cuando Sana escapó. tw: mención de abuso físico y sexual.*
No hay duda alguna de que estaba temblando.
Sana tuvo que llevar una mano a su boca para limpiar la propia respiración, tuvo que quitarse los zapatos que tenía para correr, y tuvo que evitar chillar, para poder pasar esa habitación apestada a ajo.
La adrenalina estaba corriendo por su cuerpo, todo lo malo que siente alguien cuando siente que está haciendo algo malo, ella lo estaba sintiendo por segundo, al sentir su corazón latir de forma rápida, al sentir ese bombeo en su corazón y cabeza.
Sus pazos resonaron para ella cómo si una persona 5 veces su tamaño pisara tras de ella, y lo sentía.
Sentía una figura más grande detrás de ella, como sentía el olor a ajo incrementar en sus fosas, sintió una mano en su brazos y quemones, dolor en su entrepierna, pero al momento de voltear para querer defenderse, no había nada.La omega en ese momento indefensa respiró agitada, viendo el pasillo oscuro de la casa que no se sentía como una, sino, como una tortura. ¿Cómo considera hogar un lugar donde no siente que puede dormir segura?
No divisó nada moverse, ni su cerebro le jugó mal en esa ocasión y no pudo agradecerlo tanto.Tomó las llaves que estaban escondidas debajo del tapete de la puerta, pisoteado y lleno de lodo, pero no importó, porque sonrió aliviada al haberlas encontrado.
Las abrazó contra su pecho, pero había llegado la parte difícil.La puerta del interior era fácil de abrir, en demasía, era silenciosa y cerraba en un pequeño sonido que es amortiguado si la cierras con cuidado, pero, no la reja de afuera.
Era la reja ruidosa, la reja que al apenas meter las llaves sentías un ruido y ella lo sabía más que nadie, porque con esa reja podía definir si esa noche podría dormir un poco en paz o tendría que estar despierta hasta al amanecer con dolor en todo su cuerpo.Mordió su labio al mismo tiempo que insertaba y giraba la llave, agradeciendo, por primera vez en su vida (supone), a la lluvia que resonaba dentro de la casa, con todo y goteras.
Suspiró agradecida al cerrar la reja de nuevo.Salió, tiró la llave con la fuerza que siquiera quedaba, y caminó hasta la banqueta del otro lado, donde un Nissan Sentra gris la esperaba. Se metió al lado del copiloto, apenas viendo a Yuta, y lo abrazo, llorando en su hombro mientras agradecía.
El pelirrojo no tuvo otra opción más que sostenerla en brazos, dejando salir una lágrima de sus ojos en cuanto sintió que Sana quería hundirse en su pecho y seguir llorando ahí, pero con todo su pesar la alejó, apuntando la radio prendida.
Tomó sus manos, sonriéndole.
—Nunca más volverás a éste lugar, Sana, nunca, te irás para siempre.
La mencionada le sonrió, pero dejó de sonreír al divisar una figura salir de su casa, y habló, agitada, moviendo su hombro de forma rápida.
—¡Vámonos, Yuta, arranca!
El pelirrojo puso la palanca en posición, y bajó levemente su ventana para sacar su mano y enseñarle su dedo medio al hombre que apenas iba ante ellos, gritando mientras su carro avanzaba.
—¡Ojalá te mueras y te pudras, maldito abusador!
Sana bajó su ventana, saliendo para verlo, pero no pudo. Tuvo que guiar sus ojos a sus pies para gritar, con la voz rota.
—¡Múerete! ¡Muere, muere!
En ese momento Yuta tuvo que tomarla y sentarla él mismo al tiempo que manejaba, asustado, respirando agitada, pero con una pequeña sonrisa. Volteó a ver a su mejor amiga, con lágrimas en los ojos.
—Te juro que nunca volverás, él tendrá que pasar por mi antes de siquiera llegar a tocarte, lo juro...—Sana vio la mesa del restaurante, suspirando, viendo sus papas fritas y después las de Yuta, que se acababan de sumergir en el cátsup. Lo vio.
—Ojalá y no...
—Mhmm, oye, cuéntame sobre esa alfa que dijiste que accedió marcarte, no he podido hablar contigo sobre eso por el plan...—lamió sus dedos llenos de aderezo, hablando con la boca llena, y Sana rascó la mesa.
—Es... no sé nada de ella, sólo que la conocí previa y tuvo algo... ella tuvo algo que me impulsó a eso, hace unas semanas en el supermercado la encontré y como él... no estaba cerca, le conté todo—llevó una papa a su boca, tardando en tragarla—me dijo que no dudara en ir con ella y que me ayudaría en todo lo posible.
—Wow, sí que es buena persona... ¿Cómo confías en ella?
—La conocí previamente, había cruzado algunas palabras con ella...
Sus dedos comenzaron a golpear de forma nerviosa la mesa, y cerró sus ojos.
Ahora los abrió, y sólo parpadeó 4 veces antes de ver bien a la castaña que llevó una caja a un cuarto. Ella subió las escaleras y entró, llevando sus manos a sus brazos para protegerse, mientras tragaba saliva.Lo primero que hizo fue asegurarse que el cuarto tuviera botón seguro para cerrar las puertas en las noches, y sonrió en pequeño cuando notó que lo tenía.
Respiraba un aire nuevo, un aire donde no estaba ese olor a ajo y gruñidos. Cerró sus ojos para apreciarlo mejor, pero un sonido la hizo voltear rápido, abrazándose más a si misma.Sólo vio a la castaña, sonreír en pequeño, sentándose en la cama antes de pasarle un pequeño pañuelo que tenía en su bolsillo.
—No me dí la libertad de acomodar tu cuarto antes de que llegaras, pero me di unas pequeñas, puse repisas y el abanico, sólo tienes que prenderlo de aquí y-
—¿Mi cuarto?—Tzuyu asintió, vaga rascando su cabeza, moviendo sus lentes en el proceso—sólo que pensé que... querías, ya sabes, que te pague.
—No, no no y no, eso no, estoy haciendo esto para ayudarte, que puedas vivir tu vida, o una nueva lejos de cualquier cosa que te haya hecho daño antes, yo no... no quiero, que pienses que quiero algo como paga, que sigas yendo a la universidad sería mi paga, si quieres verlo así—sonrió, apretando sus labios—y veamos, el abanico se prende con el interruptor...
—Gracias.
Tzuyu volteó a verla, sonriendo—No es nada, es un placer haberte ayudado.
La castaña no esperó una sonrisa, porque no la recibió. Sana volvió a examinar el cuarto, asintiendo a los avisos de Tzuyu, pero paró al escucharla—creo que otra paga sería... que mantuvieras limpio tu cuarto, no entraré nunca, pero por favor, mantenlo limpio.
—Entendido, soy muy limpia.
—Entonces nos vamos a llevar muy bien, Sana—Tzuyu no encontró otra cosa más que decir.
Volvió a sacar su pequeño pañuelo, y antes de abrir la manija de la puerta, lo pasó tres veces—te espero abajo para la cena, pedí pizza, espero que te guste.Sana asintió, apretando los labios para simular una sonrisa, y apenas la castaña salió, suspiró, sentándose en la cama, escuchando el gotear de la lluvia de anoche.
No cree que parará nunca.
Entonces sólo se levanta para bajar, dispuesta a una vida donde tiene que sobrellevar.
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𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐡𝐢𝐬 𝐑𝐚𝐢𝐧𝐬 𝐒𝐭𝐨𝐩𝐬 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮
Fanfiction𝑺𝒂𝒕𝒛𝒖 - "Para escapar de su casa llena de abusos, Sana no encuentra otra opción más que casarse con una alfa que acababa de conocer, dejándose marcar. Ahora, esa marca que sólo era un ardor punzante, poco a poco se convertía en un calor abrazad...