NUEVE

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—Hola, Sana— la menor le sonrió a su alfa que le abrió la puerta del carro, y con su mano la ayudó a bajarse.

La vio sostener las pequeñas maletas y entrar de forma rápida a la casa, respirando, y luego carraspeó. Hizo un mohín tierno, hablando aún con él.

—Vi que Dahyun te enseñó el álbum familiar, espero que no haya dicho nada de mis anteriores lentes—Sana se sentó, ocasionando que la otra se sentara junto a ella, con sus manos en las rodillas, pero levemente distanciada —es que, tenían el vidrio muy grueso y parecía que tenía ojos gigantes.

—Si lo vi, te veías muy tierna—la mayor sonrió, sentándose un poco más cómoda, queriendo transmitirle esa comodidad a Sana. Tragó saliva.

—¿Todavía quieres ver la película? —cuando se paró para ir a la sala, una mano la detuvo, y habló, lo más fuerte que pudo haber hablado en meses.

—Mi celo es irregular porque vivía con mi padre y mi tío, y mi padre me comenzó a dar supresores desde los 12, es irregular y por eso no te podía decir con seguridad cuando lo podría tener, lamento haber molestado tu semana...

—No molestaste nada, Sana, quiero que sepas eso ahora— entrelazó sus dedos, y le sonrió, calmándola, lanzando más feromonas. Pensó bien sus palabras antes de hablar, y Sana lo notó, porque vio cómo comenzaba a ver a otros lados—gracias por contarme, puede llegar a ser difícil decir algo de esa importancia.

—Lo hago más porque eres mi alfa... es porque, confío en ti, y no me arrepiento de eso—y ella misma le dio un abrazo, enredando sus brazos en el cuello de la alfa.

Era un gran avance.

—¡Fiesta! Es mi proyecto 'Y' para pasar al Z y después de ese pasar al A.1, ¿Vienes?—Sana sólo comenzó a ver su horario enmicado que Tzuyu le había dado, pero volteó a ver a Yuta—es el sábado.

—El sábado es mi día de películas con Tzuyu—un mohín, y Miyeon sólo alzó sus cejas, sonriendo, acercándose.

—Pueden pasarla al domingo...—ve el puchero de la otra mientras ve el horario, y luego voltea a Miyeon.

—No me gusta molestar su horario porque es muy... —Yuta tembló, no queriendo escuchar cualquier adjetivo malo, pero luego se alivió—tiene muy marcado su horario y se estresa si no cumple algo.

La pelinegra más alta asintió, pero la vio—No creo que Tzuyu se moleste por ello, por lo que nos cuentas es muy comprensiva—otro pucherito, y entrecerró sus ojos —creo que la alfa de alguien cae encantada por unos pucheritos.

Pero, ¿Quién no caería por Sana? Los ojitos que hizo cuando volteó a verla, llena de duda, sus labios que seguían en mohín y sus cejas alzadas, Miyeon rió, abrazándola, haciendo a la mayor reír bajito. Alzó sus cejas.

—Y tu alfa, ¿Qué tal es? ¿Si es buena contigo?

Yuta con sólo ver las muñecas de su mejor amiga casi curadas, el oler una pomada curativa de avellanas que provenía de la omega, y verla más confiada, tenía su respuesta. Tzuyu, no sabría cómo agradecerle.

Marcar a una persona que no conoces mucho, sin dudar, ayudarla, dejarla vivir en su casa y todavía hacer todo lo extra que ella hace, no conocía a nadie, más que ella. Sonrió al ver a la omega sonreír tímida, llevando su cabello detrás de su oreja. Habló.

—Es la mejor, vemos películas, comemos palomitas, y me acurruco con ella por horas, puedo hablar con ella bien, y dormir abrazada con ella es, lo mejor, cuando duermo con ella no hay rastro de pesadillas—Yuta sintió un peso menos cuando escuchó todo eso, y revolvió el cabello de Sana, haciéndola reír.

La pelinegra menor sólo escuchó su alarma y se excusó con que se tenía que ir, despidiéndose de los otros. El castaño se acercó a Sana.

—¿Ya duermen juntas?

—Sólo lo hemos hecho una vez, me levanté con pesadillas y fue horrible, pero después de eso sólo, me cuida hasta que me duerma bien y me da un beso de buenas noches, es lindo que haga eso— cuando ve que se le escapa la sonrisa, Yuta sonríe con ella, robándole un poco de la comida sin que se de cuenta, y ríe.

—Entonces es mejor de lo que pensé.

—Tzuyu parece tan estricta, pero cuando la conoces, resulta que es suave, hasta ese lindo tartamudeo de ella, es, lindo—el otro vio su reloj, viéndola.

—Hoy tienes cita con la doctora Son, ¿Verdad?—un asentir de la otra y él sólo asiente, masticando—saluda de mi parte a su esposa Mina.

—¿Cómo sabes?

—¿Tú cómo no sabes? Mina es amiga personal de Tzuyu, trabajaba con ella—Sana asiente, levantándose junto a Yuta para ir a su siguiente clase. Volteó a verlo con duda, pero él respondió—lo sé por mi mamá...

Ahí se resolvió la duda.

Vio a la doctora que se acomodó en el escritorio, riendo.

—Ah, Yuta, mi amada Mina siempre me contó de ese niño que solía jugar futbol en su salón mientras platicaba con su madre— una sonrisa, mordiendo su lápiz, pero volvió a Sana—¿Qué tal te ha ido? ¿No ha habido noticias de ya sabes quién?

La sonrisa que tenía se esfumó, pero luego asintió.

—Mi tía me habló, no sé cómo consiguió mi número, pero dijo que él estaba furioso cuando se enteró de lo que pasó, de todos modos, rompí la regla, pero fue para bien.

—¿Tzuyu sabe?—la omega negó, pero la otra asintió —entiendo que todavía no lo sepa...

—De todos modos ya no quiero temerle, él no es nada... sólo es una mala persona, en cada aspecto, hasta su olor a ajo lo demuestra—Chaeyoung arruga su nariz, y antes de que hablara, la omega lo hizo primero, con una leve sonrisa—Tzuyu me ha hecho pensar eso, el que él ya no es nada.

Anota, viendo a la omega interactuar más con su espacio que sólo estar sentada de una forma incomoda. Rió al verla tocar su maceta, acariciándola.

— Dormimos juntas una vez, pude dormir bien esa vez, ahora puedo abrazarla mientras vemos una película, y me gusta estar con ella, lo del nido nos hizo tener más confianza pero al mismo tiempo quiero creer que no es por el nido, de todos modos, me gusta, mucho, el sentirme así.

La doctora anotó, sonriendo, alzando su ceja. Lindo.

𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐡𝐢𝐬 𝐑𝐚𝐢𝐧𝐬 𝐒𝐭𝐨𝐩𝐬 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora