❖27. ➽ 𝑬𝒍 𝑭𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑵𝒐𝒗𝒊𝒂.

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Dentro de las paredes de Hogwarts habitaban varios fantasmas, unos con muertes normales y otras más bizarras y sangrientas. Habían barones, damas, profesores, estudiantes, e incluso, una novia.
T/n Van Holt, la novia con el corazón roto, destinada a vagar por los pasillos, anhelando encontrar un amor que hiciera sanar su herida sentimental.

Esa mañana, cómo ya era su costumbre, flotaba por los pasillos, sonriéndole amistosamente a los que la saludaban. Muchos jóvenes quedaron fascinados con su belleza, sin embargo no se animaron a entablar una conversación con ella, muy pocos sabían su verdadera historia, y los que sabían, evitaban hablar del tema a no ser que estuvieran escondidos en sus habitaciones y hablar del incesante sufrimiento al que estaba condenada a sentir.

Snape pasó con despreocupación al lado de ella, dándose el tiempo suficiente para admirarla, no era tan joven pero tampoco tan madura, rodeaba alrededor de los veinte, un poco mayor que él pero a pesar de su muerte, seguía conservando su belleza.
Ella lo miró,  Snape al darse cuenta de su mirada, trató de fingir una sonrisa que fue correspondida. Algo familiar vio en los ojos de Snape, un sentimiento de melancolía la invadió, sin más, lo dejó pasar.

Snape sintió curiosidad, no tenía muchos amigos a lo quiénes preguntar sobre ella, decidió hablar con Dumbledore, él debía saber la historia completa del fantasma que había en su colegio.

"Tengo una duda, profesor, es sobre el fantasma de la señorita T/n. Hemos intercambiado una mirada, y siento curiosidad sobre su muerte y su vida antes de morir" Dumbledore asintió con comprensión. Tras un suspiro, empezó a relatar lo sucedido.
"Verás, señor Snape, T/n Van Holt, estudió aquí, con el linaje más puro, toda su familia fueron magos y brujar, al salir de Hogwarts, ella encontró un hombre en el mundo muggle. Se enamoró, y cegada por el amor, contrajo matrimonio al tercer mes de haberse conocido. T/n me pidió permiso para casarse aquí, yo acepté y llegado el día, toda su familia estaba aquí menos la de su esposo. Ese mismo día, ella le confesó ser una bruja, admitiendo que toda su boda estaba impulsada por magia, él se volvió loco, odiaba la magia y no soportó la verdad, con una espada, atravesó sus costillas. Él huyó, yo la traje a Hogwarts y sin poder descansar en paz, volvió cómo un fantasma. Buscando un amor que la liberaría, ya ha pasado una década, sufro por ella, después de todo, ella solo tenía veinte años". Confesó, pasando disimuladamente su mano por sus ojos para quitar un pequeño rastro de lágrimas.

T/n escuchó todo detrás de la puerta, reviviendo todo su pasado, arrepintiendose cada segundo de haberse enamorado de él.
"¿Quién era ese hombre, profesor?" Preguntó inocentemente Snape. Dumbledore quitó sus anteojos y hubo una pausa antes de revelarlo, "Era Tobías, Tobías Snape. Tu padre". La verdad lo golpeó violentamente, su desprecio por él no hizo más que agrandarse.

Él salió de la oficina, y para ese entonces, T/n ya se había ido. Snape se sentía responsable, Tobias no solo se había encargado de arruinar la vida de su madre y la suya, sino también la de una joven perdidamente enamorada.
Una vez más, te sumergirte en tu depresión atreviéndote a rememorar cada día, los felices y los tristes, dejaste caer tus lagrimas cristalinas, soportando el dolor permanente en tu corazón.
Snape entro al salón y te observó en silencio hasta que tuvo el valor de acercarse.
"Tú eres su hijo, ¿cierto?" Preguntaste si bien sentiste su presencia.
"Y no estoy orgulloso de eso" aseguró y con eso sabía que se había encargado de arruinar otras vidas. "Sin embargo, no soy cómo él, te lo aseguro" lo miraste, pobre e ingenua T/n, siempre cayendo rendida a quiénes te ofrecían un poco de interés.

"Lo sé" murmuraste con una sonrisa, Snape también sonrió genuinamente. Tu inerte y frío corazón, aun sabiendo que estabas muerta, lo sentiste cálido y lleno de amor.

Empezó una rutina, Snape terminaba sus clase e iba directo hacia ti, pasando sus desayunos, almuerzos y cenas junto a ti. Amaste cada momento a su lado, sintiéndote joven y plena otra vez, aunque no sabías sus sentimientos por ti, deseabas que él muriera, así, él podría quedarse contigo. Si los demás supieran de ustedes, a simple vista se verían como una pareja, sin embargo, Snape no te amaba, se sentía responsable de tu sufrimiento y quería hacerte sentir mejor. Entonces, no hacía falta decir quién es la chica por la que suspiraba.

"T/n, tú eres una mujer..." empezó Snape antes de ser interrumpido, "Oh, vaya, no tenía idea." Respondiste mirándolo con una sonrisa, él rió nerviosamente y continuó, "¿Cómo podría enamorar a una chica?" La adrenalina se apoderó de ti, actuando cómo una jovencita, trataste de formular las palabras correctas, "Depende de a quien quieras conquistas, Sevy" sus mejillas ardieron, avergonzado de decir el nombre, finalmente lo animaste y él habló, "Es Lily Evans, la chica de Gryffindor" Tu sonrisa se desvaneció y los celos eran los nuevos sentimientos que te invadían.
Nuevamente, un Snape te rompía el corazón.

"¿Por qué, que tiene ella que no tenga yo, Severus?" Preguntaste con un nudo en tu garganta, él estaba confundido y no sabía cómo reaccionar, "¿De qué hablas?" Cuestionó, nuevamente, tus ojos picaron, avisando que en cualquier momentos te echarías a llorar. "Ella...no te quiere cómo yo, jamás te valorará y lo sabes. Tú... tú mismo te pones esa venda en los ojos, no quieres ver la realidad"

"No sabes lo que dices, T/n. Detente." Advirtió Snape. Tú seguiste diciendo cosas sobre Lily, y él finalmente estalló. "¡Tú confundiste todo. Es tu culpa que ahora estés llorando, deja de insultarla y decir cosas sobre ella. Lily se merece todo el amor del mundo!.
"¡¿Y yo qué?! Me arrebataron mis sueños, yo fui la víctima, ¡Yo también quiero un poco de amor, fue todo lo que siempre quise!" Gritaste ya empezando a llorar. Snape, cegado de la ira, volvió a hablar, "Dime, T/n, ¿Un corazón que fue destrozado...puede volver a latir?" Finalmente, te quedaste muda. Esa pregunta perforó tu alma y corazón, él no esperó respuesta y salió del salón.

Dejaste de pasear por los pasillos y te quedaste en la Torre de Astronomía, mirabas el horizonte, la temporada de nieve había llegado y normalmente usaban ropa abrigada, pero tú no podías sentir nada, permaneciste con tu vestido de novia y tu velo cubriendo tu rostro, cada día, tu liberación, el día donde serias libre, parecía cada vez más lejano e imposible. Otra vez, eras prisionera de tu amor.

Snape se avergonzaba, Lily resultó ser todo lo que habías dicho que era, ella nunca ll quiso cómo tú lo habías hecho. Si bien él no te amaba tan románticamente, te amaba de una forma especial. Había sido muy duro aquella noche, dónde te había gritado cosas horribles, volvió a la Torre de astronomía, cómo la primera vez, te observó en silencio mientras sujetaba con fuerza el ramo de rosas. Se acercó sigilosamente a ti, y esta vez no pudiste anticipar su llegada.

"Perdóname" dijo sin pensar. Te volteaste, examinandolo cuidadosamente. " Lamento haber dicho todo eso, me descontrole. Sé que hice mal y quiero disculparme, tú eres la única persona que fue capaz de ver lo bueno en mí y te quiero por eso. Tú mereces todo el amor, eres un alma pura que no merecía haber pasado por todo esto." Con cada palabra que decía se acercaba más a ti, tendiéndote el ramo de rosa que tomaste. Nuevamente, te encontrabas derramando lágrimas.

Snape levantó tu velo maltratado, dejando ver tu rostro húmedo con rastros salados en tus mejillas, él trató de juntar su frente con la tuya, "Eres todo para mí, tan especial y única... Te amo" confesó cerca de tu rostro. Sonreíste, aún sollozando, sintiéndote llena de amor alegre. Eventualmente, Snape también sonrió, anhelando poder abrazarte sin restricciones, pero se conformó con estar juntos ahora.

"Me iré ahora." Avisaste, él te miró con confusión, "El día en el que mi amor sea correspondido, será el día en el que sea libre. Tú me liberaste, Severus" Acostumbrado, lo aceptó, una sonrisa triste se hizo presente, lentamente te alejaste hacia la ventana. En un último suspiro, sentiste cómo te desvanecías lentamente y te mezclabas con la nieve, una sensación de una fresca libertad te invadió, de un momento a otro, perdiste la consciencia y sentías que flotabas. Finalmente, estabas en paz.

Severus miró todo, y aunque la idea de unirse contigo llegó a su mente, la descartó.  Esperaría a que fuera el momento, a pesar de que nunca pudieron tocarse, abrazarse o besarse realmente, lo que valía era el amor que se otorgaron, abrazaron con adoración el alma y corazón del otro, prometiéndose en silencio un día volver a encontrarse y amarse cómo es debido.
Snape se sonrió con pesar mirando el cielo, ya comenzando a extrañarte, esperando con ansias volver a verte algún día, hasta entonces, viviría su vida como si fuera el último.

𝔇𝔢𝔰𝔦𝔯𝔢 𝔗𝔬 𝔩𝔬𝔳𝔢 ༻𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰 𝔇𝔢 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢༺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora