Compañeros.

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—Jaeminnie, ayúdame a elegir

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—Jaeminnie, ayúdame a elegir.

El peliazul que estaba amarrando su
corbata oscura frente al espejo de su
habitación se giró para mirar a su pareja,
quien aunque cargaba una brillante
corbata roja ya amarrada con pulcritud
en su camisa tenía otras dos colgando
de sus manos en busca de una
aprobación.

—¿Rojo granate, rojo carmín o solo
rojo? —preguntó Donghyuck mientras le
enseñaba cada corbata mencionada al
más bajo— no sé cuál usar.

El menor miró de arriba abajo con sumo
detalle al castaño en un apuro
fashionista y luego las corbatas
mostradas. Hizo un gesto de
pensamiento aunque ya tenía una
respuesta concreta y finalmente
respondió:

—Pantalones, Donghyuck.

El castaño se mantuvo estático en su
lugar unos segundos hasta entender
que Jaemin se refería a que quizás
debería ponerse pantalones.

—Por eso te amo —concluyó el mayor
a la vez que le lanzaba un beso al más
bajo y comenzaba a buscar sus
pantalones entre el desastre de ropa
que había logrado hacer minutos antes
por buscar una mísera corbata.

Jaemin –por otro lado– rió bajo
mientras negaba con la cabeza y se
dedicaba a terminar con su propio
vestuario.

Donghyuck era un caso.

Viernes por la tarde de un día
cualquiera, el inicio de un brillante fin de
semana estaba concluyendo con una
tarde agradable y un atardecer colorido,
recordándole insistentemente la hora a
la pareja que se arreglaba con un poco
de prisa para una cena que tenían horas
más tarde. En la oficina se había dado
un día libre debido a que iban a realizar
una fumigación por cucarachas ya que
una de ellas pasó muy cerca de
Eunwoo —el director de arte— y este
se puso a gritar muy fuerte, pero
entonces —para aprovechar la
oportunidad de veinticuatro horas de
vacacione— entre varios trabajadores
decidieron realizar una especie de cena-
reunión, para felicitarse por su gran
trabajo a lo largo del año y así comer
algo.

Pero bueno, realmente era una mera
excusa para comer en grande y
mandarlo a la cuenta de Kyungsoo —el
CEO—, pero no era algo que fueran a
decir en voz alta claramente.

Sin embargo, aunque desplumar
económicamente a su jefe parecía
divertido, aquella reunión también iba a
servir para algo aún más importante que
solo comer.

La revelación de la pareja de la oficina.

Y aunque era algo que solo Donghyuck
sabía, iba a ser muy especial de todas
maneras.

—¿Me veo bien? —interrogó Jaemin al
mayor, quien lo miraba con ojos
brillantes desde el borde de la cama que
pertenecía a ambos.

—Siempre te ves bien, ni siquiera sé
para qué me preguntas.

lion  ⟡  nahyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora