6- Cosas nuevas

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Habían acordado que la muchacha pasaría a la tienda otra vez, así que acercándose la hora pactada, Kazutora tomó sus cosas y apenas recibió el mensaje de ________ anunciando su llegada, tomó su chaqueta y las pocas cosas que podía meter a sus bolsillos, saliendo a la calle con una mezcla de sentimientos mientras esperaba ver a su ahora esposa otra vez.

Claramente, el discurso de Chifuyu lo había hecho ponerse en alerta, pensando repetidamente en que tenía que ser cuidadoso con la situación, al menos hasta que levantó la vista del móvil, observando un deportivo rojo aparcado en la acera.

La dulce mujer al volante era la misma criatura hermosa que había besado por la mañana y ahora lo miraba con dulzura, agitándole la mano a modo de saludo como si fuera su madre recogiéndolo en la escuela.

Kazutora sonrió de oreja a oreja, a punto de acercarse para entrar al coche con toda la confianza del mundo, tan alegre como un cachorrito viendo a su dueña.

-¡Espera!
Escuchó detrás de él, viendo a Chifuyu apresurandose y quedándose igual de pasmado que él ante el Bugatti de último modelo aparcado frente a su tienda.

Parpadeó un par de veces, observando como el coche se apagaba después de unos segundos y la bonita mujer de la mañana bajaba de el.

-¿Llegué a tiempo?
Caminó con emoción hasta el de mechones, colgándose de su cuello como si fuera una chiquilla de secundaria, dándole un corto beso en los labios que Kazutora aceptó con total naturalidad.

-Hola preciosa
La saludó con una sonrisita alegre el mayor, sosteniéndola por la cintura con mucha confianza.

Cualquiera que los viera podía creer que tuvieran unos dos años saliendo.

-¿Estás listo?
Preguntó jugueteando con su cabello, escuchando el tintineo en su oreja, notando al instante el pendiente en su lóbulo, sonriendo justo como Kazutora había hecho al ver el coche.

-Si- Asintió satisfecho, mirando hacia su jefe -¿Necesitas algo más antes de que me vaya?
Preguntó con simpleza, esperando la respuesta del pelinegro tras él.

Chifuyu sacudió la cabeza, tratando de entender todo lo que había pasado el último minuto. ¿Por qué carajo esos dos parecían tan enamorados si tan sólo se conocían de algunas horas?

Le tiró del brazo, hablando en voz baja para que ella no escuchara.
-Kazutora, no puedes irte a casa de una extraña. Estás loco

El más alto se río
-No te preocupes-La sonrisa alcanzó sus ojos, haciendo que los cerrara por un segundo -Vamos a quedarnos en mi departamento unos días
Estiró su mano hacia la muchacha, quién asintió entrelazando sus dedos.

-Lamento las molestias- Hizo una pequeña reverencia -Sé que es extraño, pero no tienes de qué preocuparte.
Buscó en su bolso, sacando una pequeña tarjeta de presentación que le entregó al menor.
-Puedes comprobar todos mis datos para que estés más tranquilo. No pretendo lastimar a Kazutora ni nada parecido.

El de ojos verdes observó la tarjeta, sintiendo aún así que algo estaba mal; Cualquiera podía falsificar una tarjeta de presentación.

-Puedes buscar información de la empresa en internet- Agregó ella al verlo dubitativo -Te escribí el número de mi secretaría por si tuvieras cualquier duda.
Se encogió de hombros.

-Estaremos en el departamento, todo estará bien- Añadió Kazutora para calmarlo -Somos esposos ahora, no es como que pueda extirparme un riñón y huir.
Se río, dándole un beso en la mejilla a la muchacha, quién se derritió con el gesto.
-Nos vemos mañana

Chifuyu estaba completamente anonadado, pensando en que todo eso debía ser algún tipo de broma y ellos en realidad no estaban casados.

Pero el coche arranco con calma, el regido del motor haciéndole fondo a la imagen de su colega despidiéndose con la mano mientras se abrochaba el cinturón sobre el pecho.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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