Capítulo Final.

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Calle POV

-Mi amooooor, mira esto.-Abrí la pestaña del grupo que tenía con Juli, Abi y mi amor para enseñarle la fotografía que había mandado Abi a mi esposa.

-Dios mío, ¿cuantas veces le dieron de comer a Leo? Se supone que está a dieta.-Rei ante aquello, Leo no era más que mi gato. Al devolver a Leo, el perro que cuidaba de mí cuando no tenía vista decidí nombrar como el a mi próxima mascota, el cual fue un gato.

-Se ve feliz.-Le dije dejando el teléfono en el velero y bajé al mar con ella.

Poché y yo habíamos decidido hacer nuestra luna de miel en Hawaii. Era el destino al que queríamos ir, luego iríamos a Francia y volveríamos a Canadá.

- Uy, está algo helada.- Mi amoe pasó sus piernas alrededor de mi cintura dejando un beso en mis labios.

-Está empezando a bajar la temperatura...por cierto ¿Podemos ir al jardín de girasoles antes de ir al hotel?

-Lo que quiera mi esposa...

-No puedo creerlo.-Dijo riendo en mi cuello.

-¿El que estemos casadas?-Ella asintió.-Ir a buscarme ese día al lago fue lo mejor que pudiste hacer.

-¿Recuerdas la cara de Stacy cuando llegaste al día siguiente a la universidad?

-Oh, sí.-Rió.-Su cara fue arte total. Juli casi la mata y Abi bueno, Abu casi trae las palomitas y saca su silla.

Las cosas habían mejorado muchísimo desde que Poché y yo nos habíamos comprometido. Al llegar a casa de mis amigas ese día, Abi casi tuvo que separar a Juli de mi cuello hasta que mi amor le explicó la situación. Luego de eso vio el anillo que tenía ella en el dedo y lloró por casi una hora. Abi le pidió matrimonio a la semana de lo sucedido y Poché al ver el anillo de Juli lloró junto a ella y se les terminó por unir Abi.

Sonreí mientras tenía a Poché en brazos y ella entrecerró los ojos. ¿En qué cosas piensas, Calle?-Usó un tono sensual.

-No creo que quieras saber...

-Yo creo que sí...

Aquello fue suficiente para volver al velero que habíamos rentado. Hicimos el amor durante un largo tiempo hasta que el atardecer comenzó a colarse y decidimos ir a verlo en el campo de girasoles. Tomé mi cámara haciéndole muchas fotos a Poché, seguía estando tan hermosa como el primer día en que mis ojos pudieron verla.

-Siempre que veo girasoles me acuerdo de ti.-Me dijo acercándose y rodeando mi cuello con sus brazos.

-¿Por qué?

- Porque significa felicidad. Depositó un beso en mis labios.

-Entonces eres mi girasol.-Reí ante ello porque sonaba tan cursi pero a decir verdad, ella era eso para mí.

-Y tú el mío.

Caminamos por unos minutos más, tomadas de la mano entre miradas. Poché tenía ese efecto en mi, me hacía sentir como una puberta de 12 años enamorándose por primera vez. Con ella todo era tan claro, no habían dudas cuando la miraba. Sentía que todo estaba en el lugar correcto.

Una mujer de unos 26 años pasó al lado de nosotras. Estaba embarazada y su esposo le tomaba fotos mientras ella colocaba sus manos en su panza.

-Mira, amor.-Dijo Poché viendo a la pareja.-Creo que van por su segundo.-Dijo viendo a una niña pequeña de cabello rojo y rizado, que estaba inquieta. Tenía la tez blanca y era realmente hermosa.

La niña se acercó a mi esposa buscando la pelota que había caído por sus pies.

Cuando vi que mi esposa se agachó para estar a la altura de la niña no pude evitar sonreir como boba. Con mi cámara en mis manos hice una foto disimulada de ellas dos. Después de un rato la niña se fue y Poché volvió a mi lado.

-Que niña tan hermosa. Podía notar el brillo en sus ojos cuando hablaba de ello.-Me contó muchas cosas en menos de cinco minutos.-Comenzó a hablar rápido. Cuando tenga una hija espero que...

Ella paró y sonrió nerviosamente. Entendi aquello perfectamente. Poché quería tener uno, tal vez no ahora pero si en un futuro. Los hijos jamás habían estado en mis planes pero cuando la veía a ella sabía que le daría todo lo que ella quisiera, hasta un bebé sonaba perfecto si era nuestro.

Tome su mano colgando la cámara en mi cuello y volvimos al hotel.

Tuvimos un día muy bueno y decidimos bañarnos juntas para concluirlo. Estar con Poché era la gloria, verla reír y hacer cualquier otra expresión mientras hacía peinados graciosos con la espuma que había en mi cabello me hacía querer llenarle la cara de besos.

Salimos después de unos minutos. Me terminé de vestir colocándome un vestido blanco ligero. Poché tenía uno negro que cenía su cuerpo haciendo que no pudiera quitar mis ojos de ella. Me acerqué al balcón donde estaba mi esposa y la rodeé con mis manos por detrás.

-¿Qué decías que harías cuando tuviéramos un bebé?-Le dije en el oído y giró rápidamente con sus ojos abiertos.

-Te amo aunque no me baste esa palabra para decir lo que siento por ti.

Me llenó la cara de besos hasta que bajamos para cenar. La miré mientras caminábamos al restaurante y supe que apenas era el inicio de nuestras vidas.

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Espero les haya gustado tanto la historia como a mi, gracias por estar pendiente a las actualizaciones!

Falta el epílogo!

Mi mejor coincidencia | Adaptación Caché | Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora