"Me gustas"

183 23 13
                                    

Habían pasado ya tres días desde lo ocurrido y al parecer Kaeya había estado ignorando a Albedo, el rubio ya estaba preocupado por esto. Kaeya solía llamarlo casi siempre para hablar o invitarlo a cenar pero en estos días no había ni una sola llamada, además de que no recordaba alguna cosa que haya hecho después de meterse a ese bar.

En ese momento Albedo estaba junto a Sucrose ya que estaba teniendo un ataque de pánico, hacia mucho que no tenía ninguno ya que le habían dado algunas medicinas y había logrado calmar su ansiedad pero él de verdad estaba nervioso, tenía miedo y estaba temblando, puesto Kaeya tampoco contestaba sus llamadas y su peor miedo apareció. ¿Y si había hecho algo realmente malo?

Sucrose lo apoyó, dándole pequeñas palmadas en la espalda y calmandolo poco a poco, ella era la única que lo lograba calmar. Cuando finalmente el rubio pudo agarrar aire correctamente frunció el ceño, tenía que averiguar que mierda pasaba aunque fuera por las malas, de un momento a otro salió de aquella universidad sin decirle alguna palabra a su amiga quien intentó detenerlo al principio pero fue totalmente en vano. Albedo no sabe cuanto tiempo corrió o cuantas vueltas dió pero finalmente allí estaba, cara a cara en la gran reja que protegía la casa del peliazul. Tocó el timbre y una contestadora habló, reconociendo esa voz al instante,  su hermano, Diluc.

—Oh, Albedo, eres tú,  ¿Sucede algo?

—Yo... ¿Sabes donde está tu hermano?

—Uh, debería estar con Rosaria ahora mismo.

—Y...¿Ella vive donde?

—A tres cuadras de aquí a la derech...espera, ¿estás celoso?

No hubo respuesta, pues el rubio ya había salido corriendo otra vez hacia la dirección que le había dicho el pelirrojo. Finalmente llegó, jadeando y tocando el timbre algo apurado, estaba nervioso, tal vez demasiado, pero tenía que averiguar qué le pasaba a su amigo. Trago en duro al escuchar como desbloqueaban la puerta, observando a una chica pálida y de cabello rojizo casi rosado, quien mantenía una ceja arqueada.

—Aquí...¿Dónde está Kaeya...?

—Oh, hey idiota, tienes visitas.

La chica se volteo unos segundos para decir aquello, albedo pudo acomodarse y agarrar aire. El peliazul se asomó por la puerta y al ver quien era agrandó los ojos, tratando de escaparse pero no lo logró,  pues ya tenía a un rubio de baja estatura protestandole mientras le daba leves golpes en el pecho, ambos retrocediendo y entrando a la casa mientras rosaria veía todo desde una esquina, kaeya solo mantenía una mirada seria, pero albedo se estaba descargando ahí mismo, hasta que el moreno simplemente se hartó.

—Cállate.

—¿Eh?

—Cállate.

—¿Qué me calle? Mierda, desapareces por tres putos días,  no das explicaciones, estaba muy asustado, ¿sabes el miedo que tenia que simplemente fueras y me dejaras como la basura que soy como ya lo han hecho?

Albedo solo quería llorar, y su voz quebrada y temblorosa lo explicaba, además que ahora solo seguía golpeando el pecho del contrario, tenía miedo, demasiado, no quería terminar con el corazón roto de nuevo y mucho menos ahora que al parecer estaba "enamorado" de su amigo.

Kaeya al mirar su expresión frunció el ceño, abrazándolo y hundiendolo en su pecho mientras lo envolvía con algo de cuidado, cerrando los ojos con fuerza al sentir como los golpes cesaban. Trago en duro, dejando que el rubio llorara todo lo que quisiera, hacia mucho que simplemente no se desahogada de esa forma y él sabia que Albedo solía guardarse las cosas para si mismo hasta simplemente reventar. Cuando el pálido logró calmarse un poco finalmente kaeya habló.

𝙋𝙖𝙥𝙚𝙧 𝙃𝙚𝙖𝙧𝙩𝙨 [ 𝘼𝙐 𝙆𝙖𝙚𝙗𝙚𝙙𝙤 ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora