18 •Ven por aquí•

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Cuando entré al apartamento de Gray, no pude evitar la sensación de sorpresa.

-Guau, ¡este lugar es genial!

-Silegransy, creo que vistes demasiadas películas viejas -comenzó Gray-. Que seamos vampiros no significa que nos guste los lugares oscuros y tenebrosos.

Reí -Tienes razón, mala mía.

-Ponte cómoda.

-Gracias.

Por un momento, dudé. ¿Los vampiros usan zapatos dentro de su casa o se los quitan?

Miré a Gray, quien se echó reír cuando se dio cuenta de la incertidumbre que me carcomía.

-Quítate los zapatos; puedes usar pantuflas aquí dentro.

-Ja, ja. Gracias.

-Ven por aquí, Silegransy.

Gray tomó mi cartera y se adentró en el apartamento.

Yo lo seguí echando un vistazo alrededor.

Llegamos al salón del apartamento.

-Aquí está mi habitación, el cuarto de huéspedes y mi estudio -dijo Gray-. Si tienes hambre, puedes tomar lo que gustes del refrigerador.

-¿Puedo mirar dentro de las habitaciones? -pregunté.

-Te recomendaría que primero descansaras un poco, pero, si es lo que quieres, adelante. ¿Qué habitación quieres ver?

-¿Puedo ver el estudio?

-Parece que tienes muchas ganas -Sonrió.

-Siempre quise vivir en un lugar que tuviera estudio personal -conté a Gray.

-No estoy seguro de que este sea el tipo de estudio que esperas... Puede que te lleves una decepción.

-No te preocupes, eso no me importa -resté importancia.

Gray sonrió y empezó a llevarme a otro lado.

-Ven por aquí: te mostraré el estudio.

Caminamos poco y llegamos al ¿estudio? del departamento de Gray.

-Esto... ¿de verdad es un estudio? -fruncí un poco mi entrecejo.

-Hay muchas armas, ¿no crees?

-"Muchas" se queda corto -confirmé su pregunta-. La mayoría parece ser de plata.

-Son para matar vampiros -Confirmó que eran de plata-. Como yo soy medio vampiro, también puedo usarlas durante períodos cortos.

-Nunca había visto un deposito de arma como este.

-Si te gustan, puedes quedartelas. Considéralo un regalo de visita. Por cierto, parece que ya te acostumbraste a usar armas todos los días.

-Es todo gracias a Eden. Él me ayudó mucho.

-Ajá... No corriste peligro, ¿no?

-Por su puesto que no -negué-. Él me cuidó mucho. Y también soy mucho más fuerte que cuando empecé. Mira mis músculos.

Alcé mi brazo, en broma.

-No, está bien. Pero... lo digo en serio, hace solo un momento eras una humana común y corriente. Te convertiste... en una gran persona, Silegransy.

-Ah... Gracias.

Sonreí.

-De hecho -comenzó Gray-, el motivo por el que te recomendé que te tomaras un tiempo libre y vinieras aquí... es para que puedas alejarte de la residencia y la mazmorra.

Blood Kiss [Un romance vampiro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora