VEINTISÉIS

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Las veces que Tzuyu llegaba agotada a casa, que llegaba con un dolor en la espalda y con ojos pesados, esas veces que se quejaba tanto, se rebajaban a cero para pasar a ser algo segundo mientras se acostaba con Sana, sonriendo, abrazándola por detrás.

¿El recibir el consuelo de su omega, el placer? Tzuyu fácilmente podría decir que eso no importaba para nada porque era tan feliz por el simple hecho de abrazarla y que esta la acariciara con la nariz, riendo, mientras bajaba la flama de lo que sea que estaba cocinando.

Ahora era pollo, tómate, y queso, algún pan por ahí.

Volteó, riendo con dientes, acercándose a besarla en los labios. Otro motivo para sonreír más fuerte, era que los besos ya eran más que uno estático, sólo un piquito, era que sus labios comenzaban a acariciarse.

Una mano se dirigió a la mejilla de la otra, donde se acercó más. Sana cruzó sus brazos en el cuello de su alfa mientras se paraba de puntillas, pero un carraspeo hizo que se separaran.

Tzuyu sólo abrió sus ojos al ver a la mujer en la sala, junto a su hermana y su pareja, y Sana gritó, volteándose de espaldas, limpiando el labial que había salido de sus labios. Volteó a ver a la castaña, que sonreía nerviosa, acercándose a las visitas.

—Mamá... ¿Qué tal te va?

—Dios, Tzuyu, ve y límpiate el labial que tienes en tus labios, nunca pensé que te besarías así enfrente de tu mamá...

—Porque no pensé que llegarías de la nada― ahora se escuchó tensa.

Sana volvió a ver el pollo en el sartén, tragando saliva. ¿Podía pasar algo ahí? Sólo notó la mirada que recortó su cuerpo, y después se acercó a ver lo que estaba cocinando. Frunció su ceño.

—¿Qué le harás de cenar a mi bebé después de que llegó agotada a su casa?—Sana mostró el pan, sonriendo, tomando su mano para estrecharla.

—Sándwich de pollo, tomate y canónigos, era una cena sencilla para sentarnos a cenar mientras vemos algo— la mirada juzgó el pollo, los tomates, y luego asintió, sonriendo.

—Excelente cena, por fin una omega que sabe cómo tratar bien a su alfa, quisiera conocer a tu madre porque crio a una buena mujer.

No había aprendido a cocinar por su madre, había aprendido a cocinar porque su tío, ese hombre asqueroso, la hacía cocinar 'para hacerla una buena omega'. Sana sólo lanzó una media sonrisa, pero volvió a ver lo que estaba cocinando.

Tzuyu volvió, poniéndose entre su mamá y su omega.

—¿Qué haces aquí? Te iba a visitar el próximo sábado con Sana...

—Dahyun me contó que ya habías marcado a tu omega, me quedé pensando, ¿Por qué no me la presentaste? La mujer que domó a mi bebé tigre— apretó su mejilla, haciendo a la castaña sonreír, pero quitar la mano de su mamá.

Sana lo agradeció intensamente, sonriendo, poniéndose detrás de su alfa. Vio a la mujer con canas.

—También me pregunto, ¿Por qué descuidaste tanto tu cocina? Antes la limpiabas cada 4 días, ahora parece que no la haz limpiado en... una semana— el rostro que antes era liviano sólo vio su mencionada cocina, tomando su brazo, pero después habló.

—Porque he estado más enfocada en mi trabajo y en Sana, aparte, que... he intentado poco a poco... tratar de, pues de, dejar de enfocarme tanto en el TOC, dejarlo de lado, si se puede —Sana entrelazó su mano, apagando el fuego, y tostó más pan.

La mirada que le dio la mamá de Tzuyu, ¿suegra?, no sabía y temblaba porque esos ojos casi iguales que los de su hija la veían fija mientras comía, saborizando. Sólo asintió.

—Chewy, vine para avisarte que el día de navidad lo vamos a pasar en nuestra casa de invierno—pudo hacerlo en... ¿Diciembre, no inicios de Noviembre?

Sana sólo sonrió, recordando su disfraz de Arale y que Tzuyu sólo pintó ojeras negras debajo de sus ojos y se puso una camisa blanca para la fiesta de Halloween de Yuta.

No recibió preguntas incómodas, bailó muchas veces, y Tzuyu, estuvo tan cómoda que la veía ansiosa de otra fiesta.

Vio a su suegra, sirviéndole té hasta la mitad de la taza, haciéndola sonreír.

—Vine con las expectativas altas y está llenando todas, querida, ¿Quién es tu mamá?

—¿¿Mande?—la señora repitió la pregunta, pero Sana sólo vio su té, comenzando a acariciar la taza— mi mamá es, Minatozaki Aiko, mi papá es Minatozaki Kenji, ¿puedo preguntar, por qué?

La otra sólo suspiró, negando— Pensé que conocía a tus padres, pero al parecer no.

No lo hacía.

No creía que una mujer, que esa mujer crio a la alfa perfecta, conociera a su familia. No creía que conociera a una drogadicta que abandonó la casa, que vendió joyas para comprar más droga, o a su padre. Rió, nerviosa, buscando la mano de Tzuyu, que la entrelazó.

¿Había abierto una herida? Al parecer, no, porque su corazón no dolió ni tuvo ojos llorosos. La herida ya sanada ya no se veía afectada para nada.

Abultó sus labios, sonrió hasta que la mujer abandonó la casa, y apenas se fue, abrazó a su alfa, suspirando. Sólo se acostó en el sillón, en las piernas de Chewy, que acariciaba su cabeza. Suspiró.

—De verdad lo lamentó, no esperé que mi mamá llegara a casa, se me olvidó advertirte sobre que ella puede llegar a ser sobreprotectora algunas veces, pero, las próximas veces será más liviana, ¿Sabes?

Suspiró.

—Está bien, amor, ¿Sabes? Pensé que iba a ser peor— sólo recibió una sonrisa, volviendo a sentir esos dedos acariciar su mejilla.

—Me dijiste amor... —sintió su corazón, de nuevo, latir fuerte.

Pero en si no supo si era por el hecho de estar avanzando cada vez más con su alfa, o en si, porque acababa de conocer a su mamá, a la persona que la crio, pero el escuchar el 'estás superando mis expectativas', supo que su corazón latía por la relación con su alfa.

Se paró, se acercó y la besó en los labios, acariciando sus mejillas, comenzando a mover sus labios. Entrelazó sus brazos entre sus hombros, y cuando sintió una mano en su cintura, Sana se separó a verla, sonriendo. Se acercó a besarla de nuevo, pero luego, se acurrucó en su pecho.

Tzuyu habló.

—La verdad es que el sándwich estuvo delicioso, amor, quería otro pero el que quería se lo comió mi mamá— ahora la hizo reír, aliviando demasiado el ambiente.

Algo lindo, algo que perfectamente se podría acostumbrar, si no es que ya lo había hecho.

Algo que ama. Volvió a besarla, haciéndola sonreír, acariciándola.

Ya lo había hecho. Ya lo ama desde hace tiempo.

𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐡𝐢𝐬 𝐑𝐚𝐢𝐧𝐬 𝐒𝐭𝐨𝐩𝐬 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora