Cap 1: El cuerpo.

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Eran las 9:03 de la mañana, un sábado, ¿Quien quisiera estar despierto a las nueve de la mañana un sábado? Por las calles de Nueva York ya había comenzado a llenarse de te gente.

El detective John Johnson se encontraba dirigiéndose a la casa del mismísimo Alexander Hamilton, era como una celebridad local muy reconocida, un político muy reconocido, perteneciente al partido político federalista.

El tocó la puerta y un policía le abrió.

--Señor Johnson, que bueno que viene aquí.

El entro en la vivienda, se escuchaba el bullicio de la gente en la casa, aunque no era ningún fiesta.

--¿Puedo ofrecerle algo?

--No vine a pedirle un autógrafo a Hamilton vine a hacer mí trabajo ¿Donde esta?

--Aquí señor.

Al señor Johnson no le gusta perder el tiempo.

Se abrió paso entre los policías que hacían su trabajo y se dirigió a una manta blanca que escondía un bulto en el suelo. Levantó levemente, lo suficiente como para ver el rostro del ya fallecido Alexander Hamilton, tenía una cara de terror en su cara, los párpados bien abiertos y la boca abierta, todo el estaba pálido.

Dejo la tela como estaba y le hizo al oficial una pregunta.

--Recuerdeme como sucedieron los hechos.

--Su esposa lo encontró así hace una hora. Y luego llamo a la policía.

--Haganle los estudios de la autopista de inmediato, y revisen casa detalle del lugar, cualquier cosa que sirva y díganme.

--Si señor.

Johnson siguió caminando hacia la vivienda y se encontró con una escena que a cualquiera le estrujaría el corazón.

Una mujer, la mujer de Alexander Hamilton, Elizabeth, llorando en el sofá con pañuelos blancos tapándose la cara, la cara roja llena de lágrimas.

El ya había visto cosas peores, cadáveres aún más atroces y familiares que han hecho locuras, solo esperaba que esa mujer no intervenga en la investigación.

El asesinato de Alexander Hamilton.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora