Capítulo 3

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“Solía pensar que ya no tenía un propósito en la vida desde que lo dejé todo atrás,hasta que tu luz apareció para guiar mi camino ”...

Mile entró por la puerta de su apartamento con una enorme sonrisa en el rostro y bolsas de compra en sus brazos. Apo lo envió a comprar dulces y algunos ingredientes para cocinar,se quedaría a dormir,otra vez. No es que le molestara, simplemente le fascinaba lo adaptable que era el omega. Además,se sentía bien con él, siempre tenía un tema de conversación interesante o se ponía juguetón causándole más de un sonrojo en el día.

Parece que ese era su deporte favorito,hacer que su rostro se sintiera caliente y sus mejillas se tornaran de un color cereza. Era tan condenadamente lindo que sus dedos picaban por pellizcar sus suaves mejillas. Se tenían tanta confianza que apenas y ocultaban algo del otro. Su vida en esos dos meses de redujo a salir con Apo de compras,salir con Apo a un restaurante,salir con Apo a un parque,quedarse a dormir en su casa,Apo por todas partes. Ya sus pertenencias tenían su aroma dulzón por impregnado y lo más desconcertante es que no le importaba.

Por lo general su lobo se sentiría asqueado por tener el característico olor empalagoso de un omega por todos lados, más si no era su pareja. Pero este meneaba su cola feliz cada vez que se acercaba al más joven,y este le devolvía esa bonita sonrisa y sus ojos de durazno se volvían finas líneas.

Soltando un suspiro distraído caminó hacia la cocina con intención de  desempaquetar la comida, pero al alzar la mirada se congeló en su lugar.
El omega estaba de espaldas destapando ollas y removiendo con un cucharón de madera algún tipo de caldo mientras mecía su cuerpo de un lado a otro con alguna música imaginaria sonando en su cabeza. Ese era otro rasgo distintivo de Apo,nunca se estaba quieto. Su cuerpo tenía que estar en movimiento,lo mismo rebotando su pierna, que saltando de un lado a otro o meciéndose como si estuviera bailando como estaba haciendo en ese preciso momento.

Pero eso no era lo que tenía a Mile tragando duro,era el espectacular trasero de su compañero abrazado por unos diminutos shorts negros. Vaya,se puso cómodo demasiado rápido, pensó viendo los músculos de su espalda tensarse bajo su camiseta ante el movimiento de su brazo.

—Veo que ya te vestiste para dormir—habló el más pálido dejando las compras en la encimera—

—Umm...de todas formas no voy a salir,¿por qué esperar para cambiarme de ropa?,es tan cómodo así—Apo contestó moviéndose sin mirarlo,no es como si no hubiera sentido su fuerte aroma llenando el lugar—¿trajiste todo?—preguntó secando sus manos con un paño y se dirigió a las bolsas con curiosidad—

—Sí Apo—rió suavemente,a veces era tan mandón—ten,tus dulces—abrió una caja y la tendió hacia él—pero deja espacio para la comida,tienes que alimentarte—regañó cariñosamente viendo cómo los ojitos del otro brillaban al saborear las donas—

Otra cosa que no pudo pasar por alto,Apo era adicto a los dulces. No paraba de comer,siempre llenando su boca. A veces comía por tanto tiempo que su típico olor más el de los postres lo dejaban mareado y tenía que usar un inhalador. Me estoy volviendo demasiado observador, se dijo a si mismo agarrando unas cebollas comenzando a picarlas.

El ambiente se sentía tan familiar, como si llevaran viviendo juntos toda la vida. Parecían una pareja que se reunió para cenar luego de un largo día de trabajo y el pensamiento se asentó con demasiada facilidad en la mente del alfa que estaba soltando demasiadas feromonas.

—Ugh...—la voz de Apo lo sacó de su ensimismamiento—creo que debería parar,a este paso no cenaré nada—comento limpiando las migajas de azúcar en sus dedos—vamos,te ayudo en eso—

Destinados// Mile Apo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora