Capítulo 5 Mujeres

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Mi padre me pedía no seguir, aquel hombre que había entregado su vida a su misión, me estaba pidiendo no sacrificar la mía por la misma causa...

-No me arrepiento de mis decisiones, pero tú no tienes que repetir lo mismo, quiero que vivas...- dijo con una voz gentil que nunca le había oído jamás, casi como un buen amigo.

Me pedía que tuviera una vida normal, era una opción, pero, aunque hasta cierto punto odiase a mi padre, quería salvarlo del destino que le esperaba, si seguía siendo nuestra fuente de energía, se estaba secando, entre más tiempo pasaba postrado en esa cama, su estado de salud empeoraba, su vida se estaba marchitando.

-No te preocupes por mí, padre...- le dije y él solo pudo mirarme con los mismos ojos con los que le miraba yo cuando sabía que su decisión no iba a cambiar sin importar lo que dijera.

De camino a casa tuve tiempo suficiente para pensar, consideré la petición de mi padre, pero dentro de mí algo seguía gritando que debía ayudarle, que no era demasiado tarde y que sí teníamos posibilidades de llegar al núcleo de Estrabas. Había tomado mi decisión, volvería y esta vez lo lograría.

Al día siguiente, después de ir a mi revisión médica, pasé por la  oficina para ayudar a Bartolomé con las entrevistas para conseguir  nuevos reclutas para la misión, había muchos postulantes, realmente  ninguno sabía lo que les esperaba, solo sab...

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Al día siguiente, después de ir a mi revisión médica, pasé por la oficina para ayudar a Bartolomé con las entrevistas para conseguir nuevos reclutas para la misión, había muchos postulantes, realmente ninguno sabía lo que les esperaba, solo sabían que el nivel de dificultad de la misión era muy alto, pero no tenían una idea real de cuánta era la dificultad y es que no se trataba únicamente de la hostilidad del planeta, eran las criaturas que lo habitaban.

-Soy Deyna Ceen, quiero postularme para ser parte de vuestro equipo- escuché y levanté la cabeza de inmediato.

-¿Por qué quieres participar en esta misión?- le pregunte antes de que Bartolomé le dijese nada, él sabía cuál era la respuesta, pero se quedó callado ante mi curiosidad.

Y ella respondió con voz temblorosa -Quiero ser útil a mi planeta señor- Bajé la cabeza pretendiendo leer su carta de presentación y solo alcancé a decir -Lo pensaremos-

Ella se marchó y continuamos con las entrevistas por alrededor de una hora más y después fuimos a comer, ya habíamos escogido al personal así que teníamos el resto de la tarde libre, o por lo menos yo sí. Después de la comida, Bartolomé se marchó, pues tenía asuntos personales que atender y yo me quedé en la oficina, lancé un aviso para aquellos que habían sido escogidos y me quedé sentado por un rato pensando en la manera de completar la misión de la forma más rápida y segura posible.

Entonces, el sonido de tres golpes en la puerta me sacó de mis pensamientos.

-Adelante- dije sin levantar la cabeza y la persona delante de mi golpeo la mesa con ambas manos y después preguntó.

-¿Por qué? ¿Por qué no me han elegido a mí?

-Estrabas no es un lugar para mujeres. -¿Tienes idea de lo que le pasa a las mujeres que van allí?- le dije calmadamente mientras le hacía un gesto con la mano para invitarla a sentarse y continué diciendo – Voy a enseñarte lo que ocurre en Estrabas, mi decisión ya está tomada, pero aun así, considero que mereces una respuesta- Después de decir esto, reproduje en el monitor parte de la grabación de la cámara de mi traje y solo hicieron falta 26 minutos para hacerla vomitar del horror.

-¿Qué es esto?- preguntó ella entre lágrimas.

-Es la realidad que encontrarás en Estrabas, perdimos muchos compañeros, compañeros queridos y con muchos años de experiencia, personal irreemplazable. Pero aun así, lo más curioso de todo es que, éramos una tripulación de 15 personas, 9 mujeres, 6 hombres, todas las mujeres murieron de maneras horribles, lo has podido ver, solo sobrevivimos 4 hombres, los otros dos murieron bastante rápido a diferencia de las mujeres... por lo que he podido ver, esas criaturas tienen cierta predilección por las mujeres, prefiero evitar que vuelva a ocurrir una masacre, así que he decidido que esta vez no bajaríamos mujeres con nosotros, no se trata de debilidad, es más bien sobre, no darles el gusto de alimentarse con lo que parece que les fascina-.

Ella se disculpó y se marchó en silencio, y yo hice lo mismo, apagué y dejé todo en orden y me fui a casa, no había pensado demasiado en lo terrible que había sido todo realmente, vi a mis compañeros morir mientras luchaba por mi vida y por cumplir mi objetivo. Me sentía asqueado por todo lo ocurrido, se me venían las imágenes a la cabeza y me entraban arcadas.

Al llegar a casa, estaba tan agotado que solo me recosté en el sofá y mientras miraba la tierra a través de la ventana me quedé profundamente dormido.

Al llegar a casa, estaba tan agotado que solo me recosté en el sofá y mientras miraba la tierra a través de la ventana me quedé profundamente dormido

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