❖34. ➽ 𝑯𝒆𝒓𝒆 𝒘𝒆 𝒈𝒐 𝒂𝒈𝒂𝒊𝒏.

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Era él, no tenía pruebas, pero sí la certeza, todo estaba ligado a él. Severus era su padre, y estaba segura de que volvería a juntarlos.
Esa mañana, Dumbledore había anunciado un evento nuevo, un conjunto de padres seleccionados vendrían por una tres días a Hogwarts.
Ella suplicó, casi de rodillas, a Dumbledore para tú fueras seleccionada.

Al recibir la carta, pensaste que sería una inocente aventura nostalgica, volver al castillo donde conociste al amor, un castillo lleno de sentimientos y recuerdos.
Tus maletas fueron enviadas a tu habitación, y ahora explorabas libremente los pasillos, detendiendote a platicar con tus antiguos profesores o incluso con algunos padres.
Severus pasaba, llevando unos libros en sus brazos y detrás, su siempre ondeante capa.

Su mirada inexpresiva perforaba el alma de cada persona que se atrevía a estar a su lado.
Su caminar se detuvo abruptamente, casi dejando caer sus libros cuando te vio hablando animadamente con un cuadro. Su corazón martillaba contra su pecho, sus manos de repente se llenaron de sudor. Rápidamente se dió la vuelta, tratando de controlar su respiración, jadeaba mientras analizaba lo que estaba sucediendo.
Su mente rápidamente te culpó, intentaba y se convencía de que solo sentía rencor hacia ti, que no quería verte otra vez.

Continuó su caminata lejos de ti, apresurandose en llegar a su habitación. Con cada paso que daba, sentía cómo el aire se iba, odiaba esto, odiaba sentirse así.
Fue engañado por ti, y tú sabías cuando fue. Por eso tomó la decisión de poner un punto final, pero míralo ahora, cuando aprenderá, no supo cómo, pero de repente perdió el control. Solo una, solo una mirada y olvidó todo por lo que había rencor.
Sonrió para sus adentros, volviéndose a sentirse joven, salió de su habitación, siendo sigiloso en buscarte.

Sus pensamientos seguían en guerra, seguía enojado desde que habían terminado, eran incontables las veces que había llorado por ti. Sí, tuvo un corazón roto, triste desde el día que te fuiste, ¿Por qué te dejó ir?.
Pero ahora realmente lo sabe, te vio jugando con un niño de primero, siendo tan plena y alegre cómo siempre, nunca debió dejarte ir.
Volteaste, sintiendo una mirada, antes de que te percataras, él se escondió <<¿Se muestra otra vez?>> Volvió a asomarse para verte, su corazón saltando de alegría al verte reír, <<Cómo te he extrañado>>

Aquí vamos otra vez, ¿Cómo podría resistirse? Era el destino.












"Vamos, mamá. Quiero que los conozcas a todos mis profesores" exclamó tu hija, radiando alegría y una peculiar emoción.
"Ya los conozco, la mayoría me daban clase a mí, querida" te dejaste jalar por ella, mientras reías, no dejarías que la nostalgia saliera a la luz.
"Pero al profesor Snape no" te miró de reojo, buscando tus emociones. Tu agarre en su mano se apretó. Rápidamente la giraste y la miraste a los ojos, sabías que ella ya sabía de él y tú, así que no podía ocultar nada.
"Cariño, no puedo ir a verlo" advertiste. "Ja, la última vez que nos vimos dijo que no quería volver a verme".
"¡Pero eso fue hace tiempo! Seguro estará feliz de verte, mamá" aseguró con suma certeza. Una vez más te hundiste en tu mente.
Los nervios estaban a flote, ya habías visto a Severus, y sinceramente, por más que lo quisieras, no te sentias preparada para enfrentarlo.
Sumida en tus pensamientos, perdiste a tu hija, ybde paso, te perdiste tú. Caminaste lo que parecía ser en círculos, decidiste entrar a cualquier salón, buscando ayuda.

Para tu mala suerte, la puerta sonó muy fuerte, sobresaltando a la persona que estaba ahí.
Te paralizaste a verlo, con sus facciones ya maduras por el tiempo, su familiar ceño fruncido, la emoción y el temor crecieron dentro de ti, alterando todo tu sistema.
Él, por su parte, decidió no darle tanta importancia, y se dió la vuelta a seguir con sus pociones, sin embargo, los nervios lo traicionaron, y sus manos temblaron, dificultando su trabajo.
En contra de tu voluntad, tu voz salió tan libre y despreocupada.
"Severus, déjame ayudarte con eso…" dijiste, llegando a su lado y ofreciendo tu mano. Él se alejó, instintivamente, "Yo…yo puedo solucionar mis errores. No hace falta ayuda" murmuró.

Viste la oportunidad, y decidiste ser honesta con él, decirle lo que te habías guardado todos estos años. "Escucha, tengo que decirte algo… es sobre…nosotros" él se negó, hablando rápidamente.
"No quiero hablar, de lo que hemos vivido. Aunque me duela… ya es historia. No tengo más que decir, no tengo más por lo que pelear, tú te lo llevaste todo, y a mi me quedó poco" habló bajando la mirada, preparandose para sincerarse por completo.
"Cuando estaba entre tus brazos, creía que pertenecía ahí. Pensaba que tenía sentido…construirnos un hogar, pensando que seríamos fuertes ahí. Pero fui un tonto, al entregarte todo de mí." Tu escudo se desvaneció, permitiéndote llenarte de lágrimas. "Dime si él te besó, cómo yo solía besarte. Si él te hizo sentir amada, cómo te sentiste conmigo. En lo más profundo, debes saber cuánto te hecho de menos… y entiendo, que al final, te hubieras cansado de mí. Te pido disculpas, si no fui suficiente para ti, siendo alguien tan inseguro y sin confianza en sí mismo, y yo sé, que no fui el hombre para ti."
No pudiste articular ni una palabra, te sentiste cómo la peor persona que jamás hubiera existido. De ninguna manera pensabas eso, él había y era todo lo que siempre necesitaste y quisiste, y siempre te aseguraste de recordarle lo importante que era para ti.
Bajaste la cabeza, pasaste por su lado, dejando atrás la conversación.

Severus se recargo en la puerta, él se lo preguntaba a menudo y quería dejarte entrar de nuevo, pero no sabía cómo. Solo el amor que le diste pudo salvarlo, cuando te fuiste, ¿Cómo podía siquiera intentar seguir adelante?.
Te sentía tan lejos, a pesar de los cerca que estabas. Lo hiciste sentir vivo, pero algo había muerto ese verano. Trató de hacerlo funcionar pero no puedo.
La ligera esperanza de que siguieras amándolo lo abordó, lo hizo ver esperanzas.
Cuando no estabas cerca, se preguntaba si podías escucharlo los Te amo que lanzó al viento, esperando que llegarán a ti.

Eileen, llegó a su oficina, encontrandolo destrozado. Severus estaba cansado, ya no estaba para estás emociones, quería la verdad, y por él mismo no las había obtenido. No era un tonto, sabía que la de repente cercania de tu hija tenía que ver en algo.
Se giró, mirándola, encontrando un extraño sentimiento de comodidad en sus ojos "Eileen, ¿Por qué de repente quieres conocerme más?"
Su corazón latino con fuerza, sabiendo que debía ser honesta, los dos lo merecían.
"Hay…una gran posibilidad, de que Tú…seas mi padre" dijo jugando con sus manos, en el rostro de Snape no hubo una sola expresión que revelara lo que sentía. Ni siquiera él sabía que sentía.








𝔇𝔢𝔰𝔦𝔯𝔢 𝔗𝔬 𝔩𝔬𝔳𝔢 ༻𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰 𝔇𝔢 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora