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Había pasado un tiempo. Casi un año desde que un joven humano liberó a los monstruos de su encierro en el subsuelo.

A casi un año siendo el embajador de los monstruos, Frisk, había logrado mucho progreso. Ayudando a los monstruos a como relacionarse y adaptarse al nuevo mundo que los rodeaba. Costó, pero no era algo tan complicado como cuando sé enfrentó a Asriel Dreemur. Aunque si era agotador. Sin contar las demás cosas que tenía que hacer.

Su madre adoptiva lo mandó a estudiar a una escuela donde ella era maestra. Cosa vergonzosa. Casi tanto como ver a Asgore intentar tener una conversación pasiva con la misma Toriel.

Almenos las vacaciones sé acercaban y no había tantos problemas entré monstruos y humanos, Frisk podría disfrutar de un tiempo de vagancia almenos.

Cómo ahora. Frisk sé encontraba acostado en el piso, escuchando música desde un reproductor de MP3 que fue un regaló de su amigo, Napstablook. Obviamente dicho aparato venía con sus canciones como un extra. El humano decidió ponerse a escuchar la música de su amigo a la par qué sé recostaba en el suelo como esa vez que lo invitó a su casa. Era más relajante así.

-¡Frisk!

Dicho sé medio levantó al escuchar la voz de su madre adoptiva. Quien por cierto, abrió de forma algo brusca la puerta y sé le mostraba una genuina sonrisa en su rostro.

Frisk no recordaba ver a su madre adoptiva tan feliz desde que le dijo que quería quedarse con ella. El humano sé preguntó del porqué ahora la monstruo sé encontraba tan feliz ahora. Al verla mejor, recién sé dió cuenta que le trajo una porción de una tarta, seguramente de caracoles.

-¡Feliz cumpleaños mí niño!

Frisk levantó un poco la vista al escuchar el comentario de Toriel. Luego sé acordó de la fecha de hoy y también recordó que hoy era el día de su nacimiento. Claro, no era un día que le daba mucha importancia, ya qué nunca le celebraron dicho día...

Toriel siguió hablando y felicitando a su hijo adoptivo por su cumpleaños. Frisk sé sentía extraño por este tipo de atención.

Aunque bueno, con Toriel sonando tan maternal y dulce, hicieron de esto una experiencia agradable para el joven humano. Nunca espero que recibir un "Feliz cumpleaños" sé sintiera tan bien.

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-¡Frisk!

Dicho humano apenas pudo salir de su cuarto con su porción de tarta en la mano cuando de repente fue levantado por Papyrus.

-¡Escuché por parte de mí hermano que es tu cumpleaños!-Dijo Papyrus con una amplia sonrisa en su huesuda cara.-¡Felicidades amiguito!

Frisk mostró una pequeña sonrisa por un momento antes de volver a su cara neutral.

-Oh, cierto.

Frisk desvió su mirada para ver a su madre adoptiva quién habló.

-Estaba tan emocionada por este día que no pude contenerme en contárselo a mí amigo, Sans.-Dijo Toriel con una mirada nerviosa.-Aunque... eso fue hace poco. Me sorprende qué te aparecerás tan de repente, Papyrus.

-¡Y perder la oportunidad de ser uno de los primeros en felicitar a Frisk por su cumpleaños! Eso nunca!-Dijo Papyrus con euforia.

-Ejem, sí. Hablando de eso. ¿Podrías bajarlo ahora? Por favor?-Pidió, Toriel mientras sé rascaba un poco su peluda mejilla.

-Eh? Oh! Cierto.-Dijo Papyrus al darse cuenta de que seguía manteniendo levantando al joven humano en el aire.-Nye, je, je. Perdón compañero.

El esqueleto bajó al humano. En ése momento, Sans apareció en escena cerca de Frisk.

-No es aracnofobia-(Frisk x Muffet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora