Capítulo 23

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-¿Cómo me veo? -Sean dio un giro ante Haikuan, el doctor estaba sentado en uno de sus sillones, en la sala, mientras revisaba las notificaciones de su teléfono móvil.

Él lo miró, de arriba hacia abajo y luego asintió en aprobación.

El mayor de los Wang pensó que hoy verían una película luego de cenar, pero parece que el soldado tenía otros planes en mente.

Sean olía y vestía bien -demasiado bien para el simple plan nocturno que Haikuan suponía que iban a tener frente al televisor-, acababa de salir del baño y su pelo estaba húmedo, la camisa blanca que cubría la parte superior de su cuerpo estaba desabotonada y sus mangas se encontraban arremangadas de forma elegante, dándole un aspecto fresco y casual a sus brazos y también, al estar la prenda entallada a su cintura, hacía resaltar el ancho de sus hombros y los leves pero definidos músculos del torso del soldado.

Con el correr de los días, Haikuan se había acostumbrado a la presencia constante de Sean en su departamento. Lo seguía ayudando con algunos de los ejercicios de su rehabilitación -cuando no le tocaba cubrir turnos largos en la guardia del hospital-, también visitaban a A-Yuan o el niño era traído por Yibo a pasar unas horas con su padre.

A pesar que sus vidas se habían amoldado a los horarios y ocupaciones del otro sin mayores inconvenientes, Haikuan sentía que la relación entre ambos había quedado tensa luego de la experta felación del soldado, la cuál ambos, parecían querer pretender que nunca había ocurrido.

Luego de que Sean abandonara prematuramente la casa de Lay, no había salido más que a realizarse estudios rutinarios, visitar a su hermano y a ese nuevo amigo Ji Li -el cuál terminó conociendo por intermedio de Zhan-.

Es decir, Haikuan no había percibido a Sean en plan de una nueva conquista o diversión.

Hasta la noche de hoy.

-¿A dónde vas? -preguntó Haikuan, luego de caer en cuenta que se quedó observándolo por más de la cuenta.

-Eso no te pregunté... -Sean frunció el ceño y llevó las manos a su cintura, enfurruñado.

-Mientras vivas bajo mi techo, tendrás que decírmelo -le respondió y luego se puso de pie para dirigirse a la cocina, en un absurdo intento de evitar responder. Sean lo seguió.

-Salgo con Ji Li. Iremos a ver la presentación de Marius -le respondió con una sonrisa coqueta y provocativa-, te invitaría pero, sabes, es salida de pasivas, bueno, noche de  donceles... Tú me entiendes... -el soldado rodó los ojos y observó al doctor arquear las cejas sorprendido ante su respuesta, mientras Sean se inclinaba más sobre la isla de la cocina y observaba de manera atenta a Haikuan prepararse un té.

-Mn ¿A qué hora vas a regresar? -indagó, revolviendo la infusión con una pequeña cuchara. No quería saber en detalle qué significaba noche de donceles para Sean y sus amigos. Aunque se lo imaginaba.

-No lo sé. Te enviaré un mensaje -respondió sin mayor preocupación.

-¿Me ves cara de portero? -el doctor levantó la mirada que tenía sobre su taza y observó los ojos marrones del soldado.

-Es tú departamento y eres el único que tiene la llave para entrar... -Sean sonó despectivo-. ¡Ya sé! Mejor despierto al conserje y le digo que me abra.

Lazos de Sangre [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora