Anne Cooper estaba destinada a ser feliz, aunque ella siempre pensaba que ese día nunca llegaría, pero estaba realmente equivocada, porque cuando tuvo ese fatídico accidente, las cosas empezaron mejorar para ella. El amor de su vida se cruzara en su...
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Stalker
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La chica Swan | Acosadora
Anne se encontraba caminando con Bella por los pasillos del instituto, la pelirroja se había propuesto formar una amistad con aquella chica, por eso cuando iban a su clase de Trigonometría que por suerte les tocaba juntas, Anne se le había pegado a ella, recibían miradas de los estudiantes pero no le daban mucha importancia, excepto Bella que se puso muy incomoda por las miradas que estaban puestas en ellas, aunque un poco confundida porque una chica como Anne le hablara.
—¿Phoenix? —Pregunto Anne recibiendo una mirada confundida de la chica —¿Eres de Phoenix?
—Mmm si —Respondió Bella —¿Tu eres de Forks?
—Realmente no, llegue hace tres años —Contesto Anne con una sonrisa —Aunque me hubiera gustado haber nacido en Forks, pero el destino me hizo nacer en Seattle.
—¿Huelo mal? —Pregunto de repente Bella.
—No, ¿Porque? —Anne la miro confundida.
—Edward ayer hizo caras de asco y se tapaba la nariz —Soltó Bella.
—Oye tranquila, seguro no eras tu o simplemente te hizo una broma.
—Pero después se quería cambiar de clases, le iba a reclamar pero no vino hoy —Anne notó que la chica realmente estaba frustrada por ese tema.
—Cuando lo veas, me avisas y yo le reclamo por hacerte esa broma de muy mal gusto.
Hubo un pequeño silencio cuando llegaron al aula, Bella estaba nerviosa y eso lo pudo notar Anne, pero para aumentarle los nervios de punta a la chica, el profesor Varner la hizo presentar a Bella ante todos, por supuesto ella balbuceo, se sonrojo y tropezó con sus botas cuando se sentó al lado de Anne, era una escena muy graciosa para la pelirroja.
Sonó el timbre indicando que era hora de su siguiente clase, esa no la compartía con Bella, se tuvo que despedir de la chica, pero no sin antes prometerse verse en la cafetería, Anne iba muy feliz a su clase de historia, la razón; ver al chico de cabellera rubia, y si ya se estaba empezando a enamorar del chico, cuando entro al salón, el chico se encontraba ya sentado en aquel puesto, sonrió y empezó a caminar hasta el chico.
—Hola —Saludo la chica que estaba muy alegre.
—Hola —Correspondió el saludo aquel chico de ojos dorados.
