Capítulo 14

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≈La noche del secuestro de Ji Li≈

Oh Se-hun llegó a la suite privada de Mike más rápido de lo que realmente hubiera deseado.

Santo cielo.

Él no sabía con lo que se iba a encontrar al otro lado de la lujosa puerta. Su intuición le dictaba que no sería nada bueno luego de haber escuchado a Mike.

La tarjeta de acceso a la habitación, que aún poseía entre sus pertenencias y no había devuelto luego de registrar su apresurada salida del hotel, desbloqueó la cerradura electrónica sin demasiadas complicaciones.

El recibidor y la sala de estar no presentaban ninguna alteración del orden que comúnmente recordaba, un pequeño vistazo a la cocina-comedor, luego de dejar su maleta de pie junto a un sillón de pasada por el livin, le indicó que Mike debía estar encerrado en la recámara principal o en el baño dentro de la misma.

Se dirigió hasta allí sin meditarlo por más tiempo.

La escena que observó al abrir la puerta de la habitación que solía compartir con Mike lo dejó sin habla:

Un hombre —que no era Mike—, estaba recostado sobre la cama, semidesnudo y con las extremidades sujetas a las cuatro esquinas de la cama.

¡¿Qué carajos?!

El extraño lo observó por un momento, frunció el entrecejo, dos largos mechones de cabello oscuro enmarcaron su rostro al enderezar la limitada postura en la que las cuerdas lo obligaban a permanecer.

Su mirada era una mezcla de alivio y confusión.

Claro, no todos los días entraba una estrella surcoreana por la puerta de la habitación donde estabas amarrado.

—¿Eres Oh Se-hun? —Ji Li pensó que su visión le estaba jugando una mala pasada.

—¿Dónde está? —cuestionó el surcoreano, refiriéndose a Mike y sin darle importancia a la pregunta de Ji Li.

—¿T-Tú, lo co-conoces? —dudó el pequeño doncel—, ¡Ese loco se encerró en el baño hace tiempo y no quiere liberarme! —Ji Li comenzó a tirar de las ataduras desesperado sin lograr liberarse.

—Tranquilo —Oh Se-hun le respondió caminando hacia el baño.

—¡No te vayas! ¡Desátame! —exclamó Ji Li viéndolo desaparecer.

Oh Se-hun dudó por un momento —en sí debía desatar al joven o no—, pero luego lo pensó mejor y lo dejó amarrado por unos minutos más.

¿No le sucedería nada grave por permanecer allí un pequeño instante más, verdad?

Lo único que realmente le importaba a Oh Se-hun, era el estado de Mike.

Cuando Oh Se-hun ingresó al cuarto de baño, encontró la figura de Mike enroscada en el suelo, encorvado, sus brazos envueltos alrededor de ambas rodillas y su rostro sobre ellas como si fuese un niño perdido o regañado por sus padres luego de habe...

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Cuando Oh Se-hun ingresó al cuarto de baño, encontró la figura de Mike enroscada en el suelo, encorvado, sus brazos envueltos alrededor de ambas rodillas y su rostro sobre ellas como si fuese un niño perdido o regañado por sus padres luego de haber hecho algo malo.

Lazos de Sangre [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora