The Last Breath | KookVkook

PRÓLOGO

Taehyung y Jungkook se conocieron en la escuela secundaria, habían sido compañeros de curso y también de banco. Todo había comenzado el día en que un nuevo estudiante había llegado a la escuela al inicio del segundo año, el profesor lo había presentado como Jeon Jungkook, quien había llegado recientemente desde Busan. Jungkook había mantenido su mirada baja, hasta el momento en que la voz de un pequeño chico resonó por el salón, cuando el maestro quiso saber quien compartiría lugar con Jeon.

— Se puedes sentar a mi lado, no tengo un compañero así que está disponible si quiere - decía mientras levantaba su mano, para que el chico parado en el frente del salón, pudiera verlo y sin duda no pudo evitar sonreír cuando vio que este caminaba en su dirección, sin dejar de mirarlo - Hola, soy Taehyung, Kim Taehyung-.

— Y yo Jeon Jungkook - correspondió de igual forma, con una sonrisa ligeramente tímida-.

— Lo sé, ¿sabes? eres muy bonito - sonrío de forma encantadora al chico frente a él, mismo que sintió sus mejillas calientes al escuchar lo dicho por el castaño-.

Se habían hecho amigos rápidamente, sus personalidades habían congeniado desde el inicio, Jungkook rápidamente se dio cuenta que Taehyung era alguien realmente extrovertido, incluso más que él, se hacía amigo de todos con mucha facilidad, era amable con todos y nunca perdía esa sonrisa tan característica de él. Y aunque él también podía ser sociable, prefería mantenerse más reservado con respecto a su vida personal y la única persona con la que podía hablar de esto era con Taehyung.

Pasaron de mejores amigos a novios, bastante rápido, pero de manera progresiva, se habían enamorado mediante cartas y detalles, mutuos. Al finalizar el tercer año de secundaria acordaron estudiar en la misma preparatoria, donde continuaron con su noviazgo, hasta comenzar la universidad, donde no estudiaron las mismas carreas, Jungkook decidiendo estudiar Artes visuales y Taehyung gastronomía, aunque no dejando de compartir colegio y pasar el mayor tiempo posible juntos. 

Por ello tuvieron que hablar con sus familias sobre la decisión de viajar de Daegu a Seúl para estudiar en una universidad que les pudiera dar más oportunidades una vez terminaran sus respectivas carreras. Lo que no se esperaban es que al llegar a Seúl, las cosas no marcharan de la manera en la que lo habían imaginado, se vieron obligados a ver la realidad de lo que conllevaba el vivir juntos.

Los problemas que anteriormente no habían tenido, crecían continuamente. Discutían hasta por lo más mínimo y su tipo de comunicación era tan mediocre que no sabían cómo se sentían con el otro. Al pasar los meses llegaron a pensar en separarse por todos los conflictos en su relación o posiblemente el poco aporte que le estaban dando a este mismo, resultado del distanciamiento.

A pesar de lo que llegaron a sentir en ese entonces, decidieron continuar con su noviazgo, con el tiempo encontraron un equilibrio en las actividades del hogar, hablaron sobre las cosas que no estaban dispuestos a hacer y las que sí, para poder complementarse y con el paso de los años las cosas habían mejorado, disfrutaban de un departamento cómodo, trabajos estables y todo parecía ser más fácil. Habían cambiado muchas cosas desde que comenzaron su relación. Ya no eran los mismos adolescentes de cuando se conocieron, habían terminado sus carreras y eran lo suficientemente "maduros" a su parecer para hablar sobre sus desacuerdos y llegar a una solución sin que su relación se viera afectada. Se amaban sin importar que y procuraban el bienestar del otro por sobre todas las cosas, ambos los sabían.

— Te amo, Jungkook y realmente espero que lo sepas, te amo más de lo que puedas imaginar, no veo mi vida sin ti en ella. Lo eres todo para mí y le agradezco infinitamente a la vida por haberme llevado hasta ti, en el momento perfecto -  confesó mientras dejaba pequeños besos por todo su rostro, mientras el más alto lo mantenía abrazado por la cintura-.

— Y yo te amo de la misma manera, te respeto y admiro por la persona que eres, me siento tan afortunado de haberte conocido y hoy poder decir que eres mi novio a pesar de todo lo que tuvimos que pasar para llegar hasta este punto. Gracias por hacerme tan feliz todos los días -dijo dando un suave beso en los labios de su cerecita-.