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- ¿Seguro que es por aquí?

-Claro que sí, solo faltan unas cuadras.

- ¡¿Cuadras?! Creí que era en la siguiente.

-Pues creíste mal, así que acelera la marcha.

-Debimos haber tomado un taxi, no recorrer media ciudad.

- ¿Y con qué dinero? – expuso- además, no es mi culpa que Vanya se hubiera llevado el auto.

-No puedo creer que acepté hacer esto- habló para sí misma, pero fue escuchada por el adolescente.

-Lo siento querida, pero ya no puedes arrepentirte.

-Lo sé idiota, y no me llames así- se quejó.

Five y ___ caminaban rumbo a la cafetería en la cual supuestamente se había tenido registro por última vez de aquel software, pese a que habían salido temprano de la mansión la falta de un vehículo había causado atrasos en el viaje, por lo que ya habían pasado horas desde que empezaron a andar.

Finalmente recorrieron los últimos metros restantes, llegando de esa manera a un modesto local situado bajo unos departamentos, el lugar era pequeño, pocos clientes y en la parte superior un letrero verde pino mostraba el nombre "Bliss Cafe".

-Recuerda, tenemos que lucir lo más naturales posibles- habló el ojiverde- actuaremos como clientes, pero hay que estar alertas en cualquier cosa extraña que pase.

La pelinegra asintió y ambos entraron a la cafetería, a simple vista todo parecía normal, las personas charlaban y tres meseros atendían con amabilidad. Los adolescentes se dirigieron a una de las mesas del fondo, cerca de las vitrinas con postres y la máquina registradora.

- ¿Y ahora qué? - preguntó ___ mientras se sentaba.

-Pide algo, así no sospecharán- contestó Five mientras hojeaba el menú con indiferencia.

En eso, una joven de tez blanca y cabellos rojos se acercó, al parecer trabajaba en el lugar- Buenas tardes ¿Puedo tomar sus pedidos?

-Un café negro, sin azúcar- contestó el castaño- ¿Tu qué quieres?

-Eh...yo...-titubeó la azabache- creo que...un café latte frío por favor.

La muchacha anotó la orden y sonriente dijo- En un momento se los traigo- recogió el menú y se fue.

-Pero que forma tan horrenda de tomar el café- se quejó Five mientras fruncía el ceño.

- ¡Pero sabe muy bien! – repuso ___.

- ¡¿Bien?! eso ni siquiera debe de llamarse café, la leche arruina su esencia.

- Lo que pasa es que eres un amargado- contestó la pelinegra- ¡Lo pediste sin azúcar! Esa cosa va a estar cargadísima.

-Ese es el punto idiota.

La chica solo rodó los ojos- Disculpa por arruinar tan magistral bebida, "Señor Gran Dios de la cafeína"- dijo con sarcasmo.

El de cabellos castaños no pudo responder ya que en ese momento la mesera regresó con sus pedidos:

-Aquí tienen ¡disfruten su tarde!

Five asintió al mismo tiempo que seguía a dicha pelirroja con la mirada, ___ notó eso, y alzando una ceja preguntó- ¿Qué haces?

- ¿Qué crees tú? -contestó- Mirándola, puede ser parte del ataque.

-Ah...cierto- respondió recordando a lo que venían- Five, este lugar se mira demasiado usual, no creo que un miembro de una secta trabaje aquí, tal vez fue un cliente.

•𝐄𝐱𝐩𝐞𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝟐𝟎-𝟐𝟎• [𝙵𝚒𝚟𝚎 𝚢 𝚝𝚞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora