Alice |Twilight|

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Lyra

El arte, aquello que usamos para expresar emociones o sentimientos. La cosa más infraestimada de toda y a la vez más importante. El arte nos llena y ayuda a aliviar nuestras mentes.

 Amaba el arte desde que tengo memoria. La música, el dibujo, escribir, el baile, la ropa, todo giraba en torno al arte. Ahora la chica que me gusta está haciendo arte a mi lado. Ella era arte, desde su belleza, sus ropas e incluso su forma de ser.

 Expresaba todo y a la vez era un lienzo en blanco que debías ir pintando con el paso de los días, para entender quien es ella. Alice Cullen era un misterio más grande que la Mona Lisa para mí.

 Se encontraba concentrada en su dibujo, una sonrisa decoraba su rostro mientras lo veía. Sus movimientos eran delicados, movía sus manos con gracia sobre el papel. No se veía molesta por el ruido de los demás alumno o el constante grito del profesor para callarlos.

 Amaba el arte, más no los límites que nos querían enseñar. Como puedes calificar el dibujo de alguien sin siquiera preguntar por qué lo hizo. Odiaba la materia escolar que te decía que hacer, como hacerlo y no te dejaban ser libre con tu dibujo. 

 Movía el lápiz entre mis manos en busca de inspiración. Aparte la vista de la chica a mi lado para mirar por la ventana, el bosque era hermoso. Desde sus colores verdosos que demostraban humedad hasta la neblina en los pies de los árboles generando misterio.   

Con todo esto en mente comencé a dibujar el bosque sin importarme que la asignatura sea dibujar el objeto de la pizarra. Me fundí completamente en el boceto, haciendo líneas sobre líneas, posicionando todo donde quería. 

 Recordé a los lobos que menciono Ares, agregándolos a mi dibujo. Presione un poco más el lápiz para comenzar lo que sería el dibujo final. Con cuidado y tratando de imaginar todo hacia los árboles, la vegetación sin tocar al lobo. 

 Borre las líneas que comenzaban a molestarme, tome un paño para difuminar el inicio de los árboles. Más de una vez me dijeron que no lo haga, que se veía sucio. Bueno, mi arte era sucio. 

 Tan concentrada estaba que tarde en sentir la mirada de Alice sobre mí. Devolví está viendo su dibujo. Me mostraba un perfecto jarro con flores, aún estaba en blanco y negro, pero se veía precioso.

 "Está muy bonito" Digo bajo alejándome un poco de mi dibujo "¿Lo pintarás? Si lo haces, quedaría bonito con acuarela"

 "Sí, pensaba en eso. Son las flores que me regalaste" Se inclinó para dejar un pequeño beso en mi mejilla "Tu bosque es lindo, pero no entiendo como lo unirás al jarrón"

"No lo uniré, soy una rebelde" Me burlo volviendo a mi dibujo "¿Sabes algo de lobos en la reserva?" 

 "Pregúntale a Jasper" Es lo único que dice para tomar las acuarelas. 

 Sigo en lo mío, pensando en ir a ver a Jasper luego. El bosque me estaba quedando decente, no era horrible ni tampoco hermoso. Así era mis dibujos promedio. No me consideraba buena dibujando, pero podía defenderme si me lo tomaba en serio.

 El lobo fue lo más fácil, quería que sea una sombra negra. Un espíritu protector de los demonios chupa sangre que nos rodean. Amaba a los perros y por ende a los lobos, aunque nunca vi uno. No era común en California que habiten allí. 

 Al finalizar la clase, entregamos los dibujos a la profesora. Ni me miro a la cara cuando sostuvo el mío. Como podías compartir el arte, si ni siquiera lo amabas lo suficiente, no lo entendía. 

 Al salir veo a Edward caminar con una cebolla dorada en la mano. La quería. Venía caminando hacia mí con paso seguro, sin frenar. Cuando quise esquivarlo, me golpeo con todo su peso haciendo que pierda el equilibrio. 

 Estaba por caer de trasero cuando me agarro con un brazo riendo con maldad. En cuanto me repuse comencé a golpear su pecho que parecía una pared. Alice nos veia con gracia mientras se alejaba a su clase. 

"¿Dónde conseguiste esa cebolla?" Pregunto sin aguantarme. 

 "Biología ¿La quieres?" Me la ofrece, pero no la tomo.

 "No, con Jasper conseguiremos una más grande" Me rio ante la idea de que la cebolla combina con su cabello. 

 Edward que parecía leer mi mente, se ríe a mi lado. Entre burlas hacia el rubio nos entramos a la clase, para seguir con nuestra jornada. Decidí jugar con el vampiro toda la clase, el ya había hecho este curso por suficientes años para no prestar atención. 

 Sentí la mirada de más de una cuando apoye mi cabeza en su hombro. Envídienme perras, puedo estar a centímetros de Edward Cullen sin morir en el acto. Con una sonrisa burlona miré a Jessica que parecía no poder creerlo. 

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