6

169 6 0
                                    

Sentía asco.

Asco hacia su cuerpo, su ropa, su piel. Los recuerdos de lo sucedido apenas un par de horas antes permanecían vívidos en su mente, atormentándolo y apareciendo en fragmentos confusos, pero inconfundiblemente claros para su consciencia. Cada detalle se repetía implacablemente, cada sensación revivía con una intensidad abrumadora, envolviéndolo en una espiral de ansiedad y desesperanza.

Ahí en la penumbra de su habitación, se sentía abrumado por una amalgama de emociones turbias y confusas. Se aferraba a su almohada como si fuera un salvavidas en medio de un mar tormentoso, buscando desesperadamente una sensación de seguridad que parecía escurrirse entre sus dedos.

Intentaba en vano alejar los pensamientos intrusivos que lo atormentaban constantemente, recordándole las palabras morbosas y las manos de su jefe tocándole. Una sensación de vergüenza y culpa lo embargaba, como si de alguna manera fuera responsable de lo que le había sucedido. Se preguntaba una y otra vez qué había hecho para merecer ese trato, cuestionando su valía y autoestima.

La ira y el miedo que sintió en ese momento, lo habían hecho entrar en shock, impidiéndole hacer algo más.

Esa tarde, su jefe aguardó pacientemente a que todos los empleados hubieran abandonado el restaurante, para pedirla a Taehyung que permaneciera hasta el cierre con el fin de conversar sobre su posible ascenso. Era un asunto de gran importancia para él, y a pesar del agotamiento que sentía, cumplió con la solicitud de su superior.

Una vez que estuvieron completamente solos, se dirigieron a la pequeña oficina de su jefe, situada a unos metros de la cocina. Taehyung tomó asiento y esperó, a que su jefe comenzara a hablar. La incertidumbre lo invadía; anhelaba profundamente el ascenso y sentía que estaba tan cerca de alcanzarlo que el temor a haber cometido algún error lo paralizaba.

— Kim, sé que te has estado esforzando mucho porque aspiras a un ascenso, ¿no es así? - preguntó su jefe, quien estaba sentado frente a él.

— Así es, señor. He puesto todo mi empeño e incluso he trabajado horas extras para demostrarle que soy completamente capaz de asumir mayores responsabilidades - respondió Taehyung, frotando sus manos que comenzaban a sudar debido al nerviosismo.

— Me alegra escuchar eso, Taehyung. Has tenido un desempeño sobresaliente este último mes y por eso he querido hablar contigo lo antes posible. Me pregunto, ¿hasta qué punto estás dispuesto a comprometerte? - el semblante de Choi se mantenía completamente serio mientras miraba fijamente a los ojos de Taehyung, quien se mostró confundido por la última pregunta.

— Lo suficiente, para que pueda ver cuan comprometido estoy con mi empleo y con la empresa, eso se lo aseguro, señor. 

—  Me gusta tu compromiso y entusiasmo Taehyung. - se acercó a él, sentándose en la orilla del escritorio quedando cerca de Kim. - Supongamos, que tienes que hacer un par de cosas que no entran necesariamente dentro de lo laboral, pero si las haces te darán beneficios dentro de este, ¿Estarías de acuerdo con eso? - rozó sus rodillas, fingiendo acomodarse en su lugar.

— Bueno, si eso llegara a suceder, temo decirle que no estaría de acuerdo en hacer eso - respondió, pegando su cuerpo al respaldo de la silla en un intento de mantener algo de espacio personal. - Mis valores y ética profesional no me lo permitirían, además de mi integridad moral.

— Entonces, creo que me he equivocado contigo, Taehyung. Pensé que sabía quién eras, tenía una idea completamente distinta de ti. Te veía como alguien a quien le importaba crecer dentro de la empresa, ganar reconocimiento - dijo con fingida decepción.

— Pensé que eras como tus otros compañeros, quienes sí buscaban superarse profesionalmente al acceder a estas oportunidades. Ahora míralos, todos en puestos altos en esta y otras sucursales - continuó hablando, mientras se inclinaba hacia adelante, quedando muy cerca del rostro de su empleado.

The Last Breath | KookVkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora