maximino Zamora, estas señoritas le atenderán y si se encuentra en óptimas condiciones, podrá marcharse a casa, debe saber que ingresó en condiciones muy delicadas, un par de minutos más tarde y no estaríamos hablando ahora mismo-

Lo único que pude acertar a preguntar fue, aunque ya sabía la respuesta...

-¿Qué me ocurrió?-

Supongo que más que una pregunta, fue un pensamiento en voz alta, pero el doctor procedió a explicarme lo que según el equipo de rescate me ocurrió.

-Al parecer durante el despegue de la nave usted se cayó de la nave, no logró anclarse y se dio un golpe muy fuerte, luego de eso, no sabemos nada de usted hasta que el equipo de rescate lo encontró dentro de un agujero trampa... empalado; es un milagro que siga aquí, perdió mucha sangre y le quedarán algunas cicatrices, pero nada que le impida continuar ejerciendo su labor, así que no debe preocuparse. Por cierto, el señor Bartolomé fue parte de la tropa de rescate, fue él quien les indicó donde podrían encontrarlo, así que él podrá darle más detalles si así lo desea, yo me marcho ahora, tome su medicación y asista a las visitas con la doctora Piedad Montenegro, la encontrará al final del pasillo todos los días, sí se lo indican las enfermeras, vaya a verla antes de marcharse.-

Bartolomé me echó una mirada para que asintiera al doctor y así lo hice, luego de un par de minutos revisando cosas y hablando con las enfermeras, salió de la habitación y Bartolomé se acercó a mí, y comenzó a contarme lo que ocurrió desde su punto de vista.

-Tu gancho no estaba asegurado, no sabemos donde está la persona responsable por ello... se dice entre la tripulación que al llegar a la base subió a una nave de reserva y huyó a la tierra. Tendría que haberme hecho cargo yo mismo de tu gancho, para eso somos compañeros, lo lamento muchísimo...-

Bartolomé agachó la cabeza mientras se disculpaba y pude ver lágrimas caer sobre las sábanas de la cama.

-No era tu responsabilidad, acepto las disculpas, aunque no son necesarias, era un momento de tensión y ya habíamos designado a otra persona para encargarse de esa labor, que no lo pudiese hacer correctamente, no es tu responsabilidad, en todo caso es mía, por no haber sabido elegir a una persona mejor capacitada-

Bartolomé levantó la cabeza y asintió despacio mientras se secaba las mejillas, y luego dijo.

-Sé que es una mala noticia, pero has de saber que debemos volver a Estraba; solo quedamos tú y yo, ya que el resto de la tripulación ha sido reasignada a otras unidades. Si bien es cierto que nos enviarán nuevos tripulantes, no saben lo que les espera, así que, haré lo que pueda por conseguir gente capacitada para completar la misión esta vez-

Era lo último que quería oír en ese momento, no quería volver a pisar Estraba nunca más, solo pensar en lo que nos esperaba, de nuevo me revolvía el estómago y me hacía sudar de los nervios; así que solo le di las gracias y él se marchó.

Al final, las enfermeras me dieron de alta y me dijeron lo mismo que el doctor, sobre saludar a la doctora Montenegro antes de marcharme a casa y así lo hice.

-Hola Trinidad, ¿cómo te encuentras?- preguntó ella mientras se ponía sus gafas para poder verme mejor y agregó sin dejarme contestar, -Ya te he visto- y me regaló una sonrisa para luego continuar diciendo -Ve a casa y descansa, pero vuelve mañana sobre las 18h para que podamos hablar un rato-

-De acuerdo- le respondí y me marchaba mientras la oía decir -Te estaré esperando-.




EstrabasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora