Capítulo 3

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Llegué al departamento y me di cuenta que me había quedado fuera, no tenía llaves y no pensaba hablarle a Everlee porque me haría muchas preguntas. Estaba agotada, no tenía ganas de hablar con mi amiga por más que la quiera. Sabes cuál es la única opción ¿no?

Calle esa voz que me dio la mala idea y tal vez la única que tenía. Ir con el chico de la ventana, el problema era que no me acordaba del número. Piensa Kailani, está a lado del tuyo. ¿Cual es tu piso? El seis, vivía en el seis pero veía todo lo que podía salir mal.

Primero yo no sabía qué departamento era, ya que en la misma línea había como tres. Segundo al parecer solo vivía en esa pequeña habitación, seguramente rentaba. Tercero no sabía su nombre y me daba pena por la forma en la que salí corriendo. Son solo excusas

Estaba tan agotada que no me importó, entré al edificio y por suerte el que lo cuidaba estaba dormido. Pase en silencio y me subí al elevador nerviosa por encontrarme con el ojiazul, no tenía sentido que sintiera un nudo en la garganta. Tal vez porque...

—¿Qué haces aquí? —Alce la cabeza al escuchar su voz. Las puertas del elevador se abrieron y lo vi parado con el ceño fruncido. Traía una gorra que le cubría todo el cabello y unos lentes obscuros en las manos. Ahora era yo la que fruncía mas su ceño, estaba oscureciendo. ¿Para qué necesita los lentes?

—No puedo entrar a mi departamento. —dije mientras él me dejaba pasar al piso. Tenía la misma cara que en su habitación, me intrigaba demasiado porque siempre parecía que no sentía nada—. Las llaves estaban adentro.

—Y te quedaste sin entrada. —Asentí con la cabeza viendo hacia el largo pasillo. Lo único que esperaba era que él me dejara pasar y entrar por la ventana—. Mira...

—Solo quiero entrar por la ventana. —conteste antes de que él hablara de nuevo. Lo vi y el negó con la cabeza picando el botón del elevador. Al parecer me iba a dejar tirada, tendría que resolverlo sola. Como siempre lo hacías con Savage porque nunca estaba.

Esta vez no dejé que la voz en mi cabeza me consumiera, primero porque no quería llorar o salir huyendo de nuevo. Segundo porque tenía que resolver esto, si no ¿dónde pasaría la noche? Mi cabeza estaba tan ocupada pensando en otras posibilidades para ir a mi departamento a las siete de la noche que por primera vez en un mes logré callar las voces que no dejaba de escuchar en todo momento.

—No voy a dejar que pases por ahí. —Volví a entrar al elevador sorprendida porque entonces cómo iba a entrar a mi departamento.

—Pero...—empecé a decir cuándo él me vio y por su mirada seria me calle, me dio un poco de miedo porque no lo conocía, no lo hacía y con tal de evitar las preguntas de Ever decidí acudir por ayuda con el.

—Vamos a ver si puedo abrirla sin un cerrajero. —Fue lo único que dijo. Nos quedamos separados en el elevador, en silencio, esperando a que llegáramos a la planta baja. No lo miraba, ya no podía ni siquiera sostenerme porque estaba agotada.

Salimos en silencio hacia la calle y con tan solo unos cinco pasos llegamos a mi edificio. Todo el camino estuvimos en silencio hasta la puerta de mi departamento. Vi el número y recordé muchas cosas, cosas que no tenía tiempo de pensar. O sí.



—Kailani...solo es un departamento. —dijo a mi lado Savage. Gire mi cabeza hacia él. Lo íbamos a pagar y no era como que tuviéramos mucho dinero. Solo teníamos lo que nuestros padres nos dieron para poder comprarnos algo.

El Dolor de KailaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora