Capítulo extra

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—¿Q-Qué?, ¿cómo?... ¿A qué vienes? —Sean estaba realmente sorprendido de que Haikuan estuviese parado frente a la entrada de su departamento.

Aunque el mayor de los Wang aún llevaba puesto el traje que había utilizado para ser el padrino de la boda, Sean debía admitir que era la primera vez que lo veía un tanto desalineado; el saco colgaba de su brazo izquierdo mientras que la corbata había sido desajustada, la parte superior de la camisa estaba desprendida y revelaba más piel de la que comúnmente el doctor mostraba.

Sean tragó duro mientras alejaba los oscuros pensamientos que comenzaban a invadir su mente luego de estar observando e imaginando cosas indebidas y prohibidas que deseaba hacer sobre el pecho trabajado y bien formado del doctor.

—¿Puedo pasar? —preguntó Haikuan. Sean rogó que no haya notado que se lo quedó viendo por más de la cuenta.

—Mira, Haikuan —Sean suspiró y lo pensó mejor. Debía alejarse del peligro y la tentación prohibida andante que era su ex cuñado—. Yo. Es tarde y estoy ocupado, ¿me entiendes, verdad? —mintió.

—¿Ocupado?

—Sí. Ocupado. Ya sabes —con su cabeza hizo una seña hacia el interior de su hogar—, dos hombres, un departamento a solas y una cama espaciosa...

Haikuan arqueó la ceja, pareciendo haber captado el mensaje.

—Oh. Entiendo ¿Tu novio está esperándote? —preguntó sonriendo de lado.

¿Por qué carajos se estaba riendo? ¿Acaso se había dado cuenta que Sean mentía?

—Cl-Claro, s-sí. Buenas noches —Sean vaciló e intentó cerrar la puerta pero Haikuan lo impidió con una de sus manos.

—¿¡Qué demonios haces!? —jadeó el soldado—. Por el momento no estoy aceptando tríos y me imagino que tú tampoco querrás unirte a nosotros.

—¿Él también tiene un gemelo?

La pregunta descolocó a Sean.

—No, ¿por qué haces esa pregunta tan estúpida? Que yo tenga uno no quiere decir que busque una pareja con la misma condición. Rayos, tu mente está retorcida, Haikuan.

—Mn. Claro, ¿dónde está él?

—¿Ah? En... en mi habitación.

—Entonces no le importará si hablamos un rato en la sala.

—¿Quién dijo que yo tengo ganas de hablar contigo? El ya está desnudo y con el pene parado, no puedo ni quiero hacerlo esperar.

—Seré breve, lo prometo —el doctor suplicó y el soldado no pudo negarle nada a ese rostro tan jodidamente perfecto.

¡Qué débil eres, Sean Xiao!

—Cinco minutos y te irás —Sean le advirtió y terminó de abrir la puerta para dejar que Haikuan entrara.

La espalda de Mike descansaba contra el firme pecho de Oh SeHun, los brazos del surcoreano rodeaban el esbelto cuerpo y sus manos acariciaban la piel del vientre del tercer Xiao mientras ambos yacían sentados sobre la cama luego de dos rondas apasionadas y salvajes de sexo.

Mike observaba las gotas de lluvia que se deslizaban por una de la ventanas de la habitación mientras SeHun dibujaba un sendero de besos desde su cuello hasta el hombro izquierdo.

—¿Estás bien? —le preguntó el actor al notarlo un tanto distraído. Mike afirmó con un movimiento leve de su cabeza mientras disfrutaba las atenciones de su acompañante sobre cada parte de su cuerpo aún sensible por el último orgasmo.

Lazos de Sangre [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora