エピローグ: Amor ★

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Era un día tranquilo en la compañía

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Era un día tranquilo en la compañía.

Completamente silencioso.

Demasiado para el gusto de los
empleados que sentían el ambiente
como suspenso de película de misterio.

—¿Soy el único que siente que algo
está por pasar o...? —cuestionó Serim
en voz alta, recibiendo de inmediato
varias miradas que le indicaban lo
mismo.

Alguien estaba por llegar.

Pero ¿Quién?

Eso sería algo que se respondería
pronto, cuando pasos firmes y seguros
destacaran sobre cualquier otra cosa,
una cabellera azulada que se meneaba de lado a lado por cada movimiento dado por su dueño que era parte del foco de atención próximo, un par de aretes pequeños, pulseras y demás accesorios no exagerados de plata brillaban con las luces encendidas del lugar. Los pasos del alto hacían eco en el pasillo vacío de una empresa junto a las ruedas de la maleta que arrastraba con su mano izquierda.

Un, dos, un, dos, un, dos.

Un sonido perfecto, uniforme y
agradable hasta cierto punto Ilenaba el
silencio que poco a poco iba
desapareciendo conforme a cuánto más
se acercara hasta lo que podría ser una
encrucijada en su lugar de trabajo. Sus
joyas brillaban, sobretodo aquel sencillo
pero valioso anillo de plata que
decoraba su dedo anular en su mano
derecha, misma con la que sostenía un
par o dos de papeles además de su
pasaporte.

Finalmente llegó hasta su destino, se
detuvo en el marco que marcaba la
entrada frente a los puestos de trabajo
de todos sus compañeros, la mayoría se
giraron a verlo, la expectativa era
palpable, los que no habían volteado lo
hicieron justo después de escuchar a
Na Jaemin carraspear.

Oh, esperen, ¿Dije Na?

El anterior mencionado miró a sus
colegas con seriedad, una tal que
parecería inicio de una tragedia, en ese
momento el temor se volvió la emoción
predominante en los cuerpos ajenos.

—Jaeminnie —el primero en nombrarlo
fue Intak, mismo que se levantó de su
asiento para mirar a su amigo y
compañero—, volviste.

—¿No faltaban dos semanas para que
regresaras? —preguntó Karina esta vez,
la fémina estaba sentada sobre el
escritorio de Minjeong, una nueva pasante del lugar que estaba siendo entrenada.

La tensión aumentó cuando el recién
llegado recorrió el lugar de lado a lado
con sus brillantes ojos color miel,
preciosos e intimidantes, haciéndoles
temer sobre unas posibles malas
noticias que desaparecieron en el aire
cuando una gran sonrisa decoró su
rostro por completo, tomó los papeles en
su mano y los levantó antes de exclamar
con euforia:

lion  ⟡  nahyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora