Mar De Corazones (SuperCorp)

Capítulo 13 : Feliz caza recompensa

El rasguño de su pluma en el papel fue el único sonido que resonó en la habitación de Lena. Kara se sentó en el escritorio de su novia, con las mejillas todavía ardiendo por su vergüenza anterior de haber sido atrapada literalmente sin camisa con Lena.

La reacción de Sam no fue necesariamente mala, pero definitivamente no fue lo que Kara esperaba. 
Obviamente estaba molesta porque su mejor amiga logró mentirle sobre un detalle tan importante en su vida durante semanas. Kara no pretendía lastimar a Sam; solo estaba tratando de respetar los deseos de Lena de mantenerlo en secreto.

Sin embargo, la culpa aún pesaba sobre Kara. 
Mentalmente tomó nota de encontrar a Sam una vez que Lena terminara de hablar con este misterioso nuevo capitán. Quería disculparse y explicarse un poco mejor; apreció que Lena la defendiera, pero su agresividad hacia el tema hizo que explicara muy mal el motivo de tal secreto.

Mordiéndose el labio, Kara hizo todo lo posible por concentrarse en sus notas y pensamientos sobre la carta que Lena le había pedido que leyera. Su novia se había ido hacía solo diez minutos, pero Kara anhelaba tener sus besos allí para calmar su ansiedad por la situación actual.

Escribió furiosamente, tratando de obtener un borrador de lo que Lena podría responder lo más rápido posible. Lo único que la hizo detenerse fue el sonido de botas resonando en los escalones justo afuera de la puerta de Lena.

Kara tuvo unos treinta segundos para levantarse y moverse alrededor del escritorio, a punto de ir a investigar quién subía corriendo las escaleras cuando de repente las pesadas puertas dobles se abrieron de golpe.

Tres hombres con sus espadas desenvainadas entraron a trompicones en la habitación. Tanto los hombres como Kara se congelaron en el lugar, con los ojos muy abiertos mientras procesaban lo que estaba pasando.

Una redada... ¡Alguien está asaltando el castillo!

Fue todo lo que Kara pudo pensar antes de que su mano estuviera sobre la espada a su costado, desenvainándola en un movimiento fluido. Justo cuando la punta del sable salió de su vaina, el primer hombre se abalanzó con un grito.

Golpeó el lado izquierdo de Kara, su hoja se curvó casi en forma de 'C'. Kara bloqueó el golpe sin problemas, pero con la curva de la espada del hombre, en la suya resbaló en lugar de que el acero se uniera. Kara solo tuvo una fracción de segundo para chupar su tripa, arqueándose hacia atrás cuando la espada cortó justo donde había estado su tripa.

El cuerpo del hombre se retorció con el impulso del golpe fallado, Kara arriesgó su equilibrio para cortar en diagonal hacia la derecha. Su espada plateada atravesó la espalda y el hombro del hombre, y un líquido rojo oscuro brotó instantáneamente de la herida.

El hombre gritó, retorciéndose para agarrar la herida sin pensar. Kara agarró el mango de su espada con ambas manos, tambaleándose hacia atrás antes de balancearlo bajo como un bate de béisbol hacia el costado del hombre que se había vuelto hacia ella.

Kara se enorgullecía de su fuerza: hacía ejercicio todas las noches, haciendo cincuenta flexiones antes de acostarse, pero nunca había sido capaz de cortar a un hombre casi por la mitad.

Debe haber sido adrenalina o algo así.

Su espada se detuvo justo pasando la columna del hombre, el crujido de sus costillas y vértebras vibrando a través de la hoja hacia las manos de Kara.

Rápidamente presionó su bota de capitán contra el hombre muerto y lo pateó fuera de su espada. Solo tuvo medio segundo para dirigir su atención a sus nuevos oponentes. Kara levantó su sable justo a tiempo para bloquear el golpe hacia abajo del segundo hombre, deteniendo su ataque antes de cortar al tercer hombre que se abalanzó sobre ella desde su derecha.