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Seguía caminando por las calles sin rumbo.
No sabía exactamente dónde estaba, solo necesitaba conseguir respirar un instante.

Mi corazón latía con fuerza, mientras el ruido de la ciudad se desvanecía a su alrededor.
Las luces de neón parpadeaban, pero mi mente estaba en otro lugar.

Buscaba un refugio, un espacio donde el caos no pudiera alcanzarme.

Me detuve frente a una pequeña cafetería, el aroma del café fresco me atrajo como un faro en la noche.

Tal vez un instante de calidez sería suficiente para reconectar con ella misma.
Sin pensarlo, empujé la puerta y entré.

Al entrar me choque con un rostro conocido pero extraño a la vez.

Era alguien de mi pasado, un eco de memorias que creía enterradas.
Nuestros ojos se encontraron, y en ese instante, el bullicio del lugar se desvaneció.
La sorpresa y la confusión llenaron el aire entre ellos. No sabía si sonreír o alejarse.
Me sentí atrapada entre el deseo de revivir lo que había sido y el miedo a lo que podría significar.

Sin saber qué decir, di un paso hacia adelante, el corazón acelerado. ¿Era el momento de hablar o de dejar todo en silencio?

El Susurro De Los Amores Imposibles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora