Llorar por alguien que pensaste que iba a estar toda la vida contigo, llorar por alguien que se supone que te amaba con toda su alma, llorar por alguien que creías y sigues creyendo que valía la pena es lo que crees que es lo peor pero no, eso no es lo peor. Porque llorar por alguien que pensabas que era tu alma gemela pero que no estaban destinados a estar juntos eso es lo peor que te puede pasar.
—Vamos chica, ya levántate. —Me hice más ovillo en la cama, no quería saber nada de nadie, y al parecer Everlee no lo quería entender. No estaba de humor, ya nunca lo estaba—. Kai , no es saludable. Ya no lo es.
—Ya, está bien. —susurré intentando volver a dormir cuando sentí cómo jalaba la sábanas y el cobertor lo tiraba al piso. Ya no tenía energía para gritarle, simplemente me quedé ahí acostada.
—Ya ni me gritas, ya no me hablas, esto ya me está preocupando. —Trato de pararme pero aunque fueran las tres de la tarde aun seguía cansada—. ¿Qué pasó?
—Nada, solo... déjame dormir. —Pedí en un susurro cerrando mis ojos tratando de no recordar lo que pasó en el último mes.
—No puedo creer que estés en este estado. ¿Dónde está Savage? —Cerré más fuerte los ojos al escuchar su nombre después de tanto tiempo intentando olvidarlo. Un mes sin verlo, sin saber nada de él y que nadie supiera que me había pasado—. Kai.
—Solo déjalo Ever, déjalo así. —Pedí sintiendo un nudo en la garganta, anticipando el dolor y las lágrimas. Estaba boca abajo para que no viera lo que estaba pasando, aunque seguramente ya estuviera suponiendo cosas.
—Te dejo, pero ¿cómo? —susurro sentándose a mi lado, hice que mi espalda quedara hacia ella, no quería que viera como lágrimas salían de mis ojos.
No me gustaba que ella me viera así, siempre fui la amiga en la que se apoyaban, nunca había sido la amiga que necesitaba ese apoyo. No quería decirle todo lo que paso, me destruirá más si lo decía en voz alta porque sería la realidad, lo que estaba pasando y no quería creer eso, aún no. Lo que ahorita quería era estar sola y por lo visto mi amiga no quería irse. Entiendo que esté preocupada pero no quería ver a nadie, no puedo y es algo que nadie puede comprender.
—Quiero estar sola, por favor. —pedí de nuevo sin levantar mi voz, sentí como se paraba. Sabía que de seguro estaba pensando en que haría conmigo.
—Voy por la comida, porque ya revise tu cocina y no hay nada. Regreso en una hora y espero verte levantada Kai. —Dicho esto salió de mi departamento, del departamento de Savage y mío.
Me senté con mucho trabajo, recargándome en la cabecera de la cama y tapé mi cara con mis manos sollozando en voz alta. Sentía como mi cuerpo se movía y se lastimaba con la cabecera de metal pero era como si no sintiera nada porque me dolía más el corazón. Jamás pensé que después de dos años juntos acabáramos así por una gran pelea, porque los dos estábamos en sitios diferentes, porque cada quien quería cosas diferentes. Al principio de la discusión pensé que nos podríamos arreglar, que lo solucionaríamos pero no, todo se fue, toda la vida que tenía planeada se había ido. La vida que teníamos planeada ya no estaba porque él se fue.
No podía parar de llorar, llevaba todo este último mes así, no tenía ni la menor idea de cómo era posible que no me hubiera muerto. Casi no había comido, hice solo una vez al supermercado por internet y apenas había pedido cosas.
Ya casi no me quedaba dinero, tenía que volver a trabajar ya que me habían dado dos semanas libres y las otras dos había dicho que estaba muy enferma pero pronto me despedirían si no iba pero si no me podía ni levantar de mi cama. ¿Cómo iba a trabajar? ¿Cómo hago algo? No lo sabía.
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El Dolor de Kailani
RomansKailani pasa por una de las etapas más complicadas de su vida. Su novio Savage la dejo sin ninguna explicación. Tiene ganas de comerse al mundo entero pero el peso que lleva en sus hombros no se lo permite. ¿Cómo podrá salir adelante cuando no qui...