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- ¡Quítate! ¡Apártate de mí!

-Pudiste verles la cara a mis hermanos, ¡Pero no a mí!

- ¡Eres un estúpido niño molesto!

- ¡Tú también! Así que cierra la maldita boca.

Número Cinco se encontraba forcejeando de nuevo con la pelinegra, que justo antes de poder abrir la puerta de aquella mansión y escapar fue atajada por aquel adolescente lleno de furia.

- ¡Five, suéltala! - exclamó Luther adolorido por la patada que había recibido anteriormente.

- ¿¡Que la suelte!? Mira quién lo dice, el tonto que se dejó engañar y golpear por una niñita de 13 años.

-Tengo 14 de hecho- corrigió la azabache.

-Silencio- habló el castaño-ahora levántense bola de inútiles- señaló a los otros Hargreeves- No puedo creer que tenga que compartir mi apellido con ustedes, realmente me decepcionan.

Estos callaron, no querían empezar otra pelea.

-Ahora tú- dijo el ojiverde hacía ___- Ven conmigo.

-No.

- ¡Dije que vienes conmigo! - exclamó mientras tomaba a la chica de la muñeca llevándola casi a rastras por la escalera.

Definitivamente jamás saldría de allí.

~♡~

Caminaba iracundo, abría y cerraba las viejas puertas de la gran casa sin parar mientras maldecía a lo bajo, los tablones de roble crujían sobre sus desesperados pasos, no tenía tiempo para cortesías, pero ahí estaba, buscando la habitación más decente y limpia para aquella jovencita, se encontraba en desacuerdo, ¡¿Por qué demonios no se quedó en el sofá!? Ni siquiera en sus años de oro dentro de la comisión había sido recibido con tan cordiales tratos: "ser amable, no lastimarla" ¡Bah! ¿Qué eran esas tonterías? A él no le gustaba (ni estaba acostumbrado) a ese tipo de comportamientos, pero desafortunadamente tenía que cumplir otra de las inservibles reglas impuestas por Herb: Tratar bien a la herramienta.

Luego de todas esas cavilaciones, por fin se detuvo en una de las recámaras, la inspeccionó unos segundos con la mirada y habló- Entra, tengo unas instrucciones para ti.

La azabache obedeció mientras mantenía el semblante serio, no quería estar allí, no se sentía cómoda ahí; sin embargo, hacerle caso a aquel mocoso serviría para ganarse su confianza, despistarlo, y en cualquier momento de distracción por parte de aquel muchacho: huir a toda costa.

Se adentró en aquel cuarto añejo y lo recorrió con la mirada- ¿Qué es esto? - preguntó.

-Tu habitación- contestó Five- Aquí te quedarás en lo que tarda la misión, hay una cama, un ropero y un baño pasando aquella puerta- dijo señalando cada cosa que nombraba - puedes descansar en lo que resta del día, si tienes hambre baja a la sala principal, probablemente mi hermana Allison esté allí para ayudarte.

- ¿Quién demonios es Allison?

-La mujer a la que golpeaste en la cara.

-Ouh, ya veo- contestó ___ en bajo.

Hubo un pequeño silencio y nuevamente el ojiverde habló-Bien, si necesitas algo mi recámara está a 6 puertas de la tuya, estaré revisando los movimientos y estrategias que haremos mañana- se dirigió a la salida, pero se detuvo en seco- ah, y por el amor de Dios, no trates de escapar- dijo seriamente y se largó de allí.

- Por supuesto, ¡lo que tú digas! – exclamó, sin embargo, aquella jovencita, solo sonrío burlonamente... tenía otros planes.

~♡~

•𝐄𝐱𝐩𝐞𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝟐𝟎-𝟐𝟎• [𝙵𝚒𝚟𝚎 𝚢 𝚝𝚞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora